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“Terapia Centrada en el Cliente, de Carl Rogers”


Enviado por   •  27 de Marzo de 2016  •  Informes  •  9.699 Palabras (39 Páginas)  •  750 Visitas

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Universidad Dr. José Matías Delgado

Facultad de Ciencias y Artes “Francisco Gavidia”

Escuela de Psicología

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Psicología Clínica y de la Salud

Catedrático/a:

Licda. Ana Irma Quijada

“Terapia Centrada en el Cliente, de Carl Rogers”

Estudiantes:

Héctor Antonio Yanes Castellanos

Alberto José

Jacqueline Priscila

Grupo: 1-1

Antiguo Cuscatlán, 29 de marzo del 2016.


Resumen

En el presente trabajo hacemos una revisión de la vida de Carl Rogers y del desarrollo teórico de la Terapia Centrada en el Cliente, como una propuesta terapéutica humanista que relieva el papel de la estima incondicional positiva, la empatía y la congruencia. Se comentan los aspectos relacionados con la formación y las influencias profesionales que recibió Rogers, así como su labor terapéutica en el contexto de la psicología dominante en Estados Unidos durante aquellos años. Carl Rogers, es una de las figuras que se incorpora como uno de los principales promotores del enfoque humanista en la psicología, enfoque que plantea que el hombre es un ser esencialmente bueno y que busca su felicidad y su autorrealización. El humanismo responde así, a una concepción, que postula una forma de nativismo semejante al de Descartes o al de Sócrates, pero que queda mejor definido con la frase de Jean Jacques Rousseau: “el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe”. Podemos decir por tanto, que el humanismo es una concepción que se opone al determinismo del psicoanálisis, al objetivismo conductual y al racionalismo de los trabajos cognitivos; y desarrolla una visión más positiva del hombre (Sue, Sue y Sue, 1999; Arias, 2013).

Objetivos

Objetivo General:

Objetivos Específicos:


Marco Teórico

LA TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE DE CARL ROGERS

Probablemente el método del enfoque humanista más conocido y de mayor influencia para la intervención clínica es el de la terapia centrada en el cliente de Carl Rogers (1942, 1951, 1959, 1961, 1970). Aunque la capacitación inicial de Rogers como psicólogo se basó en una tradición psicodinámica, finalmente rechazó los principios de esa tradición y fundó un método para el tratamiento, que ya en 1940 había aportado a la Psicología clínica su primera alternativa sistemática respecto a Freud. Come veremos, Rogers estableció también una tradición de hacer investigación sobre el proceso y el resultado de la Psicoterapia.

