COMO ESTRUCTURAR UN SERMON BIBLICO

SEMINARIO -TALLER DE PREDICACION BIBLICA

COMO ESTRUCTURAR

UN MENSAJE BIBLICO

©Elaborado por Marcos Zorrilla. Autorizamos la libre reproducción y distribución de este material con la finalidad de capacitar a los creyentes para el buen desempeño del ministerio de la iglesia de Cristo. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este material con fines lucrativos.

Por qué el énfasis de que nuestra predicación sea lo más bíblica posible?

Es necesario presentar las verdades evangélicas, sobre todo a los creyentes, de un modo claro y lógico, que persuada y edifique al que las escucha.

Para ello se necesita orden, disposición y clara enunciación de lo que se predica. Es cierto que el Espíritu Santo ha usado a veces para realizar su obra de salvación predicaciones muy deficientes, carentes de lógica y débiles en argumentación, pero en esos casos excepcionales Dios ha querido llenar por una manifestación especial de su gracia lo que faltaba al instrumento humano.

Tales ejemplos no son, sin embargo, motivo alguno para menospreciar la correcta preparación de mensajes con un contenido 100% bíblico, en vez de un mensaje cargado de anécdotas, suposiciones y experiencias personales, que a la larga puede ayudar a algunos pero no a todos edifica, mientras que si nuestro mensaje está basado en la palabra viva y eficaz, nuestra predicación aunque no se vea en el momento, afectará de manera positiva las vidas de los que escuchan, ya que la palabra divina es una semilla que al ser sembrada en el corazón humano tiene la promesa de que esta dará su fruto tarde o temprano.

Esto requiere estudio, trabajo y adiestramiento, con la particularidad de que, al estar hablando a las almas, no es una tarea tan fácil como se piensa, el predicar la palabra que transforma las vidas merece mucha atención y esfuerzo.

La cuidadosa preparación del mensaje no es suficiente sin el poder o fuego del Espíritu Santo, que no siempre es el fuego del entusiasmo y la emoción humana expresada a través con enérgicos gestos y grandes gritos, sino aquella unción de lo Alto que da al mensaje ese algo inexplicable que no se adquiere por medios humanos pero lleva a los corazones de los oyentes la impresión de que el mensaje es de Dios, porque es Dios mismo revelándose al corazón del que escucha la Palabra. Si ambas cosas vienen unidas en el sermón, el predicador no podrá menos que ver de su siembra espiritual abundantes frutos para vida eterna.

Hay que evitar dos extremos muy comunes: El predicador que descuida la preparación de sermones, confiando imprudentemente en la inspiración divina, se encontrará frecuentemente con que no tendrá mensaje alguno para dar, y tendrá que emplear la manipulación, el entretenimiento y la interpretación privada torciendo la doctrina contenida en las escrituras..

Por otro lado está el predicador que sólo confía en su capacidad, intelecto y en sus bosquejos bien elaborados, puede hallarse falto de la unción del Espíritu santo y descubrir con sorpresa que su palabra es un discurso más lleno de palabras muy bonitas pero que no afecta a los corazones de los que escuchan.

Nuestra intención con la elaboración de este seminario-taller es ser lo más prácticos posible, sin complicar las cosas de modo tal que sea más fácil de entender al que no tiene mucha preparación académica y a su vez poder cumplir obedientemente con lo dicho por el Apóstol Pablo en la carta a los Efesios 4:11-16:

Y Èl mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Cabe aclarar que este material es parte de un seminario-taller de modalidad presencial, de manera que hay muchos conceptos que son ampliados y explicados en el desarrollo del mismo.

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad.”

2 Timoteo 2:15 • Biblia de las Américas

En nuestro círculo evangélico se suele usar la palabra mensaje en vez de sermón (que es la forma correcta), ya que cuando se habla de un sermón se asocia con un regaño o una reprimenda. Vamos a establecer de manera simple la diferencia entre predicación, sermón y mensaje.

• PREDICAR es la acción o el acto de pronunciar lo que voy a decir.

• SERMÓN es la estructura o como yo organizo eso que voy a decir.

• MENSAJE es el contenido de lo que yo voy a decir.

Para ilustrarlo, imagínese que va a beber agua en un vaso, la acción de llevarse el vaso a la boca utilizando la mano sería el predicar, el vaso o envase que contiene el agua entonces es el sermón y el agua sería el contenido o el mensaje que se va a exponer. Aclarado esto estaremos utilizando el término sermón a lo largo de nuestro taller.

¿QUE ES UN SERMÓN?

Un sermón es un discurso planificado y organizado que expone o proclama el mensaje del evangelio.

Existen dos grandes dos grandes géneros de sermones según el propósito que se predica:

EL SERMÓN EVANGELÍSTICO

Está orientado a crear entre los oyentes conciencia de que son pecadores y la necesidad de aceptar a Jesucristo como su único y suficiente Salvador. El sermón, en estos casos, termina con una invitación a hacer decisión de fe por Jesucristo.

EL SERMÓN DOCTRINAL

Es el mensaje dirigido a toda la congregación, sobre la base de que todos ya aceptaron a Jesucristo como su único

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