¿Cuál Es El Origen De Las Especies?

¿Cuál es el origen de las especies?

El origen de las especies, obra del naturalista Charles Darwin publicada en el siglo XIX fue el pilar fundamental de la teoría de la evolución. A partir de entonces, diversos científicos y escritores tenían distintos puntos de vista sobre su libro.

A pesar que la obra de Darwin contenía fundamentos sólidos, desde su publicación y a lo largo de estos años distintas corrientes religiosas y teorías alternativas enfrentaron sus ideales con el objetivo de avasallar su postura, entre las principales teorías que contradicen a la de Darwin se encuentra el creacionismo.

El presente trabajo se propone, entonces, determinar cual es el origen de la vida, teniendo en cuenta las caracterizaciones que llevan a cabo Juan Manuel Torres en “Batallas por la verdad científica”, Diego Golombek en “El `diseño inteligente´ no tiene nada de científico”, Leandro Martínez Tosar en “Los escultores de lo vivo” y Carlos Alberto Montaner en “Dios y la democracia liberal”. El análisis tendrá en cuenta los siguientes aspectos: en primer lugar, las causas del surgimiento de las especies; luego, la relación de la teoría evolutiva y el creacionismo; por último, la validez científica que se le atribuye a la teoría evolutiva.

El principio de la vida como la conocemos

Las causas del surgimiento de las especies es una incógnita que ha producido controversia entre el ámbito científico y el religioso. Como ya se insinuó las dos posturas mas fuetes que se enfrentan son la evolutiva y la creacionista.

Si bien algunos autores suelen tener opiniones diferentes sobre este tema, otros tienen argumentaciones semejantes como en el caso del biólogo Leandro Martínez Tosar que afirma que no existe una ley general en sí para explicar el surgimiento de las especies, sino que se trata de un proceso espontáneo en el que solo hace falta una única forma de vida original (un antecesor a todas las especies), que partiendo de este punto el azar y la selección, principales pilares de la teoría evolutiva siendo el azar el que genera el cambio en la especie y la selección quien decide cuales de esos cambios serán conservados, operan de forma totalmente automática para generar las modificaciones y la diversidad que observamos hoy. Asimismo, Diego Golombek sostiene que la teoría de la evolución es un impactante corpus de observaciones, datos, demostraciones y predicciones alrededor del origen de la vida en la Tierra y de los cambios subsiguientes.

En oposición a estas declaraciones el epistemólogo Juan Manuel Torres menciona a la doctrina del diseño inteligente (DDI) la cual se funda sobre sólidos avances en física, bioquímica y biología celular y postula que ningún organismo podría formarse por azar, ni repentinamente porque sólo es útil con la totalidad de sus partes. La DDI determina las condiciones objetivas para que algo sea identificado como diseño inteligente, pero no responde si existe un diseñador para toda esta complejidad. De modo semejante, Carlos Alberto Montaner menciona a los creacionistas, que aseguran que no es posible explicarse la inmensa complejidad de la vida sin la intervención de un ser superior. Sin embargo, desde su posición no puede confirmar con certeza total la existencia de Dios, pero ratifica que nadie puede asegurar lo contrario.

La teoría evolutiva y el creacionismo: una gran controversia

¿Evolucionismo o creacionismo? Esta gran polémica llega al punto de dividir la intelectualidad. Argumentaciones a favor, en contra de la teoría de Darwin hacen tambalear el mundo científico. Idas y vueltas con respecto al origen de la vida parece un inofensivo debate intelectual en el que se confunden ciencia y teología, pero en algunos casos, la discusión podría afectar a la raíz misma de la civilización occidental.

El debate que se genera entre estas dos corrientes puede ser muy polémico, el escritor cubano Carlos Alberto Montaner menciona a los neodarwinianos, los cuales opinan que no es posible observar la huella de Dios en la evolución de los seres vivos, que no hay pruebas científicas de su mano divina. En contradicción a estos, Montaner se mete del lado de los creacionistas que creen en la existencia de un Dios creador de cielo y Tierra y de todas las especies que conocemos, asegura también que los seres humanos tienen un profundo sentido moral que solo se puede explicar por la existencia de Dios. De forma análoga opina Juan Manuel Torres con la DDI, que a pesar de no asegurar la existencia de Dios confirma que no es posible explicarse toda la complejidad que conocemos sólo por azar. Toma el ejemplo del ojo humano, desestimando el origen azaroso de Darwin y afirmando que nunca podría haberse formado paso a paso o de forma repentina.

Sobre esta última Diego Golombek tiene una devolución muy crítica ya que no lo considera como doctrina del diseño inteligente sino sólo como diseño inteligente (DI), afirma también que éste no es más que creacionismo encubierto bajo una presunta fachada científica. Sostiene que nada hay en el DI que tenga basamento científico y realiza un contrargumento en cuanto al ejemplo que da la DDI sobre el ojo humano, confirma que es un “hermoso” ejemplo de evolución

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