Trastornos Somatomorfos Y Disociativos
squirrell16 de Febrero de 2014
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Trastornos somatomorfos y disociativos
Trastorno de somatización
Características diagnósticas
La característica esencial del trastorno de somatización es un patrón de síntomas somáticos, recurrentes, múltiples y clínicamente significativos. Se considera que un síntoma somático es clínicamente significativo si requiere tratamiento médico o causa un deterioro evidente de la actividad social o laboral, o en otras áreas importantes de la actividad del individuo. Los síntomas somáticos deben empezar antes de los 30 años y persistir durante varios años. Los múltiples síntomas no pueden explicarse completamente por la presencia de alguna enfermedad conocida o por los efectos directos de una sustancia. Si aparecen en el transcurso de una enfermedad médica, los síntomas o el deterioro de las relaciones sociales, laborales o en otras áreas importantes de la actividad del individuo son mucho mayores de lo que cabría esperar a partir de la historia clínica, la exploración física o las pruebas de laboratorio. Debe existir una historia de dolor relacionada con al menos cuatro zonas diferentes (p. ej., cabeza, abdomen, espalda, articulaciones, extremidades, tórax, recto) o con diversas funciones (p. ej. menstruación, coito, micción). Asimismo, al menos debe haber dos síntomas de tipo gastrointestinal, además de dolor. La mayoría de los individuos con este trastorno refieren la presencia de náuseas e hinchazón abdominal. Finalmente, debe haber una historia de al menos un síntoma distinto al dolor, que sugiere la presencia de un trastorno neurológico (síntomas de conversión tales como coordinación o equilibrio alterados, parálisis o debilidad muscular, dificultad para deglutir o sensación de tener un nudo en la garganta, afonía, retención urinaria, alucinaciones, sensación de dolor o de pérdida de tacto, diplopía, ceguera, sordera o convulsiones.
Síntomas y trastornos asociados
Los individuos con trastorno de somatización generalmente describen sus síntomas de un modo llamativo y exagerado, pero muy a menudo falta información objetiva específica. Las historias que narran son poco consistentes, por lo que, para determinar un patrón de síntomas somáticos frecuentes, una entrevista diagnóstica puede ser menos eficaz que una revisión de los tratamientos médicos y de las hospitalizaciones llevadas a cabo. Estos enfermos son visitados frecuentemente por varios médicos a la vez, lo que puede conducir a combinaciones de tratamientos potencialmente peligrosas. El motivo por el cual
se ve a estos enfermos en centros de salud mental es la presencia de síntomas importantes de ansiedad y estado de ánimo deprimido. Pueden existir asimismo comportamientos impulsivos y antisociales, amenazas e intentos de suicidio y conflictos matrimoniales. La vida de estos individuos, en especial la de quienes presentan trastornos de personalidad asociados, es a menudo tan caótica y complicada como sus historias clínicas.
Prevalencia
Diversos estudios señalan índices de prevalencia variables, desde un 0,2 % hasta un 2 % en mujeres y menos de un 0,2 % en hombres. Las diferencias en los índices pueden depender de si el entrevistador es médico, del método de valoración y de las variables demográficas de las muestras, analizadas; cuando el entrevistador no es médico, el trastorno de somatización se diagnostica con mucha menos frecuencia.
Diagnóstico diferencial
El cuadro clínico del trastorno de somatización es habitualmente inespecífico y puede solaparse con muchas enfermedades médicas. Existen tres características que sugieren más un trastorno de somatización que una enfermedad médica: 1) afectación de múltiples órganos; 2) inicio a temprana edad y curso crónico, sin signos físicos o anomalías estructurales, y 3) ausencia, en las pruebas de laboratorio, de las anormalidades características de las enfermedades médicas. Aun así, es necesario descartar las enfermedades médicas que se caracterizan por síntomas vagos, confusos y múltiples (p. ej., hiperparatiroidismo, porfiria aguda intermitente, esclerosis múltiple, lupus eritematoso sistémico). Además, el trastorno de somatización no impide que los individuos padezcan otras enfermedades. Los hallazgos de tipo objetivo deben evaluarse sin prestar excesiva atención a las quejas subjetivas. El inicio de múltiples síntomas físicos en etapas avanzadas de la vida se debe prácticamente siempre a la presencia de una enfermedad médica.
Tratamiento
Terapia cognitiva conductual el psicólogo trabajará con el paciente para concentrarse en las estrategias más prácticas para tratar los síntomas.
