Transtorno límite De Personalidad

Ciertas personas padecen del trastorno obsesivo-compulsivo cuando entablan una relación de pareja. Con base en lo anterior, se va evidenciar los diferentes comportamientos en el ser humano cuando entra en un estado anímico ansioso, y cómo puede afectar esto en la relación. El amor presenta tendencias obsesivas y compulsivas, acatando una actitud irracional.

El amor en cierta medida provee conductas irracionales, por la cual, algunas de estas actitudes están ligadas a un cuadro obsesivo-compulsivo, donde la persona es propensa de pensamientos maquinales, persistentes e inconscientes.

Una conducta obsesiva- compulsiva repercute a que la persona quiera poseer el control de su pareja definiendo sus propias reglas, por ende, puede proceder al daño psíquico. El Dr. John Moore manifiesta las causas patológicas patentes de este cuadro ansioso, donde afirma que:

Pueden tener problemas para controlar sus emociones y tener emociones muy intensas que varían con facilidad. Esto hace que el amor que sientan sea muy intenso, pero también la ansiedad, el miedo al abandono y otras emociones negativas que, dada su intensidad se vuelven difíciles de controlar; algunas personas pueden tener trastorno límite de personalidad (Moore, 2006, p.132)

Referente a lo anterior, se deduce que un amor obsesivo difiere de síntomas ansiosos y en ciertos casos desequilibrantes. Cabe resaltar que un individuo se aferra a él o a ella, dependiente de la misma, es decir, sus emociones varían de acuerdo a su comportamiento.

Por otro lado, en algunas personas influyen caracteres emocionales de mayor intensidad, a lo que se le denomina trastorno límite de personalidad. Este individuo es propenso de actitudes extremistas fuera de lo normal, proporcionando un ámbito destructivo en la relación. Ellis y Elliott determinan algunas de las conductas procedentes de dichas personas como:

Conductas trastornadas; pensar obsesiva e intensamente en la persona amada; la necesidad apremiante de la reciprocidad; cambios de humor dependientes en la interpretación que el amante haga de la reciprocidad que haga de la persona amada; intensos sentimientos de ansiedad y depresión si la persona amada no parece corresponder el amor de uno; idealización de la persona amada y rechazo a ver y observar sus diferencias (Ellis, 2005, p.)

Estos comportamientos implican a que un individuo lleve a lo largo de su vida conductas insuficientes en cuanto a su vida sentimental, no obstante, podría proveer causalidades fatales.

Una persona con TLP (trastorno límite de personalidad) por lo general, al divisar la carencia de reciprocidad, sus emociones se verán alteradas, infiriendo a lo que se denomina ira inapropiada. Según Fromm (1998) “El amor es una actividad, no un efecto pasivo, es un estar continuado, no un súbito arranque. En el sentido más general, puede describirse el carácter del amor afirmando que el amor es fundamentalmente dar, no recibir” (p.31)

Respecto a la afirmación, es un acto de voluntad, aboliendo esa perspectiva mercantil que se proporciona en muchos individuos, no necesariamente material. Pero si se ve desde un punto de vista analítico referente al TLP, esta afirmación sería excluida ya que el individuo actúa de forma involuntaria.

En algunos casos, estos pacientes presentan síntomas adversos; sentimientos de vacío, por consiguiente, se ven perplejos, inconscientes de sus actos, desencadenando una relación inestable. La ansiedad repercute a que el paciente obsesionado presente miedo al abandono, de la misma forma se ve implicado aferrarse a su pareja, tomando actitudes masoquistas.

Los pensamientos obsesivos también conllevan a múltiples falencias de supuestos hechos inequívocos de infidelidad de la pareja. Estas conductas pretenden la toma del control u dominio de la persona amada frente a la problemática que haya a disposición, por ejemplo, los celos, dándose el caso en que la persona pueda recurrir al daño físico o psicológico.

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