EL LIBRO DEL APOCALIPSIS.

             EL LIBRO  DEL APOCALIPSIS.

EL  TÍTULO DEL LIBRO:  En griego significa quitar el velo, desvelar, revelar, descubrir, Es  “revelación”, no (revelaciones),  porque desvela,  descubre y desenmascara.  Es Revelación de Jesucristo porque viene por parte de Jesucristo o trata acerca de El.

GÉNERO LITERARIO: Apocalíptico y profético; su lenguaje es simbólico: metáforas, mitos, visiones, himnos, cifras, colores (necesitan interpretación). No se trata de un lenguaje esotérico o secreto. En tiempo de persecución todo ciudadano es poco. Lo que se debe de comunicar, lo deben entender sólo los compañeros (14,3). Era peligroso decir que el Imperio Romano era el enemigo. Juan lo dice comparándolo con una bestia y aclarando que la cifra de su nombre es 666 (13,18), de la misma manera dice quién es la “gran prostituta” en (17,9). El número 666 no es tan fácil de decifrar,  probablemente sea el resultado de sumar los valores de las letras hebreas de la palabra Nerón César; también puede referirse a un texto del A.T. que dice “El peso del oro que llegaba a Salomón  era de 666 talentos de oro” (1 Re10,14-15; 2Cro9,13). La cifra entonces recuerda y es símbolo de la explotación inhumana hecha por el rey.

En ningún pasaje el Apocalipsis hace especulaciones ni cálculos para establecer el calendario del fin del mundo. El Apocalipsis es fiel continuador de las enseñanzas de Jesús y de los Apóstoles.

SU AUTOR:  Probablemente discípulos del apóstol Juan el Zebedeo,  toma el nombre de Juan para avalar su mensaje con la autoridad del apóstol, según se usaba en la antigüedad; recibe la revelación por medio de visiones y audiciones, no en sueños. El Apocalipsis presupone un intenso clima litúrgico, la visión de Juan acontece un día del Señor: un domingo. El autor se presenta como un profeta de la primera Iglesia y considera que su mensaje es profético (1,1-3;22,6-8) probablemente era el coordinador de algunas comunidades de Asia Menor (1,4.11); presenta como futuro lo que ya es cosa del pasado; para el no hay término medio, en Apocalipsis todo es bueno o malo (aunque nosotros sabemos que en la historia real las cosas no son blanco y negro, sino que hay muchos tonos de gris.)

INTENCIÓN DEL AUTOR: lo escribió para quitar el velo de los acontecimientos de la historia y para dar  consuelo  y  esperanza al pueblo oprimido, mediante el Evangelio de Jesús.

MENSAJE CENTRAL: Nutrir la fe de los cristianos ante la persecución a fines del siglo I d.C., fomentar su fidelidad a Cristo el único Señor, ante la presión de dar culto al emperador sin arriesgar a los cristianos. Su dimensión universal radica en que es “el libro de la esperanza cristiana”,  pues afirma la victoria de Dios en el mundo.

LUGAR Y FECHA  DE REDACCIÓN: Se escribió en la Isla de Patmos, durante la persecución romana, por el año 95 d.C.   Jesús había muerto hacía más de 50 años,

SITUACIÓN DE LA COMUNIDAD: En aquel tiempo los romanos eran el poder dominante, el imperio romano era una sociedad injusta y desigual, había ciudadanos y esclavos (patricios y plebeyos), además Roma exigía que todo el mundo le diera culto al emperador como a un dios.

La situación de tributación se caracterizaba   por la agresión violenta (12,13.17; l3,7)

que producía víctimas de cárceles y muerte, se divinizaba al emperador. Las comunidades eran  pobres que no se vendían al imperio, resistían y seguían firmes en su fe y en sus luchas.

La fe de los cristianos afirman que Dios es uno solo y que todos los seres humanos somos hijos de Dios y por eso somos iguales.

ESTRUCTURA DEL LIBRO:

1,1-3 INTRODUCCIÓN.- Juan empieza explicando que recibió una revelación de Dios a través  de una visión y que un ángel le mandó comunicarla, Jesús aparece desde el principio como centro de todos los acontecimientos narrados en el libro.

1,4-3,22  LAS SIETE CARTAS A LAS IGLESIAS.- Las siete iglesias representan la Iglesia entera, a quien Juan comunica su mensaje en nombre de siete estrellas, o sea, de la plenitud del Espíritu y de Jesucristo resucitado y liberador. Jesús se denomina a sí mismo el Alfa y la Omega, que son la primera y la última letra del alfabeto griego, indicando que es el principio y el fin de la historia. La visión de Jesucristo revestido de gloria, en medio de siete candelabros, significa que ha resucitado con todo poder y que cuida de su Iglesia. (1,7-20).

El mensaje a las comunidades de Asia, en la actual Turquía, es un llamado profético. Los profetas del A.T. exigían fidelidad a la alianza; ahora Juan exige vivir la fe cristiana. Las iglesias de Esmirna y Filadelfia son elogiadas; las de Sardes y Laodicea son reprendidas, y las otras tres reciben elogios y críticas. Se corrige a las iglesias por admitir líderes que van contra el Evangelio y que no dan testimonio con su vida.  (2-3).

4-5  INTERPRETACIÓN PROFÉTICA DE LA HISTORIA.-Observa la visión de Dios en el trono, realizada por una liturgia celeste que lo alaba; es una protesta contra el culto imperial y simboliza la autoridad de Dios sobre la historia (4,1-11). Nota el libro sellado que sostiene Dios. Contiene la historia del pueblo de Dios, cuyo significado estaba oculto por la persecución que sufrían las comunidades cristianas. Aparece un cordero degollado, es Jesús resucitado, que lleva en su cuerpo las llagas de su pasión y recibe el libro de las manos de Dios; es el único que puede abrir el libro y revelar el misterio de la vida y de la muerte. EL CORDERO: evoca al cordero pascual de la liberación. Está degollado como el cordero manso ofrecido en expiación por los pecadores, pero está de pie y con cuernos o rayos de luz que anuncian su victoria. Sus siete ojos revelan su señorío sobre el mundo y la banderola con la cruz y el aleluya, su triunfo sobre el pecado (5,6).

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