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Si alguien le dijera es usted evangelico que diria

nelson16979Informe7 de Septiembre de 2023

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SI ALGUIEN LE DIJERA ES USTED EVANGELICO QUE DIRIA

 PRESCINDIENDO de dónde viva usted, el movimiento evangelizador que empezó Jesucristo ha afectado la vida suya de una manera u otra. Pero no todo el que ha alegado representar a Cristo ha esparcido el verdadero mensaje de la Palabra de Dios. No todos los evangelizadores —del presente o del pasado— han sido animados por el mismo celo misional que caracterizó a los discípulos de Cristo del primer siglo.

Es verdad que  misioneros de las iglesias de la cristiandad trabajan por toda la Tierra hoy, pero ¿dan prueba de ser verdaderos evangelizadores? El fin o propósito de la evangelización cristiana no era ser una forma de imperialismo espiritual en la que los predicadores obraran como agentes de potencias mundiales en la colonización de otros países Además, la evangelización cristiana genuina no abogaría por una llamada de liberación ni fomentaría cambios radicales en los sistemas políticos y sociales; tampoco pensó Jesús en predicadores “electrónicos” que, golpeando vigorosamente la Biblia, prosperidad” por las ondas de televisión y radio.

Entonces, ¿qué es un evangelizador?

Según los idiomas originales de la Biblia —el hebreo y el griego— el evangelizador es un proclamador de noticias que causan alegría, o de buenas nuevasPredicador del evangelio o buenas nuevas; alguien que lleva un buen mensaje. El término griego eu·ag·gue·li·stḗs (evangelizador) viene de eu·ag·gué·li·on, que significa “buena nueva” o “evangelio”. Jehová es el gran Evangelizador o Portador de buenas nuevas. Después que Adán pecó, las palabras de Génesis 3:15 acerca de que habría una descendencia que aplastaría la cabeza de la serpiente fueron buenas NOTICIAS , y supusieron una esperanza para la humanidad. Al ampliar la promesa sobre la descendencia, Jehová le declaró a Abrahán buenas nuevas. (Gál 3:8 En Isaías 52:7 se profetizó que alguien ‘traería buenas NOTICIAS’ con respecto a la restauración de los judíos de Babilonia. El apóstol Pablo cita este texto en conexión con la evangelización que efectúan los cristianos. (Ro 10:15.) El ángel Gabriel actuó como evangelizador cuando anunció a Zacarías las buenas NOTICIAS  del venidero nacimiento de Juan el Bautista, y a María las del nacimiento de Jesús. Otro ángel informó de la buena nueva a los pastores cuando Jesús nació. Juan el Bautista fue un evangelizador, pues se dice que “continuó declarando las buenas nuevas al pueblo”. De hecho, todos los discípulos de Jesús participaron en el ministerio público de declarar las buenas nuevas, de modo que fueron evangelizadores.


Jesús comparó su evangelización a una COSECHA y dijo que “la COSECHA es mucha, pero los trabajadores son pocos”. Por eso, adiestró y comisionó a sus seguidores como evangelizadores también. (Capítulo 10 de Mateo; capítulo 10 de Lucas.) Como sucedió con relación a su Maestro, la predicación de ellos tuvo como centro “el reino de los cielos”. Sin embargo, los apóstoles de Jesús no fueron los únicos que predicaron el Reino.

Cuando en la ciudad de Jerusalén se desató persecución contra la congregación cristiana el relato histórico de Hechos 8:1 relata que “todos salvo los apóstoles fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria”. ¿Se escondieron acobardados aquellos discípulos que habían sido dispersados? No, pues el versículo 4 explica: “No obstante, los que habían sido esparcidos iban por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra”. Así, aquellos evangelizadores del primer siglo segaron una gran cosecha.

Es interesante lo que declara el libro A Theological Word Book of the Bible: “En el NT [Nuevo Testamento] el predicar no tiene nada que ver con pronunciar sermones a los conversos, que es lo que por lo general significa hoy, sino que siempre tiene que ver con proclamar las ‘buenas noticias de Dios’ al mundo no cristiano”. Por eso, todos los cristianos son evangelizadores, y su evangelizar no se limita a hablar a compañeros de creencia.

Pero ¿cuál es el tema de la evangelización de nuestros tiempos? Jesús predijo que para nuestro día “estas buenas  NOTICIAS del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Y el mandato de Jesús de ser “testigos de [él] tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” no fue solo para los que vieron su ascensión, sino también para sus seguidores futuros. Se ve, pues, que el punto central del mensaje del evangelizador es las buenas nuevas del Reino de Jehová Dios en las manos de su Gobernante nombrado, Jesucristo, el Príncipe de Paz. También incluye todas las verdades que Jesús dijo y que sus discípulos pusieron por escrito. Los verdaderos evangelizadores de hoy día se adhieren fielmente a ese tema central.

