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El Trabajo Decente

AlexEcarri28 de Noviembre de 2014

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PARTE I. INTRODUCCIÓN AL TRABAJO DECENTE

1.1. Globalización y Trabajo Decente

La globalización y la creciente interdependencia económica han tenido un importante impacto sobre el mundo del trabajo. Sin embargo, las ganancias potenciales no se distribuyen de forma pareja. La pobreza y la exclusión social se han hecho más marcadas, y, en muchos países, disminuyó la creación de empleo, lo cual trajo aparejado un deterioro de la calidad del empleo y de los servicios sociales. Además, millones de trabajadores están ocupados en la economía informal, en situación de precariedad. De hecho, en algunos países en desarrollo, son mayoría.

Teniendo en cuenta el papel del empleo en la lucha contra la exclusión y la privación, el enfoque del trabajo decente proporciona un marco para una distribución justa y equitativa de los beneficios de la economía mundial.

1.2. ¿Qué es el Trabajo Decente?

En su primer informe a la Conferencia Internacional del Trabajo en 1999, el Director General Juan Somavía presentó el trabajo decente en estos términos:

"El objetivo primordial de la OIT es promover oportunidades para que las mujeres y los hombres consigan un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana" En un mundo del trabajo en rápida mutación, el concepto de trabajo decente proporciona un marcointegrado para comprender y abordar todos los aspectos relativos al trabajo. Así, se le podría dar un rostro humano a la economía mundial.

Las condiciones de trabajo y la protección social siempre estuvieron en el centro de las preocupaciones de la OIT. Desde la década del setenta, la OIT extendió su campo de acción a cuestiones relacionadas con la pobreza y la creación de empleo. Su labor se centró en entender por qué el proceso del desarrollo generaba exclusión y marginación por razones de sexo, identidad étnica y religión. Así, hizo posible que se integraran al debate sobre el desarrollo cuestiones relativas a los derechos y la participación política.

Tomando anteriores estudios como punto de partida, el enfoque del trabajo decente brinda una visión de conjunto de los problemas relativos al desarrollo y la privación, al tiempo que sintetiza las cuatro áreas de acción de la OIT que se esbozan a continuación.

1.3. Dimensiones y componentes del trabajo decente

El trabajo decente se articula en torno a las siguientes seis dimensiones:

• Las oportunidades de trabajo

• El trabajo productivo

• La libertad en el trabajo

• La igualdad en el trabajo

• La seguridad en el trabajo

• La dignidad en el trabajo

Estos últimos se basan a su vez en los siguientes cuatro componentes:

- Empleo

- Protección social

- Derechos de los trabajadores

- Diálogo social

1.4. Trabajo decente: un enfoque integrado

Las dimensiones y los componentes del trabajo decente siempre fueron centrales en materia de trabajo. ¿Entonces, en qué radica lo novedoso del enfoque del trabajo decente?

- Ofrece un marco único para reflexionar sobre las cuestiones relativas al trabajo y al ámbito laboral y pone de manifiesto las interrelaciones entre los diferentes componentes,

- Permite identificar la compatibilidad y los conflictos o tensiones entre los diferentes componentes,

- Facilita la aplicación de principios universales a situaciones muy variadas, y

- Pone de relieve en forma sencilla los problemas tradicionales al tiempo que delinea los retos futuros.

1.5. Trabajo decente y desarrollo

El concepto de trabajo decente permite incluir de forma coherente y específica las cuestiones relativas al mundo del trabajo en el debate sobre el desarrollo. Por ejemplo:

Va más allá de las cuestiones económicas y permite abordar directamente cuestiones sociales,

Abarca los programas de reducción de la pobreza, desarrollo humano e integración social,

Se ocupa de la situación y los derechos de todos los trabajadores, tanto en la economía formal como en la informal, sindicados o no, reafirma el papel del empleo como instrumento de una política para el desarrollo, Subraya la necesidad de mejorar todos los aspectos relativos al trabajo en la economía informal, Plantea las cuestiones de igualdad y equidad entre los sexos en materia de trabajo, Cuestiona las estructuras y procesos que perpetúan los ciclos de privación y de exclusión.

1.6. Trabajo Decente y desarrollo económico

La estructura económica y el mercado de trabajo de cada país son determinantes para la consecución del objetivo de un trabajo decente para todos. Para demostrarlo, basta con comparar las características del trabajo decente en economías industrializadas o desarrolladas, con las de economías en transición o en desarrollo.

