Enfermedades De Bajas Temperarturas

En esta época de invierno, las bajas temperaturas provocan enfermedades respiratorias en la población, causadas por microbios que están en el medio ambiente o en las gotitas de saliva o moco que una persona enferma arroja al toser, hablar o estornudar.

Entre las más comunes están la gripe, resfriado común, influenza, padecimientos en las anginas, rinofaringitis, asma, bronquitis y pulmonía, entre otras.

Los principales síntomas de estas afecciones son la tos, el catarro, dolor en cabeza, garganta y oídos, malestar general y aumento de la temperatura.

Como la vía de entrada de los microbios que producen estos males son la nariz y la boca, las primeras manifestaciones son la tos y el estornudo, que son reacciones de defensa. Al toser o estornudar, se debe tapar la boca y nariz para no diseminar los microbios y evitar el contagio a otras personas.

Son más frecuentes durante la época de frío debido a que los vellitos de la nariz, que se encargan de detener microbios, se paralizan, permitiendo la fácil entrada a los órganos respiratorios altos. Para prevenirlas, es recomendable utilizar bufandas o cubre bocas al salir a la calle.

Otro motivo es que la mucosa de la nariz tiene como función el calentar el aire que entra a los pulmones, pero cuando el ambiente está muy frío, no pueden cumplir con esa tarea, lo que ocasiona que los microbios penetren hasta la tráquea y pulmones, ocasionando infecciones más severas. Los pacientes que sufren de asma resultan seriamente afectados, ya que sólo el 16 por ciento de ellos considera tener controlada su enfermedad. De este grueso, sólo el 9 por ciento está realmente controlado, así lo revelo el estudio Conocimiento y Gestión del Asma en América latina.

Este mal es un trastorno crónico de las vías respiratorias que se inflaman y obstruyen, por lo que el flujo de aire es restringido. De entre los síntomas más comunes que los pacientes reportan como sumamente molestos, se encuentran las sibilancias u opresión toráxica. Despiertan por la noche debido a la falta de

aire y tos, lo que provoca una disminución en su calidad de vida.

El objetivo del tratamiento clínico del asma es alcanzar y mantener el control de la enfermedad. Cada paciente debe ser evaluado para establecer el tratamiento adecuado para su condición y una vez que el médico ofrece un tratamiento, el afectado debe seguirlo para mantener el control del padecimiento. Para muchas personas, el medicamento de control se debe tomar diariamente para contrarrestar los síntomas, mejorar la función pulmonar y prevenir las crisis.

El monitoreo continuo del asma es esencial para mantener el control de él y establecer el mejor tratamiento para cada paciente. Este método continúa siendo necesario incluso después de alcanzar el control de la afección,

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