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Estudio Salmo 40


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2019  •  Ensayos  •  5.424 Palabras (22 Páginas)  •  295 Visitas

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SALMO 40

Introducción

Al leer este salmo, podemos ver claramente que David anhelaba dar testimonio de la misericordia de Dios en su vida (v.1-3, 5, 9-10).  El propósito principal de este salmo es alabar a Dios, y animar a otros a confiar en Él (v.4, 16).  Sin embargo, el Salmo 40 fue escrito nuevamente en un contexto de  necesidad en la vida de David (v.11-15, 17).  A la mitad del salmo vemos el anhelo del corazón de David de hacer la voluntad de Dios (v.6-8)  – un anhelo que resultó ser profético, y que se cumplió en el Señor Jesucristo, el Hijo de David (Heb 10:5-7).

El Salmo 40 se divide en siete estrofas.  Haríamos bien en ver el tema de cada una de ellas, antes de comenzar el estudio detallado del salmo.

Estrofa 1 (v.1-3):             David hace memoria de un momento en el pasado cuando fue ayudado por

                                         Dios.

Estrofa 2 (v.4-5):             Reconoce el valor de confiar en Dios, y lo alaba por Su misericordia.

Estrofa 3 (v.6-8):             David expone su disposición de hacer la voluntad de Dios.

Estrofa 4 (v.9-10):           Declara que ha dado testimonio público de las bondades de Dios.

Estrofa 5 (v.11-12):         David reconoce su necesidad de Dios en el presente.

Estrofa 6 (v.13-15):         David pide la ayuda de Dios contra sus enemigos.

Estrofa 7 (v.16-17):         David confía en la pronta intervención de Dios.

El Salmo 40 es un tremendo ejemplo de cómo glorificar a Dios con nuestras vidas; particularmente, en un tiempo de necesidad personal.  

¿Cómo lo hizo David?    Glorificó a Dios en CUATRO maneras:

  1. DANDO TESTIMONIO DE LA SALVACIÓN DE DIOS (v.1-3, 5, 9-10)

David comienza el salmo dando testimonio de la ayuda que Dios dio, en un momento de gran necesidad.  

  1. La Necesidad de David (v.2)

Ya hemos observado que pocas veces David describe en detalle sus sufrimientos.  En esta ocasión, lo que hace es describir el impacto que las luchas y necesidades tuvieron sobre su estado anímico.  Le hicieron sentir que estaba en el “pozo de la desesperación[1]”, y que se hundía en el “lodo cenagoso” (v.2).  Ver expresiones parecidas en Sal 69:2, 14.

En Palestina, abundaban pozos de agua.  Algunos de ellos se secaban, y servían como cárceles (ver Gén 37:24[2]); en estos casos, no eran muy incómodos.  Pero cuando tenían un poco de humedad, el fondo del pozo se convertía en lodo (Jer 38:6), y si  uno se movía, simplemente se hundía más en el lodo. David tenía en mente esa clase de pozo, cuando describe, en forma poética, la situación emocional en la cual estaba.

Cuando estamos en una situación difícil, muchas veces sentimos que nos estamos ‘hundiendo’ en ella.  Cuánto más pensamos en el asunto, más nos ‘hundimos’, hasta que sentimos que no hay manera de salir de la dificultad.  Así estuvo David, en un tiempo antes de escribir este salmo.

  1. La Reacción de David (v.1)

En esa situación, ¿qué hizo David?  Él menciona dos cosas:

  1. Esperó en Dios (v.1a).  

Esto es lo que había hecho en Salmos 38:15 y 39:7.  David sabia que esperar en Dios era clave en todas sus luchas; por eso este salmo también contiene el ingrediente de la espera.  Cuando estamos en situaciones difíciles, siempre quisiéramos que Dios nos ayude inmediatamente, para salvarnos de la dificultad o el dolor.  Pero, muchas veces tenemos que esperar; porque en medio del sufrimiento, Dios quiere enseñarnos lecciones importantes.  

David aprendió a esperar con paciencia; no se desesperó.  Pero, llegó el momento cuando:

  1. Clamó a Dios (v.1b).

El clamor de David fue grande.  La palabra en hebreo (para “clamor”) es la misma que Moisés usó para describir la manera en que el pueblo de Israel clamó a Dios, cuando estaba sufriendo en Egipto (Éx 2:23).  Podemos ver también la experiencia de David, en 2 Sam 22:7, y el resultado de su clamor (2 Sam 22:8-17).

REFLEXIÓN: ¿Has clamado a Dios así, alguna vez?  ¿Estás clamando hoy por algo?

  1. La salvación de Dios (v.1-3)

Cuando un hijo de Dios espera pacientemente, y luego clama a Dios pidiendo ayuda, Dios nunca será sordo a ese clamor.  Ya hemos visto, en 2 Sam 22:8-17, la manera en que Dios responde al clamor de Su pueblo.  Eso pasó aquí también.  David da testimonio de la ayuda de Dios, con las siguientes frases:

  1. se inclinó a mí” (v.1b).  En Su misericordia, Dios se ‘agachó’ para atender a David.

                                   Miró desde el cielo, y mostró interés por la necesidad de Su

                                   siervo.

  1. oyó mi clamor” (v.1b).  Dios siempre escucha el clamor de Su pueblo, aunque no

                                  siempre responde con la inmediatez que quisiéramos.

  1. me hizo sacar del pozo” (v.2a).  Dios intervino a favor de Su hijo.  Respondió a su

                                               oración, y lo salvó de la situación difícil y dolorosa

                                               en la cual se hallaba.

  1. Puso mis pies sobre peña” (v.2b).  No lo sacó de un peligro para estar en otro, sino

                                                   que lo sacó a un lugar espacioso (Sal 18:19) y

                                                   firme.  ¡Qué contraste!   Del “lodo cenagoso” a la

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