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Trastornos Sexuales

verocaco1 de Agosto de 2014

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Trastornos sexuales. Hasta la década de los años 70 los modelos teóricos mas influyentes en el campo sexológico fueron el psicodinámico (p.e Kaplan , 1974) el psicofisiológico (p.e Masters y Johshon, 1970) y el conductual (p.e Wolpe y Lazarus, 1966). A medida que la psicología clínica y la psicología experimental se volvían mas cognitivas, los modelos terapéuticos en el campo sexológico incorporaban el peso de las variables cognitivas como factor influyente en las disfunciones sexuales (p.e Ellis, 1960, 1975; Lazarus, 1980).

Actualmente en el campo de la modificación de conducta y la sexología se considera que los factores cognitivos tienen una importancia capital en las disfunciones sexuales (p.e, Carrobles, 1985; Lopiccolo y Friedman, 1989; Wolfe y Walen, 1990; Cottraux, 1990). Lopiccolo y Friedman (1989) proponen un modelo integrador de terapia sexual centrado en cuatro causas, interrelacionadas, para explicar las disfunciones sexuales: La historia de aprendizaje, Factores físicos, Factores de relación y Factores cognitivos.

Para definir el abanico de problemas sexuales, Masters & Johnson definieron una frontera entre disfunción y desviación. Las disfunciones eran transitorias y las experimentaban la mayoría de la gente: en el caso de los hombres eran la disfunción eréctil, la eyaculación precoz, la eyaculación retrasada, y en el de las mujeres la disfunción orgásmica, la dispareunia y el vaginismo. Según Masters & Johnson, la excitación sexual y el clímax son procesos fisiológicos normales de cualquier adulto, pero a pesar de ser autónomos pueden ser inhibidos. El programa de tratamiento de Masters & Johnson para las disfunciones tenía una tasa de eficacia del 81,1%.

Antes de emitir u diagnostico sobre un trastorno sexual hay que tener en cuenta la disposición emocional y cognitiva que permite a la persona sentirse receptiva a los estímulos sexuales, como el cansancio, el estado de ánimo, miedo al embarazo, etc., que afecte el proceso de excitación y el individuo puedas completar normalmente sus fases o etapas en la relación sexual. Para que la estimulación sexual produzca excitación, es muy importante que aparezca una fase previa de deseo sexual que involucre los componentes físicos, (besos, caricias) y psíquicos (fantasías, sueños, pensamientos). Este proceso consta de 4 fases o respuesta sexual, según la descripción que plantean Masters y Johnson que son: excitación, meseta, orgasmo y resolución.

Es importante diferenciar dos tipos de trastornos sexuales: las Disfunciones sexuales y Las Parafilias.

La disfunción sexual es la dificultad durante cualquier etapa del acto sexual (que incluye deseo, excitación, orgasmo y resolución) que evita al individuo o pareja el disfrute de la actividad sexual.

Las disfunciones sexuales pueden manifestarse al comienzo la vida sexual de la persona o pueden desarrollarse más adelante. Algunas de ellas puede desarrollarse paulatinamente con el tiempo, y otras pueden aparecer súbitamente como incapacidad total o parcial para participar de una o más etapas del acto sexual. Las causas de las disfunciones sexuales pueden ser físicas, psicológicas o ambas.

Disfunciones sexuales: Se caracterizan por inhibición del deseo sexual o de los cambios psicofisiologicos que caracterizan el ciclo de la respuesta sexual.

En todas las disfunciones sexuales hay factores psicológicos comunes que predisponen, precipitan o mantienen dicha disfunción, algunos de ellos son:

• Factores predisponentes: educación moral y religiosa estricta, relaciones deterioradas con los padres, información sexual inadecuada, experiencias sexuales traumáticas en la infancia (violación, maltrato, incesto) e inseguridad

• Factores precipitantes: experiencias sexuales traumáticas (muy frecuentes en la aversión al sexo), disfunción sexual previa (dispareunia en el caso de la aversión al sexo), problemas de pareja, infidelidad, expectativas irreales, reacción a algún trastorno orgánico subyacente, edad y cambios hormonales, enfermedades psiquiátricas (depresión, ansiedad) y aborto.

• Factores que mantienen la disfunción: ansiedad ante la interacción sexual, anticipación de fallo o fracaso, culpabilidad, falta de atracción y comunicación entre la pareja, miedo a la intimidad, deficiente autoestima, escasez de estímulos eróticos, escaso tiempo en los juegos sexuales preliminares y trastornos mentales.

Causas de las disfunciones sexuales: (dos factores)

Los factores emocionales que afectan a la vida sexual incluyen tanto problemas interpersonales (como problemas de pareja o falta de confianza y comunicación) como psicológicos del individuo (depresión, miedos y culpa, traumas, etcétera).

