TEORÍA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES
darioed21 de Julio de 2013
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TEORÍA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES
Indice
1. Introducción
2. Las representaciones colectivas de Emile Durkheim
3. La psicología ingenua de Heider
4. Hacia la génesis de las representaciones sociales
5. El concepto de representaciones sociales
6. La construcción de una representación social
7. Campos de investigación de las representaciones sociales
8. Bibliografía Básica
1. Introducción
En una obra aparecida en 1872 y consagrada a los modos de expresión de las emociones, el biólogo Charles Darwin se dedicó a la observación de los fenómenos ligados al encuentro entre dos animales. Darwin registra cuidadosamente las modificaciones fisiológicas que constata proporcionando un completo informe de la "conversación de gestos" que se desarrolla ante sus ojos. Señala que estas "actitudes" implican la colocación de todo el cuerpo, la postura, la orientación reciproca de ambos protagonistas. No resulta sorprendente que diversas escuelas psicosociológicas hayan podido sacar provecho de esta obra de Darwin, aún cuando las relaciones humanas constituyen fenómenos mucho más complejos.
La particular complejidad de los contactos entre las personas proviene del papel que en ellos desempeña el lenguaje. "Gesto" perfeccionado, exclusivo de la especie humana, portador de emociones pero también de ideas e imágenes.
Al tener el mismo significado para quien habla y para quien escucha, el lenguaje permite tanto "representar" un objeto ausente o invisible, como evocar el pasado o futuro; esto es lo que muy bien resume E. Goffman cuando registra "numerosos hechos cruciales se sitúan más allá del tiempo y el lugar de la interacción o son disimulados en su interior".
En la mayoría de las sociedades humanas, las personas pasan una gran parte de su tiempo hablando y quien desee estudiar las representaciones sociales deberá interesarse por el contenido de estas conversaciones que, por otra parte, presentan muy variadas formas.
A finales de siglo G. Tarde había comprendido la importancia de las comunicaciones en la reproducción y transformación de las sociedades humanas, propuso que la psicología social se hiciese cargo del estudio comparativo de las conversaciones.
Desde la proposición de Tarde las cosas han evolucionado, y uno de los cambios más espectaculares es sin duda el papel cada vez más determinante de los medios de comunicación de masas en donde las conversaciones particulares nunca han girado tanto alrededor de acontecimientos de alcance nacional e internacional. Todo esto llevo a Sergei Moscovici a caracterizar a nuestro tiempo como la época por excelencia de las representaciones sociales.
Numerosas representaciones son sociales porque son transmitidas por los medios de comunicación, de ahí el interés que tiene el análisis del contenido de estos medios de comunicación para el estudio de las representaciones sociales. Esquemáticamente nos encontramos ante representaciones sociales cuando las personas debaten temas de mutuo interés.
Resulta evidente que las conversaciones trascienden la esfera de las simples opiniones, imágenes y actitudes. Se trata de "sistemas cognitivos que poseen una lógica y un lenguaje particulares, de "teorías", de "ciencias" sui generis, destinadas a descubrir la realidad y ordenarlas" (Moscovici, 1969). Su función proviene de que son compartidas a nivel de una misma comunidad por lo que se refiere a las "Representaciones Colectivas", a cuyo estudio se dedicó Durkheim.
Setenta años después de Durkheim, el concepto de representación colectiva se convierte en el punto de partida de la investigación sobre las representaciones sociales con la obra de Sergei Moscovici La psychanalyse, son image et son public (1961). Su propósito era mostrar cómo una nueva teoría es difundida en una cultura determinada, cómo cambia a su vez la visión que la gente tiene de sí misma y del mundo en que vive.
Hasta ahora Moscovici tenía una incidencia en la Psicología Social más bien escasa, y salvo para un número reducido de autores franceses, entre los que destacan Herzlich (1969), Flament (1967), Abric (1971) y Codol (1974), el impacto de la noción es más bien restringido. (Elejabarrieta, 1991)
De hecho, no es hasta los años 80 que se comienzan a generalizar los estudios sobre representaciones sociales y a establecer un dominio generalizado de utilización y de desarrollo de la noción que dan lugar a un espacio propio para una teoría de las representaciones sociales.
