TECNICAS HUMANISTAS
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Curso de Especialista en Psicoterapia
2005 / 2006
Terapias Humanistas
Índice
Características generales 4
Evolución de la Psicología 5
La Psicología humanístico existencial 5
El concepto de persona en la psicología humanístico-existencial 6
Algunos conceptos base 6
Principales enfoques de la Psicología Humanístico Existencial 8
Psicoterapia centrada en el cliente: Carl Rogers 8
Su vida 8
Sus principios 9
Sus intenciones 9
En relación con uno mismo 9
En las relaciones personales 10
Evolución del pensamiento de Carl Rogers 11
La autenticidad 12
La consideración positiva 13
La comprensión empática 13
La madurez psicoafectiva 14
Valores y límites de la metodología rogeriana 14
El principio inspirador de la no-directividad 15
El aparato técnico: la reformulación 17
Biografía de Carl Rogers 19
Las propuestas de Carl Rogers 20
La terapia centrada en la persona de Carl Rogers 21
Las 14 respuestas malditas 25
Escucha activa 26
Psicodrama: Jacob Moreno 29
Biografía de Jacob Moreno 29
Psicodrama: Jacob Moreno 30
Teoría del Psicodrama 31
Principios del Psicodrama 31
Cómo se realiza una sesión de psicodrama 31
Proceso de intervención psicodramático. 32
Concepción de proceso terapéutico. 32
Las resistencias 33
Catarsis de Integración desde el Psicodrama. 34
Psicodrama - (Teodoro Herranz) 35
Visión evolutiva 36
¿Cómo hacer la evaluación? – Las heridas relacionales 39
El hipocondríaco 42
Técnicas de intervención 42
Suicidio 42
Trabajo con parejas 43
Logística de las sesiones terapeúticas 45
Psicoterapia gestáltica 45
Biografía de Fritz Pearls 45
Enfoque gestáltico. Fritz Perls 46
Principios fundamentales en Gestalt 47
Principales premisas del Enfoque Gestáltico 50
Desarrollo de la terapia 51
Técnicas gestálticas 51
Técnicas supresivas 52
Técnicas expresivas 53
Técnicas integrativas 53
Los sueños en Gestalt 53
El Self y los introyectos 54
Terapia Gestalt - (Pedro de Caso) 55
Análisis Transaccional: Eric Berne 59
Los estados del yo 60
Estructura de la personalidad desde en Análisis Transaccional 61
La necesidad de reconocimiento 67
La estructuración del tiempo 68
La posición existencial 69
El guión de vida 70
Matriz del guión 70
El Contrato en la Terapia Transaccional 72
La Intervención Terapeútica en el AT 73
Bioenergética: Alexander Lowen 73
Focusing – Eugene Gendlin 74
La Relación Interior 79
La intervención en Focusing 80
Presencia 81
El Proceso de Duelo 82
Hipótesis de trabajo 82
Tipos de duelo 82
Los mecanismos de defensa 84
Sentimientos que ocultan o camuflan la culpa 84
Salidas a una situación de pérdida 84
Objetivos 85
Psicoterapia Humanista Integrativa – José Zurita 86
Las Emociones en la Psicoterapia Humanista Integrativa 86
Principio de Coherencia y Congruencia 89
Características generales
(“Psicoterapias – Escuelas y conceptos básicos” - José Luis Martorell)
Bajo el epígrafe de psicoterapias humanístico-existenciales se han agrupado los enfoques que nacieron como alternativa al psicoanálisis por un lado, y a las corrientes conductistas por otro. De aquí que al movimiento humanístico-existencial se le haya denominado la tercera fuerza de la psicología.
Se consideran dentro de este enfoque a las propuestas que surgen de la tradición fenomenológico-existencial europea y a las que provienen del movimiento norteamericano de la psicología humanista. Tanto la diversidad de enfoques como la aglutinación de diferentes influencias hacen que haya que hablar más de un movimiento que de una escuela formalmente constituida.
Algunos de los autores más representativos dentro del movimiento humanístico-existencial son: Bingswanger, May, Rogers, Maslow, Laing, Perls, Berne, Lowen y Moreno.
A pesar de carecer de una unidad de escuela, se pueden señalar algunas características comunes a los enfoques agrupados en este movimiento, las cuales tienen que ver con una cierta concepción psicológica del ser humano:
El ser humano es superior a la suma de sus partes. Debe ser concebido globalmente: sentimiento, pensamiento y acción forman un todo integrado.
