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Televisión como medio de comunicación social

redcoltcr24 de Marzo de 2012

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Televisión como medio de comunicación social

La televisión es el medio de comunicación masiva por excelencia, hoy en día se consideraría como una familia extraña aquella que diga que no tiene un televisor en su hogar y que dedican el tiempo compartido de la noche unas dos o tres horas a comentar lo que paso durante el día. La vida social familiar se realiza en el mejor de los casos alrededor de la televisión y decimos en el mejor de los casos porque gran mayoría de los hogares cuenta con dos o más televisores en sus casas tal que, el padre tiene una en su cuarto para ver el fútbol, la madre tiene otra para ver las novelas, y los niños otro para ver sus programas o jugar videojuegos.

Lo anterior puede ser un estereotipo pero, precisamente es la televisión la que se encarga de reforzar, crear y hasta deshacer estereotipos, como lo comenta Marks Greenfiel en su libro El niño y los medios de comunicación (2009, pp. 65-66):

La TV puede hacer algo más que reforzar estereotipos. Se trata de un medio tan poderoso que, mediante una cuidadosa planificación, puede utilizarse también para deshacer estereotipos sociales. El mejor ejemplo de ello es Freestyle, una serie producida para la TV pública norteamericana con el expreso propósito de cambiar las actitudes sobre papel sexual en niños de ambos sexos y de edades comprendidas entre los 9 y los 12 años. En trece espacios de media hora cada uno, dicha serie presenta argumentos en los que las niñas pueden observar como hacerse independientes y proponerse hacer carrera en sectores tradicionalmente masculinos, mientras que los niños aprenden a cuidar a los demás y expresar emociones.

Ya sea con fines educativos y positivos como el anterior o negativos la televisión es por excelencia el medio que más crea actitudes y valores en sus televidentes. Esto lo consigue gracias a que para los espectadores ya sean estos niños, adolescentes o adultos la realidad se mezcla con la fantasía, a tal grado que es difícil en muchos de los casos distinguir cual es cual. Esto queda comprobado en los actores y como el público los percibe. Un actor que haga el papel de villano en una telenovela obtendrá la animadversión de los televidentes y un actor que tenga un papel de víctima recibirá el aprecio; de tal forma que la ficción que se presenta en la televisión crea una idea distorsionada de lo que es la realidad:

Los medios de comunicación que tienen como base principal la imagen, presentan al espectador una nueva óptica de la realidad. Esto proporciona al individuo y a la sociedad duplicidad de visiones que crea como consecuencia dualidad ideológica, cultural y de praxis, imposibles de adaptar y superar si no existe una crítica activa.

El ritmo de la televisión es a veces más rápido que el de la vida real, por muy vertiginosa que esta sea. En la pantalla todo se soluciona o termina en poco tiempo, a diferencia de la vida real en que los procesos son más largos. En una película o serie televisiva se soluciona un crimen, un problema familiar, o una situación, en un espacio fílmico de tiempo generalmente muy corto: de hora a hora y media. En la vida real las soluciones tardan mucho tiempo, años, o no llegan nunca. Inconscientemente pedimos más velocidad a las respuestas sociales (Enrique-Salanova)

Así que esta claro que la televisión trasmite una versión de la realidad, esta versión ya esta interpretada y manipulada con el fin del que la reciba responda a los fines de los que pagaron esa producción, es decir, si se habla de una telenovela, la idea es crear lo máximo de audiencia posible con el fin de que las televisoras que la contratan estén a su ves contentas ya que la cantidad de anunciantes crece y pagaran mas por el espacio publicitario, para esto se invierte en producciones caras donde cada vez son mejores los efectos especiales y locaciones y se busca incluir en sus temáticas las mas atractivas para los televidentes, líos pasionales, sexo, asesinatos intrigas, y por ultimo un boda muy romántica donde los protagonistas viven felices para siempre.

Valores y televisión

Es importante entender que al hablar de valores se habla de algo que puede variar considerablemente de un hogar a otro y en unos pocos metros, es decir, mientras que en un hogar el ver programas de televisión violentos puede ser considerado contra sus valores en otros hogares se puede considerar totalmente adecuado, en cuanto a la conceptualización del concepto valores se utilizara la siguiente y viéndola desde una óptica macro:

Al respecto Bergerón, (1983) expresa que el valor es: “una convicción profunda y relativamente estable en cuanto a su superioridad de un modo de conducta o de un objetivo de vida social”. (p.85). y Cruz, (2005) indica “se establece una doble naturaleza en los valores, objetiva y subjetiva… y a partir de esta doble naturaleza de los valores se pueden establecer dos tendencias…” (p.12).