Los factores físicos incluyen drogas (alcohol, nicotina, narcóticos, estimulantes, antihipertensivos, antihistamínicos y algunos medicamentos psicoterapéuticos), lesiones de espalda, hiperplasia prostática benigna, problemas de riego sanguíneo, daños nerviosos (como heridas en la médula espinal), diversas enfermedades (neuropatía diabética, esclerosis múltiple, tumores y, raramente, sífilis terciaria), fallos en varios sistemas orgánicos (como el corazón y los pulmones), desórdenes endocrinos (problemas en tiroides, pituitaria o glándula suprarrenal), deficiencias hormonales (déficit de testosterona, estrógeno o andrógenos) y algunas enfermedades congénitas.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales clasifica las disfunciones sexuales de la siguiente manera: Desórdenes de la fase de deseo sexual; de la excitación sexual; de la fase del orgasmo y desórdenes sexuales por dolor.

Esta clasificación tiene mucha relación con las fases de la respuesta sexual descritas por Masters y Johnson: excitación, meseta, orgasmo y resolución. En cualquiera de estas fases puede presentarse un trastorno que modifique el curso de la respuesta sexual al igual que un trastorno inicial en una de las fases puede dar como resultado que aparezcan problemas en las demás.

También debemos tener en cuenta que la respuesta sexual no sólo son las múltiples respuestas del cuerpo, sino que depende de las vivencias personales, la autoestima, los sentimientos, la interacción con la pareja sexual y el contexto que influyen en la aparición de las disfunciones sexuales en cualquiera de las fases.

La cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales enumera los siguientes trastornos o desórdenes sexuales psicológicos:

Desorden sexual hipoactivo, de aversión sexual, desorden de excitación sexual femenina, desorden eréctil masculino, desorden orgásmico femenino, orgásmico masculino, eyaculación precoz, Dispareunia, Vaginismo. Disfunción sexual secundaria: Parafilias y Desorden de identidad de género.

Las disfunciones de las fases de las respuestas sexuales mas frecuentes son: trastornos del deseo sexual hipoactivo y de aversión al sexo

Trastorno del deseo sexual- los desórdenes del deseo sexual o anafrodisia. Puede deberse a una bajada del nivel normal de producción del estrógeno (en las mujeres) o la testosterona en el hombre.

El deseo sexual y la respuesta sexual del ser humano son procesos muy complejos, que incluyen estímulos y reacciones tanto cerebrales como mecánicas, en los que interviene el organismo en su totalidad, se considera como en un proceso psicosomático que incluye la actividad cerebral, homonal y cognitiva.

Deseo sexual hipoactivo. La actividad cognitiva engloba tanto las experiencias sexuales o "aprendizaje" del individuo como sus motivaciones e intereses en el momento de la respuesta sexual. Cuando un eslabón de esta complicada cadena se desincroniza del resto, tanto el deseo como la respuesta o conducta sexual del hombre o la mujer se ven afectados.

También pueden aparecer las disfunciones sexuales, tales como la impotencia, la falta de excitación, la imposibilidad de llegar al orgasmo, la dispareunia (dolor al mantener relaciones sexuales), etc. Este proceso recibe la denominación de trastorno del deseo sexual hipoactivo o inhibido.

Trastorno por aversión al sexo

El trastorno por aversión al sexo, denominado también rechazo sexual, es debido a un miedo intenso e irracional hacia la actividad sexual. El individuo que lo padece evita de forma activa todas o casi todas las conductas sexuales con la pareja. Este trastorno puede considerarse como un trastorno grave del deseo sexual. El tratamiento es psicológico conductual, y se realiza mediante un programa de contacto sistemático y progresivo con la situación aversiva.

Se desconoce su frecuencia en la población general dado que no existen datos epidemiológicos claros al respecto, pero parece ser poco frecuente y aparece más en el sexo femenino. Aproximadamente, representa el 4,5% de los casos que se consultan al médico a causa de una disfunción sexual.

El trastorno por aversión al sexo, según el Sistema de Clasificación de los Trastornos Mentales, la característica principal de este trastorno es la repulsión y la evitación activa del contacto sexual genital con la pareja, de forma persistente en el tiempo. La persona que sufre este trastorno rechaza cualquier aproximación a su pareja, desencadenando un malestar psíquico que acaba generando dificultades en las relaciones interpersonales. Se trata de una de las disfunciones sexuales en la que los sistemas de clasificación habituales de los trastornos mentales difieren más.

La aversión sexual es una conducta persistente de miedo, asco, repulsión, disgusto y ansiedad delante de cualquier conducta sexual y, en ocasiones, ante el solo

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