La conducta humana es intencional. La búsqueda de sentido y las motivaciones axiológicas (libertad, dignidad) y no sólo las materiales, son aspectos fundamentales del ser humano.
La existencia humana se realiza en un contexto interpersonal.
El hombre es autónomo, es decir, tiene la capacidad y la responsabilidad de tomar decisiones que dirijan su propio desarrollo. Este principio es complementario con el anterior: sólo un individuo autónomo puede asumir su responsabilidad interpersonal.
El hombre tiende a la autorrealización. Ésta es la tendencia inherente del organismo hacia el crecimiento y la diferenciación.
El ser humano está presente a sí mismo en términos de una experiencia interior. Esta vivencia inmediata y el significado que le da la persona son elementos fundamentales en la comprensión del ser humano.
“La Relación de ayuda: de Rogers a Karkuff” - (Bruno Giordani)
Capítulo 1 – La Psicología Humanístico-Existencial
Evolución de la Psicología
La psicología como ciencia autónoma, apareció en la segunda mitad del siglo XIX. Como fecha convencional se fijó el año 1879, año en el que Wundt fundó en Leipzig, el primer laboratorio de psicología experimental.
Podemos trazar el arco evolutivo de la psicología, a partir de una psicología de superficie, que registra y valora las expresiones fisiológicas y revela los contenidos de la conciencia, pasa por la psicología de lo profundo, centrada en el estudio de los instintos y del inconsciente, continúa por la psicología de la trascendencia, o “Tercera Fuerza” que se propone comprender la totalidad de la estructura personal sigue por la psicología transpersonal, ocupada del desarrollo del nivel superior de la psique, y finaiza en la psicosíntesis, que propone una concepción unitaria del hombre y de la cultura.
A lo largo de este arco evolutivo, identificamos tres movimientos, verdaderas revoluciones del pensamiento y de la praxis de esta nueva ciencia. Son el Conductismo, el Psicoanálisis y la Tercera Fuerza o Psicología Humanístico-existencial.
La Psicología humanístico existencial
La psicología humanista nació oficialmente en el año 1962. Surgió como respuesta crítica e innovadora al pesimismo y al determinismo presentes en el conductismo y el psicoanálisis. Separada totalmente del conductismo, recoge varios conceptos del psicoanálisis. Se inspira, además en el pensamiento madurado por el humanismo y el existencialismo contemporáneo.
La psicología humanista encuentra puntos de contacto con las teorías de los neo-freudianos, que se negaron a aceptar el determinismo instintivo y la pretensión de encontrar sólo en la primera infancia el origen de las motivaciones y de los conflictos psíquicos, dando mayor importancia a la situación presente del paciente y a su capacidad de elegir y entender.
La idea base de los psicólogos existenciales se encuentra expresada en una frase de S. Kierkegaard “La verdad existe para el individuo sólo en cuanto este la traduce en acción”. De aquí se deriva el principio: conocer a través de la acción.
En el campo psicológico el existencialismo no rechaza el estudio de varios dinamismos presentes en el hombre (instintos, pulsiones, condicionamientos), pero sostiene que el individuo concreto trasciende siempre hacia un determinado mecanismo y lo experimenta según la propia personalidad. Los psicólogos existencialistas sostienen que el mecanismo tiene significado en función de la persona, y no al revés.
Oponiéndose al reduccionismo del psicoanálisis y de la psicología comparada, la psicología humanista se propone comprender la totalidad de la estructura personal y la originalidad del psiquismo humano. Esta característica está integrada por un fuerte énfasis en la relación “yo-tu”, como método de aceptación de uno mismo y del mundo de los demás. El psicoterapeuta no puede limitarse a ser el “catalizador mudo”, sino que se convierte en una persona que participa en el encuentro en su totalidad para poder conocer, entender y ayudar al otro.
El programa de la Tercera Fuerza se encuentra resumido en una especia de “Manifiesto” de la Asociación fundada por A.H. Maslow y por otros psicólogos en 1962, en la que se acuerdan cuatro puntos en los cuales se inspira la psicología humanístico-existencial:
1. Focalización del interés sobre la experiencia como fenómeno primario en el estudio del hombre.
2. Acentuación de las cualidades que son únicamente humanas, como la elección, la creatividad, la valoración y la autorrealización, en oposición a la manera de entender al hombre en términos mecanicistas y reduccionistas.
