Sufrimiento Humano
PEPELUIS9227 de Abril de 2015
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SENTIDO DEL SUFRIMIENTO HUMANO
Cuando las personas sufren, siempre sufren como seres humanos en su totalidad. El sufrimiento emocional, cognitivo y espiritual de los seres humanos no se puede separar completamente de las otras clases de sufrimiento, tales como las que proceden de las condiciones naturales, ecológicas, políticas, económicas y sociales que han sido dañadas. Aunque todos los seres humanos comparten la misma necesidad humana básica de algún sentido de la vida, las condiciones personales del sufrimiento son, usualmente, el reto más fuerte para el sentido de la vida. Según Polaino-Llorente el dolor es una cuestión que interpela a cada persona, El sufrimiento resulta inevitable. Ningún hombre puede zafarse de la experiencia del sufrimiento. De una u otra forma, todos acabamos por ser hombres dolientes. Pero decía el maestro Eckhart que: “la cabalgadura que con más rapidez conduce a la perfección es el sufrimiento
El dolor varía según diversos factores: cultura, experiencias anteriores, comprensión y conocimiento de las causas, distracción, fatiga, estado de conciencia, etcétera. El dolor humano tiene muchos y complejos componentes subjetivos y sentimentales. Tanto el dolor como la tristeza se mitigan por la compasión de los amigos, al ver la compasión, nota el esfuerzo del amigo por aliviarle y eso aumenta su fortaleza para sufrir; entiende que su amigo le ama y eso es algo que deleita.
Podemos plantearnos diversas formas de remediar nuestro dolor dependiendo de la intensidad de dolor. Quizá pensamos ante todo en la ayuda y el consuelo que pueden ofrecer los demás (V. Frankl, El hombre doliente). También hay ocasiones en las cuales se necesita de otras alternativas como: empleo de fármacos, técnicas analgésicas, técnicas de psicología etc. Esto a largo plazo puede influir de manera negativa en la vida como impedir alcanzar nuevas metas, bienes, intereses y afectar la integridad psicofísica de la persona. En todo caso, el dolor es tal vez lo que más ayuda a reconocer nuestra condición de criatura y la verdad de nuestra limitación: requisitos imprescindibles para mejorar. El dolor humano tiene muchos y complejos componentes subjetivos y sentimentales, el fuerte se queda tranquilo intentándolo sinceramente y dispuesto a soportar, en su caso, el dolor del fracaso.
Lo primero que se necesita para saber qué hacer con el dolor es aceptarlo, como algo que está ahí, y que tenemos que encarar: es el momento dramático de nuestra existencia. Señala Lewis: “la primera y más humilde operación del dolor destroza la ilusión El sufrimiento puede ser tan intenso que destroce las convicciones más fuertes y orgullosas de un hombre, le enseñe la humildad, adopte en los demás el carácter de la compasión, respeto y miedo. Esto lleva a superar y afrontar lo negativo del sufrimiento, logrando encontrar sentido al sufrir, hallando alegría en medio del dolor. Hay que distinguir entre sufrimiento físico y moral (cuerpo y espíritu), aunque parezcan diferentes son similares ya que afectan al alma y cuerpo.
El mundo del sufrimiento es muy disperso por los sujetos que afecta pero, en sí mismo, contiene un singular desafío a la comunión y a la solidaridad. El sufrimiento es una fuente de enriquecimiento personal para el que sufre y quienes le rodean. Hace falta don de sí, capacidad de apertura del propio yo al yo ajeno. El mundo del sufrimiento invoca sin pausa otro mundo: el del amor al prójimo.
El dolor y el sufrimiento forman parte de la vida humana, son inseparables de la existencia del hombre, aunque los momentos de dolor, la frecuencia y los grados de intensidad pueden variar a lo largo del tiempo. También existe una gran desigualdad en el sufrimiento de las diversas personas: desde el que casi no ha sufrido hasta el que sufre lo indecible. Hay que afirmar la cultura de la vida. En ella, el dolor “puede contribuir al perfeccionamiento
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