Las naciones se estan sumiendo en mayor oscuridad bajo el poder y la influencia del inicuo (Rev 12:9)
Despues de que se expuls o a Satanas del cielo, las buenas  noticiass eran habian acontecido el poder y la
salvacion del Reino de Dios y que al inicuo le quedaba solo un corto espacio de tiempo (Rev 12:10-12)
La cuestion principal ahora es: ¿podran los malvados suprimir o invalidar la proclamaci on de las buenas NOTICIAS
o se cumplira el proposito de Jehov a? (Mt 24:14)
La resolucion de la cuesti on de la soberan ıa de Jehova  ES  Para todos los habitantes de la Tierra. El victorio- ˜
so Senor Jes us defender a el lado de Jehova en tal cuestion hasta alcanzar el triunfo total (Rev 6:2; ´ re-S 90-92)
En el cielo, angeles poderosos colaboran con el Evangelizador Principal para dirigir la difusi  on del evangelio ´
hasta los confines de la Tierra (Rev 14:6; re-S 204, 205)
En la Tierra, Jehova tiene millones de voluntarios. Tanto jovenes como mayores, hombres, mujeres y ni nos ˜
por igual estan sirviendo de evangelizadores ´
Estos trabajadores celosos, semejantes a jovenes y vigorosos guerreros y tan numerosos como gotas de ro- ´
cıo, se ofrecen de buena gana en el dıa de la “fuerza militar” de Cristo y seguir ´ an adelante hasta que se ´
consiga la victoria (Sl 110:3; w87-S 15/3 24)

 Quizás pensemos que la gente de cierto territorio ha adoptado una postura clara y está resuelta a rechazar nuestro mensaje o hasta a oponerse a él. Pero recuerde que las circunstancias de la vida de la gente cambian constantemente. Puede que mañana, la semana próxima o el mes siguiente se enfrenten con nuevos problemas y circunstancias que los lleven a recibir la verdad. Puede que oigan sobre sucesos perturbadores en el mundo o quizás experimenten reveses económicos, enfermedades o muerte en su familia. Estas circunstancias pudieran hacer que despertaran y desearan aprender a qué se debe la angustia que experimentan. Si seguimos predicando, sabrán dónde buscar la respuesta.

Nuestra situación pudiera compararse con la de socorristas en una zona de desastre, como pudiera suceder después de un terremoto. Algunos quizás trabajaran en una sección donde se encontrara a pocos sobrevivientes, pero el que sus compañeros socorristas hallaran más sobrevivientes en otra sección no haría que ellos trabajaran con menos empeño ni abandonaran el trabajo. Más bien, todos los socorristas perseveran sin cansarse hasta cuando les parece que quizás no haya más sobrevivientes en su sección asignada. Y después, a veces hasta hallan otro sobreviviente. No se da la orden de abandonar la búsqueda sino hasta cuando ha pasado tanto tiempo que ya no hay más esperanza. Pues bien, todavía no se nos ha dado la orden de abandonar la búsqueda, y todavía hallamos a miles y miles de personas que desean ser rescatadas de este viejo mundo para sobrevivir a “la gran tribulación”. (Revelación 7:9, 14.) Hasta en áreas donde ya se ha trabajado cuidadosamente y donde la mayoría de la gente no responde, todavía se obtienen algunos resultados. Y hay más razones para que continuemos predicando.

11 Mientras ha ido adelantando el tiempo del fin, han nacido niños que han llegado a ser adultos o han alcanzado una edad de responsabilidad. Muchas veces sucede que estos jóvenes no han prestado ninguna atención a la verdad. Puede que sus padres hayan rechazado el mensaje y hasta se hayan expresado en contra de él. Pero ahora estos jóvenes tienen suficiente madurez para pensar seriamente por sí mismos sobre las condiciones mundiales, el futuro y su propósito en la vida. Ellos, también, tienen que invocar el nombre de Jehová para salvarse. Pero “¿cómo [...] pondrán fe en aquel de quien no han oído?”. (Romanos 10:14.) En muchos casos estos adolescentes y adultos jóvenes responden a la verdad, de modo que tenemos que buscarlos y predicarles.

12 El hecho de que todavía se pueda predicar es una expresión de la misericordia de Jehová. El apóstol Pedro escribe: “Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento. Además, consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación”. (2 Pedro 3:9, 15.) El deseo de Jehová de que hombres de toda clase se salven no se expresa solamente porque él ejerce paciencia y permite tiempo antes de ejecutar su juicio, sino también porque continuamente se dirige a los hombres pidiéndoles que se vuelvan a él y reciban salvación. (1 Timoteo 2:4.) A medida que continuamos predicando las buenas nuevas, hacemos que se destaque la misericordia de Dios, y de ese modo lo alabamos.

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