Casas De Paz

1. La conversión de Saulo trajo una gran paz a la iglesia apostólica del libro de Hechos, ya que él era el que en ese momento estaba dirigiendo una profunda persecución. (Hch. 9:21, 22)

2. Su conversión produjo muchas inquietudes como: sorpresa, alegría, desconfianza, rechazo y odio. (Hch. 9:23-30)

3. La conversión de Saulo era tan genuina, que revela cómo en la iglesia de Jerusalén, por las persecuciones resientes, se había inyectado un espíritu de temor. (Hch. 9:26)

3.1. Primero observas un Saulo tratando de juntarse con los discípulos y ellos en nombre de la

prevención estaban cayendo en una profunda desconfianza.

3.2. Los discípulos estaban operando sobre las obras de la carne y no bajo el fruto del Espíritu.

Estaban sacando conclusiones más por su malicia que teniendo discernimiento para leer los corazones. (Gal. 5:16-26)

3.3. Esto era un síntoma de alerta a revisar por los apóstoles en su multiplicación.

3.4. Hay pequeñas víboras que a veces dejamos pasar en nuestra formación de líderes pero

después se nos convierten en grandes dragones. Es algo alusivo a un pensamiento que hemos repetido en ocasiones anteriores: “La serpiente de Génesis, se te convierte en el dragón de Apocalipsis”.

3.4.1. El problema más grande es que si no corriges la ley de la carne que se está exponiendo en esa persona, esta terminará quedando fuera de la manifestación del Reino. (Gal. 5:21)

3.4.2. Hay gente que aceptó a Cristo pero no ha renunciado a las obras de la carne en su vida, ellos jamás entrarán al Reino.

3.4.3. Cuidado con discípulos salvos pero no convertidos a la causa del Reino.

4. La iglesia apostólica entra en una profunda paz en los territorios que ya habían avanzado, predicando el evangelio del Reino, pero no para caer en comodidad sino para consolidar, crecer y fortalecerse en el Espíritu hacia una próxima dimensión que les venía. (Hch. 9:31)

4.1. Observamos que esta paz viene de Dios. Ya que la propia salida de Saulo desde Jerusalén no

fue ante las amenazas de muerte que tenía hacia su vida; tampoco vino por miedo de quienes estaban en Jerusalén, sino que Dios mismo lo había llevado a tomar esa decisión. (Hch. 22:17-21)

4.2. Todo tiempo de paz que Dios te envía no son para acomodarte en un nivel de vida sino para

fortalecerte hacia una nueva dimensión. (Hch. 9:31) “Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea, Galilea y Samaria, pues vivían en el temor del Señor. E iba creciendo en números, fortalecida por el Espíritu Santo” (N.V.I)

4.3. Tiempos de paz no es escasez de desafíos, sino preparación para una nueva dimensión.

4.3.1. Consolidar lo que habían logrado obtener en Judea, Galilea y Samaria era un desafío.

4.3.2. Vivir bajo el temor de Dios era quebrantar su alma; eso era todo un desafío.

4.3.3. Disfrutar de la multiplicación que Dios te da es todo un desafío, porque eso te exige ser

un mejor gerente para consolidar las vidas que él añade.

4.4. Tiempo de paz en la iglesia apostólica son desafíos tras desafíos, para consolidar los logros

obtenidos, corregir lo deficiente y multiplicarnos hacia una nueva dimensión.

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