Ceremonial de la toma de posesión de un nuevo párroco

Ceremonial de la toma de posesión de un nuevo párroco

1. La toma de posesión de un nuevo párroco es más bien una función jurídica que litúrgica. Por lo tanto, no hay provisión de ceremonia en los libros litúrgicos sino que es regulada generalmente por la ley particular (por ejemplo, las regulaciones de los sínodos) o por la costumbre legítima. El rito, por lo tanto, varía de diócesis a diócesis, pero el esquema común de la ceremonia es como sigue:

2. La ceremonia tiene lugar en la iglesia parroquial antes de la Misa principal o antes de Vísperas o Bendición del Santísimo Sacramento.

Antes de la Misa principal

3. Si el Obispo mismo no va a oficiar, envía a un sacerdote delegado que lo represente.

4. El oficiante se reviste de sobrepelliz (o roquete, si corresponde), estola y capa pluvial del color del Oficio.

5. Acompañado por los clérigos presentes y los ministros, el oficiante se dirige a la puerta principal del templo parroquial de acuerdo al orden normal de la procesión antes de la Misa.

6. Allí se encuentra con el pueblo y el nuevo párroco, quien viste una sobrepelliz y lleva en el brazo izquierdo una estola del color del día. Los clérigos se ordenan como parezca conveniente (por ejemplo, formando un semicírculo de modo que todos miren hacia la puerta principal y el oficiante quede al centro del mismo, mientras el pueblo fiel rodea a su nuevo párroco).

7. El oficiante enseguida presenta la cruz procesional al nuevo cura párroco quien, de rodillas ante el oficiante, la besa –esa cruz que será la fuerza y sabiduría de su futuro ministerio.

8. El oficiante impone luego la estola al nuevo cura párroco –la estola que significa el poder ministerial sobre los sacramentos que el Obispo le delega para que administre en su nombre.

9. Para invocar la gracia del Espíritu Santo sobre el nuevo párroco, todos se arrodillan y el himno Veni Creator es entonado por el oficiante o por un cantor. Cuando la primera estrofa ha concluído, todos se ponen de pie y forman nuevamente la procesión –el nuevo cura párroco se ubica antes o a la izquierda del oficiante. El pueblo ingresa primero al templo y toma su sitio en la nave. La procesión clerical va hasta el altar, al que hace la reverencia como de costumbre, y cada uno se ubica en el lugar habitual en el santuario, mientras el canto del himno continúa. Puede intercalarse con el himno el canto del Kyrie, o cantarse inmediatamente después de concluído el himno. (El Kyrie solía cantarse mientras que la procesión hacía entrada en la iglesia estacional, como es todavía el caso en la Vigilia de la Pascua.) Si el himno debe repetirse, se omite la última estrofa, o doxología, y se retoma desde la segunda, como es habitual en estos casos; al final, se canta la última estrofa. Cuando concluye, el oficiante

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