Resumen De Terapia Centrada En El Cliente
bellaelen18 de Julio de 2013
943 Palabras (4 Páginas)2.342 Visitas
TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE
Si el aspecto fundamental de la patología es el desarrollo de la incongruencia que conduce en su manifestación máxima a un estado de desintegración de la personalidad, el proceso terapéutico tendrá como objetivo primordial la reintegración de la personalidad, aumentando la congruencia entre lo que la persona experimenta y su correcta simbolización en la conciencia.
Para que dicho proceso sea factible es necesario que concurran ciertas condiciones, (1) reducir todo lo que se pueda las condiciones de valor ajenas a la persona e incorporadas al self durante la educación, y (2) aumentar la autoconsideracíón positiva (autoestima) no condicionada (ya que detrás de cada problema psíquico hay una persona que no se acepta como es, que se detesta).
Para conseguir estos objetivos, Rogers ha desarrollado su popular “client-centered therapy” (muy popular en los años 60-70 en EE.UU., y en la actualidad diluida en muchos enfoques variados). El primer aspecto que enfatiza esta terapia es el concepto de “no directividad”. Supone Rogers que la persona lleva en su interior la solución de todos sus problemas, de forma que el terapeuta no debe dirigir la terapia, no debe dar consejos, no debe indicar a la persona qué debe hacer, sino que debe limitarse a eliminar los obstáculos que están impidiendo que la persona crezca (siguiendo la metáfora tan habitual de la `fiowerpeople “: igual que el jardinero no “tira” de las plantas hacia arriba, sino que limpia e/jardín para que las plantas crezcan desarrollando su interior, todos los problemas de la persona se resolverán cuando consiga ser él mismo). La “terapia centrada en el cliente” es ante todo una psicoterapia de la libertad y la responsabilidad de la persona. El hombre es libre y responsable de sí mismo, de forma que cuando los psicoanalistas o los conductistas dirigen el curso de la terapia están faltando al respeto a su cliente, considerándolo incapaz, inmaduro, no como una persona libre y capaz que lleva en su interior la solución de los problemas. Así, la relación terapéutica debe ser la “no relación”; el psicoterapeuta debe ser la “no persona”, de forma que el cliente, por primera vez en su vida, se encuentra con una situación en la que se dan las condiciones para que crezca libremente como persona.
El segundo énfasis de la terapia rogeriana está en la empatía. El terapeuta debe crear un clima en donde se produzca la unión de los campos fenoménicos del terapeuta y el cliente. Por tanto, el terapeuta debe tener la habilidad de renunciar por completo a su propio marco valorativo, a su propia forma de ver las cosas, y adoptar por completo el punto de vista del cliente. El terapeuta debe convertirse en el cliente. (Para ello puede ayudarse de una serie de técnicas, la más popular de las cuales es la “técnica del reflejo del sentimiento” o “técnica del espejo “, mediante la cual el terapeuta se limita a reflejar lo que el cliente le está expresando, afín de que el cliente, viéndose en el otro (el terapeuta), obtenga un “insight “, una idea fiel de sí mismo. La técnica es tan simple que ha dado lugar a “terapeutas computerizados”).
La última de las claves de la terapia rogeriana, derivada de la anterior, consistiría en la aceptación incondicional del cliente. El terapeuta no debe juzgar ni valorar absolutamente nada del cliente, ni positiva ni negativamente. Se ha de aceptar a la persona tal y como es, independientemente de lo que sea. No debe haber ni una critica, ni una alabanza, la neutralidad debe ser total. El terapeuta debe limitarse a comprender, a querer al cliente tal y como es, sin ningún tipo de interpretación moral, de forma que la persona, por primera vez en su vida, se encuentra en una relación en la que no es juzgado, y en donde el amor (de una persona tan socialmente
...