Querida ciudad. Capítulo 1

Querida ciudad.

Capítulo 1.

Lucy Cortez.

El sol entraba directamente incidiendo en mis ojos, mis cortinas están un poco viejas por lo cual estaban desgastadas. Recuerdo que las tenía desde mis 7 años que me vine a vivir al campo, a un pequeño pueblo llamado: El alma perdida. Si, si, es un poco extraño el nombre pero es un lugar super cursi, la población es muy unida y me siento en un gran hogar. De inmediato me levanté y me dirigí a la cocina para saludar a mi madre, no vivo con mi papá porque el nos abandonó cuando tenía 7 años y desde ese momento mi mamá decidió venirse a vivir a su lugar de nacimiento y pues aquí nos encontramos hoy en día. Bajaba las escaleras rápidamente pues me encontraba de muy buen humor hoy es el último día en mi preparatoria y me encontraba emocionada. Mi mamá es gerente en un pequeño banco del pueblo y yo trabajo en un café que años atrás le había pertenecido a mi abuela y por una mala inversión el gobierno se lo quitó, a pesar de todos nuestros problemas, éramos mi mamá y yo contra el mundo. En fin, estos años en este pueblo han sido de mucha ayuda para mí.

—Hola mamá. —Termino de bajar las escaleras.

—Hola mi cielo. —Dice sirviendo los huevos en un plato.

—¿Cómo amaneció la madre más hermosa del mundo? —Digo dándole un beso en su cachete.

—Bien mi niña. —Dice guiñándome el ojo. —Siéntate pequeña, debes desayunar.

Estaba tan ansiosa por desayunar que me concentre demasiado en la taza de café que servia mi mamá. Parecía un tierno cachorrito esperando por su comida.  

—Hija quiero hablar de forma seria sobre tu futuro, ya estás a punto de  salir de la preparatoria y necesitas estudiar una carrera decente, como sabes aquí en el pueblo no hay universidades, tendrás que irte a la capital (New York) a estudiar allá, sabes que no hemos sabido nada de tu padre desde hace años y pues ayer me contactó, esta aquí en el pueblo y quiere verte, pues quería decírtelo y saber qué opinas. Además tu padre quiere involucrarse ahora en tu vida, quiere llevarte a New York con el, a el le va muy bien por allá y de verdad quiere ofrecerte un buen futuro.

¿WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT? ¿Qué acaba de pasar? Quede en shock.

—Mamá lo que me dices me deja totalmente sin palabras, años atrás no he querido saber de mi papá ni en pintura, en realidad no me gustaría ni encontrármelo en la calle pero, tengo que confesarte que me hace falta crecer con una figura paterna. Si el quiere involucrarse en mi vida se lo tiene que ganar, no puede entrar después 10 años que han pasado.

—Estoy de acuerdo hija, pero quiero que sepas que cualquiera que sea tu decisión, voy a apoyarte lo más que pueda y quiero decirte que termines de comer rápido porque hoy es tu último día y necesitas estar al mil.

Cuando terminé de comer me dispuse a ir a la parada del autobús que quedaba a 3 calles de mi casa; mi mamá siempre quizo que viviera cerca de la parada de autobús para “llegar temprano a la escuela” pero eso era algo que me disgustaba y mucho. Pero por lo menos puedo pararme tarde y llegar temprano a la parada del autobús.

Llegué a la escuela y pues me dispuse a analizar cada segundo de la clase que estaba comenzando, o por lo menos eso trataba. Al estar encerrada en estas cuatro paredes que estos últimos meses lo he tomado en cuenta como un segundo hogar no pude evitar pensar que he estado estancada estos últimos años, por Dios tengo una vida mala pero buena, o sea, digamos que mi vida se puede  llamar MIERDA  pero una mierda de las finas.

Lucy tu ego es mucho más grande que tú.

 ¡Ya callate subconsciente!

¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

¿¡What!? ¿¡Ya acabó el día de clases!?

Al escuchar ese “Ring” que marcaba el final de mi tiempo en esta preparatoria y marcaba el comienzo de mis vacaciones de verano me di cuenta que esta escuela se ha convertido en mi nuevo hogar y de que realmente estoy envejeciendo rápido. Al salir del salón me encontré a Daniela, mi mejor amiga.

—Al fin último día de clases pequeña. —Dice Daniela  tocándome el hombro.

—Si, por fin tendremos vacaciones. —Digo dándole un abrazo enorme.

—¿Qué harás? ¿A qué universidad irás? —Me pregunta Dani.

—Aún no lo sé, mi papá por fin quiere involucrarse en mi vida y pues aún sigo dudosa. Mi mamá me dice que ha cambiado pero es algo que necesito ver con mis propios ojos también me dijo que tiene un puesto alto en New York y me puede dar mejores posibilidades de vida, pero sabes que no estoy acostumbrada a la cultura de allá'o algo por el estilo. —Le comento sobre mi situación.

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