Trastorno de conversión
Características diagnósticas
La característica esencial del trastorno de conversión es la presencia de síntomas o déficit que afectan las funciones motoras o sensoriales y que sugieren un trastorno neurológico o alguna otra enfermedad médica (Criterio A). Se considera que los factores psicológicos están asociados al síntoma o al déficit (ya que se ha observado que el inicio o la exacerbación de los síntomas o los déficit vienen precedidos por conflictos o por otros acontecimientos estresantes (Criterio B). Los síntomas no se producen intencionadamente y no son simulados, a diferencia de lo que sucede en el trastorno facticio o en la simulación (Criterio C). El trastorno de conversión no debe diagnosticarse si los síntomas o los déficit se explican por un trastorno neurológico o de otro tipo, por los efectos directos de una sustancia o por comportamientos o experiencias culturalmente aprobados (Criterio D). El problema debe ser clínicamente significativo por el malestar que provoca, por el deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del sujeto, o por el hecho de que requiera atención médica
Subtipos
Con síntoma o déficit motores. Este subtipo incluye síntomas como alteración de la coordinación psicomotora y del equilibrio, parálisis o debilidad muscular localizada, dificultad para deglutir, sensación de «nudo en la garganta», afonía y retención urinaria.
Con crisis o convulsiones. Este subtipo incluye crisis o convulsiones, con presencia de componente motor voluntario o sensorial.
Con síntoma o déficit sensoriales. Este subtipo incluye síntomas como sensación de pérdida de la sensibilidad táctil y dolorosa, diplopía, ceguera, sordera y alucinaciones.
De presentación mixta. Si hay síntomas de más de una categoría.
Síntomas y trastornos asociados
Los individuos con síntomas de conversión pueden manifestar la belle indifference (una relativa falta de preocupación sobre la naturaleza o las implicaciones del síntoma) o presentar actitudes de tipo dramático o histriónico. Debido a la fácil sugestionabilidad de estos individuos, sus síntomas pueden modificarse o desaparecer según los estímulos externos; sin embargo, debe tenerse en cuenta que esto no es específico del trastorno de conversión y que puede ocurrir en diversas enfermedades médicas. Es frecuente que los síntomas aparezcan después de una situación de estrés psicosocial extremo (p. ej., conflicto bélico o muerte reciente de una persona significativa). La dependencia y la asunción del papel de enfermo pueden producirse durante el tratamiento.
Prevalencia
En la población general los índices de prevalencia para el trastorno de conversión varían mucho, desde 11/100.000 hasta 300/100.000. Se ha observado asimismo que un 1-3 % de los pacientes ambulatorios enviados a centros de salud mental presentan este trastorno.
Diagnóstico diferencial
El mayor problema a la hora de evaluar los síntomas de conversión es la exclusión de enfermedades neurológicas ocultas o de otras enfermedades médicas, así como los efectos inducidos por sustancias (incluidos fármacos). Una evaluación adecuada de las posibles enfermedades médicas (p. ej., esclerosis múltiple, miastenia grave) debe incluir una revisión detallada del cuadro clínico actual, de la anamnesis, de la exploración neurológica y física en general y de los hallazgos de laboratorio (valorando también el posible consumo de alcohol y otras sustancias).
Tratamiento
La psicoterapia y el entrenamiento en el manejo del estrés pueden ayudar a reducir los síntomas. La parte del cuerpo o la función física afectadas necesitarán fisioterapia o terapia ocupacional hasta que los síntomas desaparezcan.
Trastorno por dolor
Características diagnósticas
La característica esencial de este trastorno es el dolor, que constituye el síntoma principal del cuadro clínico y que es de gravedad suficiente como para merecer atención médica (Criterio A). El dolor provoca malestar significativo o deterioro social, laboral, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo (Criterio B). Se considera que los factores psicológicos desempeñan un papel importante en el inicio, la gravedad, la exacerbación y la persistencia del dolor (Criterio C). A diferencia de lo que sucede en el trastorno facticio o en la simulación, el dolor no es simulado o producido intencionadamente (Criterio D). No debe diagnosticarse trastorno por dolor si el dolor puede explicarse por la presencia de trastornos psicóticos, trastornos del estado de ánimo o trastorno de ansiedad, o si el dolor cumple los criterios diagnósticos de la dispareunia (Criterio E).
Subtipos
Trastorno por dolor asociado a factores psicológicos
En este subtipo se considera que los factores
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