3. Un atenerse fielmente a la importancia de la elección de los problemas a estudiar y de los métodos de investigación.
4. Un fundamental interés y apreciación por la dignidad y el valor del hombre y un intenso interés por desarrollar todo el potencial inherente a cada persona.
Son numerosos los nombres de aquéllos que con distinto título y aportaciones distintas, merecen ser recordados. El primero es A.H. Maslow justamente reconocido como el padre de la Tercera Fuerza. Otras grandes figuras dentro de este movimiento han sido G.W. Allport, Rollo May, Carl Rogers, que inauguró un método centrado en la persona, Robert Carlhuff, discípulo de Rogers que se distanció del maestro debido a incompatibilidades de ideas, Erich Fromm, Víctor Frankl, padre de la logoterapia, y otros muchos que han militado en la psicología humanístico-existencial.
El concepto de persona en la psicología humanístico-existencial
La psicología humanista mantiene una concepción abierta de la personalidad, basada en una serie de factores que revelan un aspecto dinámico y activo de la persona y una dimensión social que la persona necesita para desarrollarse, salir de sí mismo, confrontarse con los demás e interesarse por ellos.
Algunos conceptos base
Organismo: La psicología humanístico-existencial le da el significado de unidad psicosomática, pretendiendo indicar al individuo en su totalidad, oponiéndose a las concepciones atomistas y dualistas que sostienen una dicotomía entre soma y psique.
Percepción y campo perceptivo: La psicología humanístico-existencial entiende la percepción como el significado que la persona da a todo aquello que ocurre dentro y fuera de ella.
En esta definición, resulta evidente la acentuación de la subjetividad en la percepción. Se puede decir que para el individuo es la percepción la que crea la realidad y no al revés.
El campo perceptivo, o marco de referencia interno, es el conjunto de las percepciones presentes en el individuo, que constituye su mundo subjetivo. Por lo tanto, éste es solo accesible a la persona, y los demás solo podrán acercarse a él si adoptan una postura empática.
La imagen de uno mismo: Es el resultado de una doble percepción: 1) la percepción que tengo de mí mismo en relación conmigo mismo: percepción intrasíquica; 2) la percepción que tengo de mí mismo en relación con los demás y con el mundo que nos rodea: percepción interpersonal.
El inconsciente: Es el conjunto de las experiencias que quedan en el “fondo” frente a las otras que están presentes en la conciencia y que juegan un papel de “figura”
La energía organísmica: Indica lo que el organismo humano es capaz de expresar a través de una postura. La raíz de la que salen los sentimientos, las pulsiones, los deseos y las necesidades; el origen de las actitudes, de las aspiraciones, de las capacidades de base de un individuo; la fuente de energía de la cual deriva la imagen de uno mismo y que sostiene y orienta el comportamiento.
La tendencia actualizante: Rogers lo describe como “Cada organismo está animado por una tendencia intrínseca a desarrollar todas sus potencialidades y a desarrollarlas de forma que favorezcan su conservación y su enriquecimiento”.
Esta visión optimista se traduce en la convicción de que el hombre es capaz de resolver sus propios problemas y actuar su propio plan de vida, porque tiene dentro de sí la energía y el criterio de valoración suficientes para llevar a cabo el desarrollo de sí mismo.
La acción de la tendencia actualizante no es ni automática ni absoluta. El componente hereditario y las fuerzas ambientales son debidamente tenidas en consideración por la psicología humanista, sin que se conviertan en atributos absolutos del devenir del hombre, como intentan hacer el conductismo y el psicoanálisis.
La valoración organísmica: Representa el sistema regulador y de control en cuanto convierte la energía psíquica en comportamientos aptos para orientar a la persona hacia una vida cada vez más plena, hacia la realización de sí mismo y hacia una buena vida.
La libertad experiencial: Es la posibilidad que el ambiente ofrece al individuo de comunicar la vivencia interior del momento, sin temer ser juzgado y amenazado en la imagen que cada uno tiene de sí mismo y que intenta conservar.
La psicología humanista se encuentra especialmente atenta a las continuas trasformaciones que caracterizan la evolución de la persona. El proceso de cambio no consiste en el paso de un punto fijo a otro punto fijo. Rogers habla de un “continuo”, un movimiento ininterrumpido que va desde un funcionamiento psicológico rígido y estático, a un funcionamiento fluido y dinámicamente mutable.
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