Trabajo Decente

Trabajo Decente.

El concepto de trabajo decente fue introducido por el Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999 (citado en Villanueva, 2007), entendiendo por este como un “trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos y que cuenta con remuneración adecuada y protección social”.

Espinoza (2003,) expresa que el trabajo decente es “el trabajo productivo en el cual los derechos son respetados, con seguridad y protección y con posibilidad de participación en las decisiones que afectan a los trabajadores”, si bien se vuelven a destacar la seguridad y protección como aspectos que debía asegurar el empleo, en la definición que propone Espinoza resaltan además la dimensión política y el carácter colectivo, es decir, la participación y la negociación colectiva.

Por otra parte Somavía (1999, citado por Espinoza 2003) menciona que “por trabajo decente se entiende el trabajo que se realiza en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana”, aportando nuevos conceptos que son netamente de contenidos éticos.

Uriarte (2001, citado en Villanueva, 2007) por su parte menciona que el trabajo decente es principalmente concebido como un trabajo de calidad, más que como un trabajo productivo, de esta manera llega a una segunda acepción en la cual define el trabajo decente como “un empleo de calidad que respeta los derechos de los trabajadores y a cuyo respeto se desarrollan formas de protección social”.

Villanueva (2007), menciona que las diversas definiciones sobre trabajo decente integran 5 aspectos fundamentales:

 Trabajo productivo y seguro (de calidad).

 Con respeto por los derechos laborales.

 Con ingresos adecuados.

 Con protección social.

 Con diálogo social, libertad sindical, negociación colectiva y participación.

Actualmente, la Organización Internacional del Trabajo tiene como finalidad primordial promover oportunidades para que tanto hombres como mujeres puedan optar por un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana. El trabajo decente es el punto de convergencia de sus cuatro objetivos estratégicos; la promoción de los derechos fundamentales en el trabajo; el empleo; la protección social y el dialogo social, los cuales deberían orientar las decisiones de la Organización y definir su cometido internacional en los próximos años.

Sin ir más lejos podemos concluir que un trabajo decente debería caracterizarse por contar con empleos de calidad y en cantidad suficiente, con ingresos adecuados y seguridad en el empleo, además de contar con una formación profesional continua y pertinente a la empleabilidad, con respeto a los derechos de cada trabajador permitiendo la libertad sindical y negociación colectiva, permitiendo a los trabajadores participación en las decisiones de política económica y social, contar con

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