AUTOCONCIENCIA CRISTOLOGICA DE JESÚS

SEMINARIO BÍBLICO ASAMBLEAS DE DIOS – BARRANQUILLA

MATERIA: Teología Sistemática II: Cristología

PROFESOR: Oswaldo Sierra

ESTUDIANTE: Ángel De Jesús Díaz Rhenals

AUTOCONCIENCIA CRISTOLOGICA DE JESÚS

Muchos han estudiado la vida de Jesús para hallar respuestas a sus preguntas, sin darse cuenta que, Él es la respuesta. No se trata solo de que en Él está la respuesta, sino de que Él es la respuesta.

Su identidad ha sido controversial desde muchos puntos de vista. Muchos lo aman, otros solo lo valoran y respetan y algunos, creyendo que son osados se atreven a negar su existencia.

La Cristología abarca uno de los interrogantes mas profundos de la historia, ¿Era consciente Jesús de su propósito divino y cuando lo descubrió? Sin lugar a dudas, despierta todo tipo de especulación e interpretaciones propias basadas en criterios desviados de la palabra revelada. Por lo cual se hace necesario citar las palabras de Francis Schaeffer al decir “Debemos callar donde la Biblia calla y hablar donde la Biblia habla”, esto con el fin de aproximarnos sin dejar de ser honestos al texto Bíblico, a la pregunta en cuestión: ¿Era consciente Jesús de su propósito divino y cuando lo descubrió?

Tal vez una de las aproximaciones mas claras la hallamos en la escena que nos relata Lucas sobre la desaparición de Jesús a la edad de 12 años en el marco de la celebración de la Pascua en Jerusalén. Al parecer, de acuerdo al texto, sus padres estaban angustiados por la conducta de su hijo, pero Jesús apacigua su angustia con una respuesta que apunta a su propósito divino, con una notable reverencia: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa* de mi Padre?

Todos los que estaban en ese lugar estaban admirados por las preguntas y respuestas de Jesús. Es imposible pasar desapercibido a este hecho, toda vez que, es muy probable que Jesús haya participado de la educación rabínica de aquel entonces. Lo cierto es que sus padres no lo entendieron, pero algo si queda claro en el texto: Jesús habló de SU PADRE en un sentido vertical, estando al frente de su padre, en un sentido horizontal.

La religión cristiana se sostiene o se cae con la persona de Jesucristo. El judaísmo podría sobrevivir sin Moisés, el budismo sin Buda, el islam sin Mahoma; pero el cristianismo no podría sobrevivir sin Cristo. Esto se debe a que, a diferencia de la mayoría de las otras religiones del mundo, el cristianismo es la creencia en una persona, un verdadero individuo histórico, pero al mismo tiempo un individuo especial, a quien la iglesia considera no solo humano sino también divino. En el centro de cualquier apologética cristiana, por lo tanto, debe estar la persona de Cristo; y muy importante para la doctrina de la persona de Cristo son los reclamos personales del Jesús histórico. ¿Dijo ser divino? ¿O se consideraba a sí mismo como un profeta? ¿O fue él la ejemplificación de la más alta calidad humana, como el amor o la fe? ¿Quien dijo ser Jesús de Nazaret?

El evangelio de Marcos describe dos momentos que pueden dirigirnos a una respuesta clara. En ambos, la cruz está en el centro.

En primer lugar, encontramos ese momento lleno de tensión, cuando Jesús se dirige a sus discípulos y como buen rabino, les pregunta: ¿Quién dice la gente que soy yo? Tuvo que ser incomodo para ellos responder esto, toda vez que su respuesta no solo mostraba su atención a lo que se decía de Jesús por las calles polvorientas de los pueblos que visitaban, sino también la batalla interna de su definición en contraste con la de los demás.

Jesús, quien para ese momento ya tenía fama de liberar a endemoniados, sanar leprosos, levantar paralíticos, calmar tempestades, resucitar muertos, multiplicar panes y peces y caminar sobre las aguas; lograba despertar una atracción en todas las personas por conocerlo.

Así que la biblia nos cuenta que, de camino a Cesárea de

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