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El Santo del bisturí


Enviado por   •  7 de Agosto de 2021  •  Reseñas  •  1.927 Palabras (8 Páginas)  •  183 Visitas

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R.·. L .·.Unión  Fraternal  N°198

                                Bajo los auspicios de la Gran Logia de la

                                      Argentina de Libres y Aceptados Masones

AL.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

Y

L.·.M.·.U.·.

Or.·. de Buenos Aires 9 de Junio de 2021 (e.·. v.·.)

V.·. M.·.

QQ.·. HH.·. Todos.

TITULO DEL TRABAJO: El Santo del bisturí

                                               AUTOR: Finochietto

                                                   

                                                      Cargo dentro de la logia: A.·.M.·.

                                                     R.·.L.·. Union Fraternal N° 198

Según me contaba mi padre, a los cinco años mi tío Cacho me preguntó ¿Qué vas a ser cuando seas grande?, a lo que conteste cirujano y jugador de futbol, repuesta inverosímil para un niño quizás influenciado por una serie televisiva de mediados de los 60 llamada Dr. Kildare. Sin embargo mi respuesta no cambió con el correr de los años y cuando tuve que salir de mi nicho de confort del Hospital de Clínicas para cursar la materia de Cirugía en un hospital de Avellaneda, el Hospital Ricardo Finochietto, me invadió un sentimiento de duda sobre la calidad académica.

Allí me encontré con un Jefe de Servicio discípulo de Ricardo Finochietto y excelentes cirujanos que seguían las normas de la escuela Finochietista, un servicio estructurado, con recorridas de sala para evaluar los pacientes, Ateneos clínicos y bibliográficos, una febril actividad quirúrgica, y una residencia médica numerosa con actividades vespertinas académicas y quirúrgicas. Después de 10 semanas de cursada de la materia terminé con la firme convicción de que ese era el lugar donde quería formarme como cirujano, y por suerte pude cumplir mi deseo.

Tomás Finochietto y Ana Chammas eran inmigrantes Genoveses que llegaron a Buenos Aires en la década de 1870. De origen humilde, alcanzaron en Buenos Aires una buena posición económica a través del comercio de carbón y papas. El matrimonio tuvo cinco hijos, de los cuales tres siguieron medicina: Enrique, Ricardo y Miguel Ángel. Enrique nació un 13 de marzo de 1881 y Ricardo un 28 de abril de 1888.

Enrique ingresó en la Facultad de Medicina de Buenos Aires en 1897 y cuatro años después, ya era practicante en el Hospital de Clínicas. Se recibió de médico en 1904 a los 23 años de edad, y enseguida presentó su tesis “El pie bot varo-equino congénito”, donde no solo volcó su experiencia personal sino que ilustró personalmente. Era un virtuoso en el dibujo.

Durante la presidencia de Bartolomé Mitre se proyecta la construcción de un establecimiento apto para asistir a los inválidos de la Guerra de la Triple Alianza, el Hospicio de Inválidos Militares (1868-1887), que se convirtió luego en el Hospital Mixto (1887-1894) y finalmente en el “Hospital Rawson” (hasta 1978), que acogió a varias generaciones de destacados especialistas de la medicina argentina.

Enrique a poco de recibido ingresó como único médico interno del Hospital Rawson, cargo, en aquel entonces, ad-honorem. Allí conoció a David Prando, gran figura de la cirugía, quien le dio un lugar de privilegio junto a él. En 1906 luego de 2 años en ese cargo, decidió perfeccionarse viajando a Europa, donde visita las clínicas más avanzadas de Alemania, Suiza, Italia y Francia, permaneciendo cerca de tres años. En 1909 regresó de Europa, y se reintegró de inmediato a su viejo y querido Hospital Rawson como Jefe de Clínica de David Prando. En 1914, a los 33 años, llega a ser Jefe de Cirugía en la vieja Sala 8. Allí lo acompañó su hermano Ricardo, que se había recibido hacía poco.

En 1917, Durante la Primera Guerra Mundial decide ofrecer sus servicios a Francia para atender a los heridos y se le confía la jefatura de cirugía del «Hospital Argentino Auxiliar 108», cuyo funcionamiento era costeado por la comunidad argentina en París. Contaba con 150 camas y un equipo de rayos X, un verdadero lujo para la época. En poco tiempo se convirtió en un centro de evacuación de referencia, a donde no solo llegaban a diario los soldados heridos que Sanidad Militar rescataba del frente sino también los civiles destrozados por los intensos bombardeos sobre París. Durante los dos años de permanencia adquirió una enorme experiencia quirúrgica en especial en el área traumatológica; y su actuación fue brillante, tanto que se le solicitó que permaneciera casi un año más. Por sus méritos recibió la Medalla de la Guerra, y la Legión de Honor en grado de gran oficial otorgada por el gobierno Frances.

Terminada la tarea en Francia, visitó algunos centros quirúrgicos en los Estados Unidos y luego retornó a Buenos Aires en octubre de 1919 rodeado de gran fama, los diarios de la época saludarán su llegada con artículos y entrevistas de todo tenor y extensión. Sin embargo, regresa enfermo: durante su estadía en Europa contrae una enfermedad incurable (¿sífilis?), que lo obligará según sus cánones y los de la época a una soltería sin remedio. Tenía 39 años. Para entonces ya compone un equipo quirúrgico con sus hermanos Miguel Angel y Ricardo, que poco a poco se convertirá en el más afamado de la Argentina. Tenía entonces tal renombre que era común la siguiente interpelación popular para expresar exageración: "¡Pero quién te crees que sos! ¿Finochietto?".

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