UNIVERSITARIO
estarcy24 de Julio de 2013
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EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO"
TRABAJO DE TEORÍA SOCIOLÓGICA CONTEMPORÁNEA
UNIVERDIDAD DE SALAMANCA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
LICENCIATURA DE SOCIOLOGÍA
CURSO: 98/99
"Un hombre de las viñas habló, en agonía, al oído de Marcela. Antes de morir, le reveló su secreto: -la uva- le susurró- está hecha de vino.
Marcela Pérez-Silva me lo contó, y yo pensé: Si la uva está hecha de vino, quizá nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos."
Eduardo Galeano "El libro de los abrazos"
EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO.
DIMENSIONES DE LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS.
• ONTOLÓGICA.
Para analizar la perspectiva ontológica del Interaccionismo simbólico, es necesario hacer
una breve referencia a las teorías precedentes que le sirven como punto de partida.
El Interaccionismo simbólico se ve influido por dos corrientes filosóficas: el pragmatismo nominalista y el conductismo.
La primera afirma que aunque los macrofenómenos existen, no tienen efectos determinantes sobre la conducta del individuo, es decir, los individuos son actores que definen, aceptan o modifican las normas, roles, creencias... de su entorno comunitario, según sus intereses personales.
El conductismo repercute en el Interaccionismo, en cuanto, que se huye del mero conductismo radical de Watson, para extender sus principios a los procesos mentales.
Por ello, podemos afirmar, que el Interaccionismo pretende superar tanto el reduccionismo conductista como afrontar la amenaza de las teorías macrosociológicas que sometían la conducta del individuo.
Así se configura la premisa inicial de la teoría: el individuo, como ser social, vive en interacción con otros individuos y /o grupos sociales, y son estos procesos de interrelación los que contribuyen de forma decisiva a la configuración de la personalidad del individuo.
Para G. Mead, teórico más significativo de esta corriente, sería la totalidad de procesos sociales en curso lo que precede a la mente, al self (capacidad de verse a uno mismo como objeto social). Según este autor, la unidad básica de su análisis es el “acto social” y el mecanismo básico que lo configura es el “gesto” en especial el gesto vocal que permite usar, a los seres humanos, los símbolos significantes que conducen al desarrollo del lenguaje y la capacidad para comunicarse.
El concepto de self es de suma importancia para los interaccionistas simbólicos. Para entenderlo es necesario tener en cuenta las aportaciones de varios autores:
* MEAD: entiende el self como la capacidad de verse a sí mismo como un objeto social. El self surge del proceso social: la comunicación entre los humanos.
Es la capacidad de las personas de ponerse en el lugar de otros con el fin de actuar como esos otros actúan y verse a sí mismo como lo ven otros.
El self incluye dos fases: el “yo”, los aspectos imprevisibles y creativos; y el “mí”, el conjunto organizado de actitudes de los demás asumidos por el actor. Toda personalidad es una combinación de “yo” y de “mí”.
* COOLEY: lo define como la capacidad de vernos a nosotros mismos como vemos cualquier otro objeto social. Desarrollamos un sentimiento de nuestro self como consecuencia de imaginarnos cómo aparecemos ante los demás y qué opinan ellos de nosotros.
* BLUMER: un ser humano puede ser un objeto de su propia acción, actúa hacia sí mismo y guía sus acciones hacia otros sobre la base del tipo de objeto que es para sí mismo.
* ROSENBERG: el self es la totalidad de los pensamientos y sentimientos que el individuo tiene de sí mismo como objeto. Implica una serie de motivaciones, de metas deseadas por los actores, entre las que destacan dos: la autoestima (deseo de pensar bien de uno mismo), y la autoconsistencia (deseo de proteger el self frente al cambio o al mantenimiento de la imagen de uno mismo).
* GOFFMAN: se centró en la dramaturgia, como si la vida social fuera una serie de actuaciones que se asemejan a las representadas en el escenario.
Considera al self como el producto de la interacción dramática entre el actor y la audiencia. Así que el self es vulnerable a su destrucción durante la representación. Se interesa por los procesos para evitar estas destrucciones y presentar un self fuerte a la audiencia, lo llamó “el arte de manejar las impresiones”.
