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CUANDO EL HOMBRE MUERE, ADONDE VA EL ESPÍRITU Y EL ALMA?


Enviado por   •  27 de Enero de 2014  •  966 Palabras (4 Páginas)  •  875 Visitas

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¿CUANDO EL HOMBRE MUERE, ADONDE VA EL ESPÍRITU Y EL ALMA?

Publicado por Agustin Medina ~ sábado, 4 de enero de 2014

"El verdadero estado del alma después de la muerte"

Para contestar esta pregunta, debemos tener absolutamente claro, que el espíritu o aliento de vida, no es lo mismo que la vida o el alma de los seres humanos. Vuelvo a repetir, la vida o alma, es producto del aliento o espíritu de vida que Dios da a los seres humanos. (Génesis 2:7). Esto lo sabía muy bien el apóstol Pablo. El diferenció el alma y el espíritu

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Yeshua. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” (1Ts.5:23)

Otro texto donde que diferencia el ser o alma y el espíritu es el de hebreos, veamos:

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)

El texto hebreo del antiguo testamento lo diferencia claramente. La palabra traducida por "espíritu" es ruaj, y la palabra traducida por "alma" es nefesh. El texto griego del Nuevo Testamento, también diferencia claramente el alma y el espíritu. La palabra griega traducida por "alma" es psijé, y la palabra traducida por "espíritu" es pneuna.

Cuando el hombre muere, es decir deja de existir, el espíritu o alento de vida que Dios le ha dado regresa a Dios pues él lo dio. Veamos algunos pasajes:

“Y el polvo vuelve a la tierra como era, y el espíritu vuelva a Dios quien lo dio” (Eclesiastés 12:7)

“Cuando Yeshua hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entrego el espíritu” (Juan 19:30)

“Y apedreaban a Esteban mientras el invocaba y decía, Señor Yeshua, “recibe mi espíritu”. Y puesto de rodillas, clamo a gran voz: Señor no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió” (Hechos 7:59)

Estos tres pasajes bíblicos nos muestran que el al momento de la muerte el aliento o espíritu de vida, va a Dios pues es él quien lo dio. En este caso no se hace diferencia entre el hombre bueno o el hombre malo, pues tanto como el aliento de vida que Dios le da al pecador, como el aliento de vida que la da al justo, le pertenecen, y por lo tanto toda aquella energía de vida que esta en todos los seres humanos vuelve al único dador,

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