Algunos antecedentes de terapia centrada en el cliente

Carl Rogers nació el 8 de enero de 1902, siendo el cuarto de seis hijos de una familia protestante conservadora y muy unida. La religión y los conceptos de individualismo, confianza en sí mismo y trabajo duro fueron influencias tempranas importantes. En la juventud de Rogers "no había bebida, baile, juegos de cartas, asistencias al teatro, pequeña vida social...” (Sollod, 1978, p. 95); de hecho cuenta que solamente salió en dos ocasiones con una muchacha durante su educación media. (Reisman, 1966). Cuando Rogers tenía 12 años, su familia se mudó a una granja y él se interesó por la agricultura, particularmente en sus aspectos científicos y experimentales. Cuando cumplió 14 años, Rogers se había convertido en un estudioso de la agricultura científica y aprendió "cómo se llevaban a cabo los experimentos, cómo se combinaban los grupos de control con los grupos experimentales, cómo se mantenían constantes las condiciones por medio de procedimientos al azar…" (Rogers, 1961, p. 6). Rogers se especializó en agricultura en la Universidad de Wisconsin pero, debido a sus antecedentes familiares, se inclinaba por llegar a ser ministro protestante. En su primer año de Universidad pasó 6 meses en China en una reunión de la World Student Christian Federation y durante ese tiempo comenzó a analizar críticamente las opiniones religiosas demasiado conservadoras de sus padres y a inclinarse hacia formas más liberales del cristianismo. Como resultado, se inscribió después de su graduación en el New York City's Union Theological Seminary, institución cuya orientación liberal era compatible con las nuevas ideas religiosas de Rogers. Mientras estuvo en el Seminario, Rogers y algunos de sus compañeros formaron un grupo independiente de estudio cuyo objetivo era buscar la verdad por medio de la reflexión y la discusión acerca de dudas, conceptos e ideas personales. No había instructor. "La mayoría de los miembros de ese grupo, al reflexionar sobre las preguntas que ellos hacían se consideraron a sí mismos no idóneos para la labor religiosa. Yo fui uno de ellos." (Rogers, 1961, p. 8). En 1925, después de 2 años en el Seminario, Rogers se inscribió en el Teachers College de la Universidad de Columbia para estudiar Psicología. Ya desde su viaje a China, Rogers había estado luchando con el concepto de autoridad. Había aprendido que en la religión, la educación, la vida de familia, los que tenían la autoridad querían decirle a la gente qué hacer, cómo pensar y qué valores adoptar. Ya había comenzado a poner en duda la sabiduría y en último término la rectitud última de este enfoque, no sólo como una fuerza en su propia vida, sino también en la de los demás. Mientras estuvo en el Teachers College, Rogers encontró que no estaba solo con su preocupación. Por medio de William Kilpatrick, un miembro de la facultad, tuvo conocimiento de la educación progresiva, entre cuyos conceptos estaba la noción de que la educación debía favorecer el crecimiento personal de los estudiantes acomodando las lecciones al nivel de entendimiento del alumno y ajustando el material a la medida de la necesidad del alumno. Los patrocinadores de la educación progresiva, como Kilpatrick y John Dewey defendieron también el uso de la discusión dirigida para ayudar a los alumnos a encontrar por sí mismos las cosas, en vez de lograrlo únicamente mediante lecturas y conferencias en que se dice a los estudiantes las respuestas o conclusiones correctas. El entrenamiento de Rogers en terapia infantil en Columbia comenzó bajo la dirección de Leta Hollingsworth y continuó durante un año de internado en el Institute for Child Guidance en Nueva York. Se recordará que las clínicas de orientación infantil en este tiempo estaban dirigidas por psiquiatras, así que Rogers vivió bajo una fuerte influencia del tratamiento freudiano. Aunque "aprovechó mucho" (Rogers, 1959, p. 186) esta experiencia, Rogers se hallaba incómodo con el concepto del terapeuta-como-autoridad tal como le había sucedido con la noción maestro-como-autoridad. Así que, después de aceptar su primer empleo como psicólogo en el departamento de estudio de los niños en la Rochester (New York) Society of the Prevention of Cruelty to Children (una agencia de Orientación Infantil), Rogers se sentía cada vez más frustrado con el método de Psiquiatría dinámica que prevalecía en el tratamiento de los pacientes y sus problemas. En este momento (a principios de los años treinta), Rogers no estaba realmente seguro de qué alternativa seguir, pero sintió que tenía que haber una manera mejor de realizar el trabajo clínico. Apareció el principio de una alternativa cuando Rogers estuvo consciente del método terapéutico de Otto Rank, sobre todo debido a la influencia de los trabajadores sociales de tendencia Rankiana en Rochester y a los escritos de Jessie Taft, una psicóloga y trabajadora social de Filadelfia. Taft había desarrollado un enfoque que llamaba terapia de relajación. Era una forma de tratamiento "que podía aplicarse sólo cuando se prescindía de todo intento de control" (Taft, 1951, p. 94). Los procedimientos de Taft reflejaban los principios básicos que antes había establecido Rank: "El cliente individual… es una causa en movimiento que contiene fuerzas constructivas interiores que constituyen una voluntad hacia la salud. El terapeuta guía al individuo a la autocomprensión, la autoaceptación. El remedio es el terapeuta como ser humano, no su habilidad técnica... La espontaneidad y la individualidad de la terapia vivida en el presente llevan al paciente hacia la salud". (Meador y Rogers, 1973, p.121.). Estas ideas iban bien con Rogers. Ajustaban perfectamente con los principios de educación progresiva que lo habían impresionado tanto durante sus estudios de postgrado, reflejaban su propia desconfianza creciente del tratamiento autoritario en el que el terapeuta tomaba el papel de "experto" por encima del cliente y evocaban los ideales de su niñez; "... el individualismo de los estadounidenses, la creencia en la autoconfianza, la convicción de que el individuo podría aprender a hacer lo que era necesario que él aprendiera e hiciera" (Meador y Rogers 1973, p. 120). Rogers comenzó a incorporar en su trabajo clínico algunas hipótesis acerca del no-autoritarismo y el valor terapéutico de una buena relación humana. Contrario a la creencia popular de entonces, Rogers comenzó a pensar que "es el cliente quien sabe lo que le lastima, qué direcciones ha de seguir, qué problemas son cruciales, qué experiencias han estado profundamente enterradas. Comenzó a sucederme que a menos que yo necesitara demostrar mi talento y condicionamiento, confiaba más en el paciente para la dirección del movimiento... "(Rogers, 1961, pp. 11-12).

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