1.6.1 Economías desarrolladas

Las economías desarrolladas suelen caracterizarse por:

• Altos ingresos per cápita.

• El predominio del empleo en el sector de los servicios (entre un 60 y un 89 por ciento).

• Un alto porcentaje de trabajadores asalariados (entre un 75 y un 90 por ciento).

• Un alto porcentaje del PIB destinado a la seguridad social (jubilaciones, salud, empleo, accidentes, enfermedad, familia, vivienda, asistencia social) (entre un 20 y un 30 por ciento).

• Un nivel de indigencia bajo.

• La relativa importancia de los sindicatos.

• El predominio de la negociación colectiva a la hora de fijar los salarios y las condiciones de trabajo.

1.6.2 Economías en transición

Los países de la ex Unión Soviética forman parte de las economías en transición, que dejan atrás la economía de planificación centralizada y adoptan una economía de mercado. El estado es dueño de los bienes de producción, se encarga de la provisión de la seguridad social y controla a los sindicatos. En estas economías reina el pleno empleo y existe la garantía del trabajo.

El desmantelamiento de las estructuras centralizadas y los consiguientes cambios en materia de desarrollo, de rendimiento económico y de políticas sociales no cristalizaron de la misma forma en todos los países.

El rendimiento económico de conjunto de los países de Europa Central fue relativamente bueno. Se caracterizan por:

• El predominio del empleo asalariado (de un 70 a un 90 por ciento).

• La creciente importancia de la economía informal.

• Altos niveles de gasto público (entre un 30 y un 40 por ciento),

• La desaparición del régimen de seguridad social integral de jubilaciones y otras prestaciones y su reemplazo por regímenes privados orientados a grupos específicos y adaptados a las necesidades.

• El descenso de la participación sindical.

• La disminución del control estatal por sobre los sindicatos.

1.6.3 Economías Desarrolladas

La mayor proporción de la población mundial se concentra en países en desarrollo. Si bien difieren en cuanto a sus estructuras económicas, comparten algunas características básicas:

• El predominio de la economía informal y un elevado índice de trabajadores por cuenta propia (entre un 70 y un 90 por ciento en los PMA).

• La existencia de estructuras dualistas en materia de economía y de mercado laboral,

• La alta proporción de trabajadores en el sector agrícola, (entre un 40 y un 70 por ciento en los PMA).

• Una alta tasa de subempleo.

• Una pobreza absoluta generalizada.

• Un bajo nivel de gastos públicos en relación con el PIB (entre un 10 y un 25 por ciento en los PMA).

• Un bajo nivel de gasto destinado a la seguridad social.

• Un bajo índice de sindicación.

1.7 La validez universal del Trabajo Decente

La gran variedad de estructuras económicas que existen en el mundo pone en tela de juicio la validez universal del concepto de trabajo decente. Sin embargo, los parámetros básicos del trabajo decente se pueden aplicar a todos los trabajadores del mundo, independientemente de la riqueza de cada país. El trabajo decente fomenta el desarrollo, que a su vez refuerza las normas y los principios relativos al trabajo decente. Cabe examinar los siguientes puntos:

- Todo aquel que busca trabajo, independientemente de su situación o su calificación, quiere encontrar un empleo.

- Todo aquel que trabaja en una empresa estatal o por cuenta propia, en la economía formal o informal, sindicado o no, aspira a alcanzar un nivel de ingresos en dinero o en especie que le permita, tanto a él como a las personas a su cargo, gozar de un nivel de vida decente.

Todo trabajador quiere desempeñarse en un entorno seguro y saludable.

Todo trabajador necesita una fuente de ingresos segura para cubrir sus necesidades y las de las personas a su cargo.

Cualquiera sea su categoría de empleo, todos los trabajadores aspiran al derecho de crear sindicatos y a organizarse para defender y promover sus intereses, así como para participar en las decisiones que les incumben.

Obviamente, los medios empleados para la consecución de los objetivos del trabajo decente dependerán de las características estructurales e institucionales de cada economía y del tipo del sistema político. Por esta y por otras razones, se impone el uso de indicadores adecuados a la hora de determinar hasta qué punto se alcanzó tal o cual objetivo, o se obtuvo tal o cual

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