2. Las representaciones colectivas de Emile Durkheim
Originalmente es Emile Durkheim (1898) quien se refiere al concepto de "representaciones colectivas", que para él son como los conceptos, categorías abstractas que son producidas colectivamente y que forman el bagaje cultural de una sociedad. A partir de ellas se construyen las representaciones individuales y que no son otra cosa que la forma o expresión individualizada y adaptada de estas representaciones colectivas a las características de cada individuo. Pero la noción de Durkheim, guarda importantes diferencias conceptuales a las representaciones sociales (Moscovici, 1989)
La primera diferencia es que, según Durkheim, las representaciones colectivas, son concebidas como formas de conciencia que la sociedad impone a los individuos. Las representaciones sociales, por el contrario, son generadas por los sujetos sociales. Esta diferencia es fundamental, puesto que como ha subrayado acertadamente Ibáñez (1988), nada más erróneo que confundir lo colectivo con lo social. Lo colectivo hace referencia a lo que es compartido por una serie de individuos, sea social o no. Lo social hace referencia al carácter significativo y funcional de que disponen ciertos elementos.
La segunda diferencia es que el concepto de representación Durkheim implica una reproducción de la idea social. Mientras que en la teoría de las representaciones sociales, es concebida como una producción y una elaboración de carácter social sin que sea impuesta externamente a las conciencias individuales como proponía Durkheim.
Son estas razones las que diferencian ambas nociones, aunque la similitud terminológica haya ocasionado que se piense que una es correlato histórico de la otra.
Ciertos investigadores han señalado que Moscovici solamente cambió el nombre de representaciones colectivas a sociales, a lo que dicho autor ha respondido explicando que "el término colectivo ha tomado recientemente un significado bastante especifico: el de una fuerza gregaria que se impone al individuo" (Banchs, María, "Representaciones Sociales. Pertinencia de su estudio y posibilidades de aplicación". Boletín de Avepso, volumen XIV, 1991.), lo que significa que dicho término tiene un poder coercitivo sobre los miembros de una sociedad, al punto de tener un carácter supraindividual, y las designa sociales, puesto que considera que no se debe subestimar la autonomía del presente y la contribución que hace cada miembro de una sociedad, señala además, que la persona construye en su interacción social la realidad en la cual vive.
3. La psicología ingenua de Heider
La psicología ingenua por la que aboga Heider, tiene su importancia por ser dentro de la psicología social una de las primeras defensas rigurosas de estudio de un pensamiento individual que no se contempla como pensamiento ignorante.
Heider es el primer psicólogo social que encuentra en el pensamiento y en el conocimiento cotidiano no un pensamiento de segunda clase, sino un pensamiento y un conocimiento importante y fundamental en la determinación del comportamiento. En este sentido Heider, retorna al sujeto un status de conocedor que la psicología elitista le había privado hasta casi mediados de nuestro siglo.
Cuando en 1900, Binet denominaba "corderos de ideas" a las personas influenciables, estaba designando así la existencia de un pensamiento borreguil, especie de pensamiento que en algunas concepciones de la ideología aún tienen gran valor. Y corresponde a Heider (1958) haber proporcionado, aunque quizás preconcebido, los argumentos más sólidos en contra de este prejuicio sobre el carácter inferior del pensamiento lego e ignorante. Su concepción de la "psicología ingenua", como elemento explicativo básico de la conducta social y de las relaciones interpersonales, situaba a la psicología social en el estudio del sentido común de las personas, sin atribuciones discriminativas previas sobre los errores, sesgos o incluso sobre la inferioridad endógena del sentido común.
Sin embargo, la psicología ingenua de Heider, como todas las psicologías inspiradas por la idea de la motivación hacia la consistencia, es una psicología intraindividual que pretende dar cuenta del comportamiento social. Y si Heider transforma el sugestionable lego ignorante de Binet en un pensante individual, Moscovici, al proponer la noción de representación social, intenta expresar una forma específica de pensamiento social que tiene su origen en la vida cotidiana de las personas.
La construcción social de la realidad
En 1966, Berger y Luckman, dos sociólogos del conocimiento, publican una obra que desde su inicio propone una tesis breve pero de gran alcance: " la realidad se construye socialmente y la sociología del conocimiento debe analizar los procesos para los cuales esto se produce" (Berger & Luckman, 1966).
Para estos investigadores la relatividad contextual del conocimiento es una característica fundamental de la generación social de la realidad y por ello
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