Dentro de esta analogía teatral habla de la “fachada”, como la parte del escenario que funciona de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación para los que observan la actuación.
Los actores suelen tener interés en ocultar cosas en sus actuaciones para presentar una imagen idealizada de sí mismos. El actor emplea mecanismos para infundir respeto en la audiencia, pero ésta está implicada en este proceso para que la representación sea buena.
Así, Goffman se interesa por los equipos, que serían un conjunto de individuos que cooperan en la representación de una rutina.
Grupos y sociedad: los interaccionistas entienden que las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades. Critican la tendencia a centrarse en las macroestructuras.
Según MEAD, la sociedad es el proceso social que precede tanto a la mente como al self. Representa el conjunto organizado de respuestas que adopta el individuo en la forma de “mí”.
Entiende el control social como la dominación de la expresión del “mí” sobre la del “yo”. Define las instituciones sociales como la “respuesta común de la comunidad”. A través de la educación, se internalizan los hábitos comunes de la comunidad, es este un proceso esencial para llegar a tener self.
BLUMER entiende que la sociedad es un conjunto de personas que actúan, y la vida de la sociedad son las acciones que éstas realizan.
Lo principal es el estudio de la acción conjunta, que no sería simplemente la suma de todos los actos individuales, sino que la crean los actores y sus acciones, al ir acomodándose y haciéndose indicaciones unos a otros.
Reconoce que la mayor parte de las acciones conjuntas adoptan formas pautadas y que se rigen por sistemas de significados preestablecidos, como la cultura y el orden social; sin embargo, esto no determina la acción humana.
• EPISTEMOLOGÍA.
El Interaccionismo simbólico, por su interés en articular lo psicológico y lo social, sitúan su
teoría dentro de la Psicología Social.
Su perspectiva se define por ser ideográfica, al centrarse en lo particular en cuanto tal, huyendo de las leyes y afirmaciones genéricas; también se caracteriza por ser una teoría nominalista al dejar de lado en su análisis, las estructuras macrosociológicas, a favor de lo individual y concreto.
Para comprender lo social desde el Interaccionismo hay que recurrir a los principios básicos enumerados por sus teóricos:
1º) Los seres humanos están dotados de capacidad de pensamiento.
2º) La capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.
3º) En la interacción social las personas aprenden los significados y los símbolos que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.
4º) Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar de manera distintivamente humana.
5º) Las personas son capaces de modificar o alterar los significados y los símbolos que usan en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación.
6º) Las personas pueden introducir modificaciones y alteraciones por su capacidad para interactuar consigo mismas, lo que les permite examinar los posibles cursos de acción y valorar sus ventajas y desventajas relativas para elegir uno.
7º) Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades.
A lo largo de estos principios se observa como se configura la sociedad a partir de los individuos que interactúan a través de símbolos y significados aprehendidos en el proceso de socialización y configuración del pensamiento humano.
Dentro de la concepción epistemológica del Interaccionismo cabe hacer mención a E. Goffman en su obra “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, en ella plasma la vida social como un teatro: “dramaturgia”. El self es un producto de interacción dramático entre el actor y su audiencia, no es una posesión del actor. La persona se opone a la destrucción del self en la representación: “arte de manejar las impresiones”. Es necesario tener en cuenta, para acercarse a la realidad, que presentamos imágenes idealizadas en las que ocultamos errores, placeres secretos, procesos de producción,...
Con frecuencia es la propia audiencia la que mantiene una imagen idealizada del actor. La unidad de análisis para Goffman no es el individuo, sino el equipo entendido como el actor y la audiencia en interacción.
El Interaccionismo Simbólico, al igual que otras teorías psicosociales, tiene una serie de limitaciones y/o carencias que determinan el estudio de lo social, entre ellas cabe destacar:
1.- El rechazo de las técnicas científicas convencionales ya que ciencia y subjetivismo no deben considerarse realidades excluyentes entre sí.
2.- Se trata de una teoría cuyos conceptos esenciales son definidos con vaguedad (self, yo, mí) lo que no le proporciona un pilar teórico consistente.
3.- Ignora o asigna poca importancia a las grandes estructuras, dentro del binomio individuo-sociedad.
4.- Y por último, omite la importancia de factores psicológicos como lo inconsciente, lo
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