Guerras Santas

2. HISTORIA DE GUERRA

2.1. La doctrina judía antigua

El pueblo judío consentía estar sometido por la fuerza siempre y cuando el invasor respetara sus creencias. Así, el persa Ciro II o el macedonio Alejandro III no tuvieron excesivos problemas en respetar, pues decretaron libertad de culto. En cambio babilonios y romanos, que pretendieron imponer sus religiones, se enfrentaron a constantes rebeliones. La única vía posible de contrarrestarlas fue en ambos casos la destrucción de su principal símbolo religioso, el templo, seguido de una serie de operaciones de deportación forzosa que culminaron con la dispersión cultural y religiosa del siglo II. En la época actual, la política bélica y territorial de Israel es influenciada por algunos partidos que basan su programa en el cumplimiento de los preceptos religiosos expuestos.

2.2. Las cruzadas medievales

Las cruzadas fueron una serie de campañas militares durante la Edad Media europea contra los musulmanes del Medio Oriente que habían conquistado Jerusalem "Tierra Santa". En 1076, los musulmanes habían capturado Jerusalén, el más santo de los santos lugares para los cristianos. Jesús había nacido en Belén y había pasado la mayor parte de su vida en Jerusalén donde fue crucificado. No había lugar más importante en la Tierra que Jerusalén para un verdadero cristiano razón por la cual los cristianos de Jerusalén la llamaron la "Ciudad de Dios".

Tanto en lado cristiano como en el musulmán proliferaron los monjes – guerreros. Los Pobres Caballeros de Cristo (templarios) o los habitantes de las fortalezas “ribbat”, son un ejemplo de cada religión. Algunas de las reglamentaciones de la iglesia con respecto a los usos militares, como la prohibición de las armas individuales a distancia (ballestas, arcos y hondas), pero sólo contra cuando éstas fueran usadas contra cristianos católicos.

2.3. Las guerras en la Edad Moderna

Los primeros siglos de la Edad Moderna en Europa coinciden con la Reforma protestante y la Contrarreforma católica, que originaron un terrible periodo de guerras de religión: en Alemania, los príncipes católicos se apoyan en Carlos V contra los príncipes protestantes, al tiempo que surgen movimientos sociales como la guerra de los campesinos, perseguidos sangrientamente por ambos bandos, con la bendición expresa tanto del Papa como de Lutero; en Francia, también se desencadenaba la violenta Matanza de San Bartolomé (1572), que se desenvolvía en su particular y prolongada serie de guerras de religión; la Guerra de los Ochenta Años que supone la separación de los Países Bajos en un norte protestante y un sur que continuó fiel a la Monarquía Católica; en su última fase (tras una Tregua de los doce años) simultánea a la Guerra de los Treinta Años (1614–1648) en el Sacro Imperio, que terminó transformándose en un conflicto europeo .

2.4. Fin del Antiguo Régimen y Edad Contemporánea

El final de las guerras de religión en Europa se considera que fue el Tratado de Westfalia (1648), en el que el agotamiento de todas las potencias pareció hacer prevalecer la racionalidad y el pragmatismo de las modernas relaciones internacionales, que nacen a partir de ese momento. No obstante, se pueden observar elementos de guerras de religión en muchos conflictos posteriores, como

la Guerra de la Convención contra las monarquías absolutas europeas, que veían en la Francia revolucionaria no sólo un enemigo político, sino una potencia atea. El anticlericalismo y el anti-ateísmo serían también, respectivamente, componentes destacados del movimiento obrero y de su represión, evidenciados de forma explícita en la Revolución Mexicana, la Guerra civil rusa, la Guerra Civil Española y la Guerra fría.

3. PENSAMIENTOS RELIGIOSOS

3.1. El cristianismo

En el aspecto cristiano tras el concepto de la guerra el cual se puede vivenciar en el Evangelio de Lucas “y dijo el amo al siervo: Sal a los caminos y a los cercados, y obliga a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas, 14, 23).

La iglesia católica en el concilio vaticano realizo signos de rechazo sobre la crueldad de estas guerras llegando a pronunciar “a procurar con todas nuestras fuerzas preparar una época en que, por acuerdo de las naciones, pueda ser absolutamente prohibida cualquier guerra”.

El Vaticano II no es en sí una defensa. No es tampoco un concilio batallador. Dice que la guerra santa es santa en la medida que deja de ser guerra. Lo importante aquí es conquistarse no por violencia al contrario dejarse conquistar por el amor. No es éste, por supuesto, un concilio de defensa ni de ataque. Se trata de un concilio de amor. “Sea el amor el único vencedor de todos”, pedía pablo VI. El Catecismo de la Iglesia Católica dispones a toda persona y todo gobernante a estar obligados a evitar las guerras. Pero, mientras exista el riesgo de guerra. No se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa.

3.2. EI Islam

Desde el comienzo existe estas guerras en el islam: El Corán, dice de un modo específico, ya que el concepto de yihad, que suele traducirse (impropiamente, a juicio de algunos) como guerra santa, incluyendo también a la acción violenta. En el Corán, la guerra es ante todo la guerra que se libra con la propia alma.

Muchos conflictos actuales son calificados en su sentido de combate, de guerra y frecuentemente las acciones terroristas son calificadas por sus autores de manera bastante fuerte, sin embargo, esto es una acción indebida y los sabios cualificados del islam niegan rotundamente que esto sean actividades indebidas.

3.3. El Judaísmo

En esta religión se vivencian expresiones que influyen a las guerras como (“La guerra como mandamiento”) hace referencia a una norma que cada judío debe de tener y solo hace parte al territorio israelí. Los límites geográficos de Israel y los conflictos con las naciones vecinas se detallan en

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