Motta, (1994) expresa: “El valor es un bien considerado como tal por una comunidad que se manifiesta en las actitudes y comportamiento de las personas que actúan inmediatamente sobre nuestra voluntad, que nos lleva a la acción que se traduce como conductas” (p.16). (Alvarado, 2009 p.12)

Así que queda establecido que los valores son primero que todo pautas de conducta que permiten a una comunidad decidir si algo es una conducta aceptable o no aceptable, claro está, entra en juego aquí muchísimos factores individuales y colectivos que hacen que el análisis sea mucho más complejo. Por ejemplo, está el concepto de doble moral, que podríamos relacionar con el concepto de comunicación doble vincular, es decir toda la sociedad sabe y condena como un antivalor la infidelidad, pero las encuestas sobre este tema dicen que una gran parte de la población no le es fiel a su pareja.

Precisamente este tipo de mensajes de doble vínculo, ideas con doble sentido que la televisión encuentra un terreno fértil para desarrollarse y comunicarse. Costa Rica es un país que se ha declarado en contra de la violencia, pero los programas de televisión están repletos de violencia. Se trata de decir que la belleza interna es más importante que la belleza externa pero la gran mayoría de programas de televisión resaltan el hedonismo y el culto excesivo por la apariencia física.

Sobre este particular una investigación de Schwarzt (2003) plantea un esquema que resume la relación de los valores y la forma en la televisión los transmite:

Con el fin de poder analizar los valores implícitos y explícitos que subyacen a los contenidos televisivos se propone el modelo elaborado por Schwartz y Boehnke, (2003). Estos autores conceptualizan los valores como representaciones cognitivas con origen en las necesidades biológicas básicas, en las de interacción social y en las demandas de las distintas institucionales sociales. Aunque también se interpretan como una construcción individual de una meta transituacional (valores finales/instrumentales) donde las metas expresan intereses (individuales/colectivos/ambos) que tienen que ver con un dominio motivacional (disfrute, seguridad, logro, autodirección, conformidad, pro socialidad, poder social y madurez) y que estos intereses son evaluados dentro de un rango de importancia/no importancia como principios de actuación del individuo. Se puede observar la estructura del sistema de valores propuesta por Schwartz en el siguiente cuadro:

El modelo de Schwartz puede considerarse como una integración del modelo de Rokeach y las perspectivas más culturalistas que se han centrado en categorizar los valores en dominios motivacionales y/o de contenido con el objetivo de conocer la estructura subyacente a los sistemas de valores. En nuestra opinión, este modelo tiene la enorme ventaja de ofrecer una clasificación sólida no sólo desde el punto de vista teórico- conceptual, sino que también posee un refrendo estadístico-experimental que nos puede facilitar enormemente el análisis de valores, en las narraciones televisivas, de manera cuantitativa a partir de la creación de un instrumento “ad hoc”.

La estructura de valores propuesta por este autor, nos ofrece un esquema de interpretación de las conductas visualizadas en las narraciones televisivas, en términos de valores. Aunque, no se trata en sentido estricto de una teoría, sino más bien de un esquema categorial que nos facilita un trabajo empírico experimental. De acuerdo a lo expuesto anteriormente, el modelo de Schwartz nos ofrece, también, un marco de referencia para poder trabajar junto con el profesorado los valores que quieren desarrollar en sus alumnos y la discrepancia con los valores que se trasmiten en las narraciones televisivas. Es decir, no basta con utilizar el diálogo únicamente en los textos audiovisuales, sino que es necesario que los profesores y adultos también lo incorporemos en otros contextos de desarrollo de forma que se garantice una cierta coherencia en el proceso educativo. (Medrano, 2007 pp. 318-319)

CAPÍTULO III: CONTEXTO NACIONAL

En Costa Rica existe el Consejo Nacional de Espectáculos Públicos y la Comisión de Control y Calificación, esta comisión es la instancia encargada de regular el acceso de las personas menores de edad a los espectáculos públicos, videojuegos, material cinematográfico y material impreso de carácter pornográfico. Esta Instancia creó

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