ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Psicopatología Descriptiva


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2015  •  Resúmenes  •  8.074 Palabras (33 Páginas)  •  215 Visitas

Página 1 de 33

Módulo 3

Freud, La escisión del yo en el proceso defensivo

El yo del niño se encuentra al servicio de una poderosa exigencia pulsional que está habituado a satisfacer, y es de pronto aterrorizado por una vivencia que le enseña que proseguir con esa satisfacción le traería por resultado un peligro real-objetivo difícil de soportar. Debe renunciar a la satisfacción pulsional, o desmentir la realidad objetiva. El niño hace las dos cosas en simultáneo. Por un lado, rechaza la realidad objetiva con ayuda de ciertos mecanismos, y no se deja prohibir nada. Por el otro, reconoce el peligro de la realidad objetiva, asume la angustia ante él como un síntoma de padecer y luego busca defenderse de él. El yo tiene desgarraduras y nunca se reparará, sino que se hará más grande con el tiempo. El varón, al ver los genitales de la niña, piensa que lo que ahí falta ha de venir luego, ya le crecerá el falo más adelante. En lo sucesivo no puede menos que creer en la realidad objetiva del peligro de castración. Por eso el varón cede a la amenaza de castración con una obediencia total o parcial, no se lleva más la mano a los genitales, renuncia a todo o en parte a satisfacer la pulsión. Se creó un sustituto del pene echado de menos en la mujer, un fetiche. Con ello desmiente la realidad objetiva pero salva su propio pene. Ha emprendido un desplazamiento de valor, ha transferido el significado del pene a otra parte del cuerpo, para lo cual vino en su auxilio el mecanismo de la regresión. Por cierto que ese desplazamiento sólo afectó al cuerpo de la mujer, respecto de su pene propio nada se modificó. Con ayuda de la regresión a una fase oral, aparece como angustia de ser devorado por el padre.

Freud, Fetichismo

En la elección del fetiche se manifiesta la influencia persistente de una impresión sexual recibida casi siempre en la primera infancia. Freud estudia varones cuya elección de objeto esta regida por un fetiche. El propósito del fetiche es siempre el mismo, es un sustituto del pene que ha tenido gran significatividad en la primera infancia. Normalmente debiera ser resignado, pero justamente el fetiche está destinado a preservarlo de su sepultamiento. El fetiche es el sustituto del falo de la mujer ( de la madre) en que el varón ha creído y al que no quiere renunciar. En el proceso el varón rehusó saber que la mujer no posee pene. El horror a la castración se ha erigido un monumento recordatorio con la creación de este sustituto. El fetiche perdura como el signo del triunfo sobre la amenaza de castración y de la protección contra ella, y le ahorra al fetichista el devenir homosexual, en tanto presta a la mujer aquel carácter por el cual se vuelve soportable como objeto sexual. Los otros no disciernen la significación del fetiche, y por eso no lo rehúsan y es accesible con facilidad, y resulta cómodo obtener la satisfacción ligada con él. Lo que otros varones requieren y deben empeñarse en conseguir, no depara al fetichista trabajo alguno.

Caso 1: joven cuya condición fetichista era un brillo en la nariz.La represión es la defensa contra las demandas pulsionales internas y la desmentida es la defensa contra las demandas pulsionales de la realidad externa.

Freud, Sobre la psicogénesis de un caso de homesexualidad femenina

Parte I: Freud expone un caso de homesexualidad femenina, en el cual una muchacha de dieciocho años persigue a una dama de sociedad diez años mayor que ella, que es una cocotte (prostituta elegante). Es el interés único de la muchacha. A los padres de ella les molesto muchísimo que se exhiba públicamente con la dama, y que no haya usado un medio de engaño para posibilitar los encuentros con la misma. Un día el padre se cruzó en la calle a ambas y las miro de mala manera, la muchacha tuvo un intento de suicidio al escapar y acercarse a las vías del tren. La actitud del padre era no saber si la muchacha era un ser vicioso, degenerado o enfermo mental, y quería obligarla a casarse con un varón. La actitud de la madre no era tan trágica como para el padre. Los padres fueron al médico y le confiaron la tarea de volver a la normalidad a su hija debido a que creían que el intento de suicidio le demostraba que las severas medidas disciplinarias hogareñas no eran capaces de dominar la perturbación manifestada.

Como regla, el homosexual no puede resignar su objeto de placer, no s elogra convencerlo de que, con la trasmudación, reencontraría en el otro objeto el placer al que renuncia. El análisis se descompone en dos fases: en una primera fase, el médico se procura los conocimientos necesarios acerca del paciente y desenvuelve ante él la construcción de la génesis de su sufrimiento. En una segunda fase, es el paciente mismo el que se adueña del material que se le expuso.

Freud analiza a la paciente, descubre que la otra dama le aconsejaba a ella que desviara enteramente su inclinación por ella y por las mujeres en general, y hasta que ella intento suicidarse no le había mostrado sino un adusto rechazo. La paciente le dijo que por el bien de sus padres quería someterse honradamente al ensayo terapeútico. Su conducta hacia su objeto de amor había adoptado en todo el tipo masculino: la humildad y la enorme sobrestimación sexual, la renuncia a toda satisfacción narcisista, la preferencia por amar antes que ser amado. Por tanto, no sólo había elegido un objeto femenino sino que también había adoptado hacia él una actitud masculina.

Parte II: La historia libidinal del caso empieza con la actitud normal del complejo de Edipo femenino, luego sustituyo al padre por el hermano un poco mayor que ella. Cuando tenia entre 5 y años nace su segundo hermano. Nunca había sido neurótica. Entre los 13 y 14 años manifestó una predilección tierna por un niño. Cuando tenia 16 años nació su tercer hermano. Freud dice que la dama amada era un sustituto de la madre. Cuando ella estaba en la pubertad, tuvo el deseo de tener un hijo varón, que debía ser hijo del padre y la réplica de él. Pero en eso sucedió que recibió el hijo no ella, sino la competidora odiada en lo insconsciente, la madre. Así le dio la espalda al padre y al varón en general. Desestimó su feminidad y procuró otra colocación para su libido. Tras la desilución arrojó el deseo de tener un hijo, el amor por el varón, y en general, el papel femenino. Ella se trasmudó en varón y tomó a la madre en el lugar del padre como objeto de amor. Al tener un vínculo hostil con la madre, resultó la busca de un sustituto. La libido de todos nosotros oscila normalmente a lo largo de la vida entre el objeto masculino y el femenino, el joven abandona a sus amigos cuando se casa y vuelve a la mesa del café cuando su vida conyugal se ha vuelto insípida. Y entonces, convirtiéndose ella en homosexual, le dejó los hombres a la madre, “se hizo a un lado”,y desembarcó del camino algo que hasta entonces había sido parte culpable del disfavor de la madre. No es más que un ejemplo de un hecho muy común, y la indagación de los motivos que llevan a hacerse a un lado en lugar de aceptar la competencia descubre condiciones psíquicas muy complejas. Ahora seguía siendo homosexual por un desafío contra el padre.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (51 Kb)   pdf (96.9 Kb)   docx (34.9 Kb)  
Leer 32 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com