JESÚS Y LA ÚLTIMA CENA (Mateo 26:17-30)

JESÚS Y LA ÚLTIMA  CENA  (Mateo 26:17-30)

VERSÍCULO CLAVE:              " Esto es mi sangre, y con ella Dios hace un trato con todos ustedes. Esa sangre servirá para perdonar los pecados de mucha gente. "(Mateo 26:28, Traducción Lenguaje Actual). "Yo soy el pan de vida" (Juan 6:35, Nueva Versión Internacional).

CONCEPTO CLAVE:               El sacrificio que Jesucristo hizo por mí en la cruz, lo recuerdo por medio de símbolos que Él mismo enseñó.

OBJETIVOS EDUCATIVOS:    Al final de la clase de hoy los niños podrán:

1. Contar la historia de la última cena de Jesús con sus discípulos.

2. Nombrar los símbolos utilizados por Jesús (vino, pan).

3. Expresar su gratitud a Jesús por lo que Él hizo.

APLICACIÓN A LA VIDA DIARIA:

Los símbolos no son fáciles de entender. Los dos símbolos utilizados en la Santa Cena representan:

• el pan                   el cuerpo de Jesús [pic 1]
• y el vino o el jugo de uva                  su sangre [pic 2]

Dios nos ha dado los símbolos porque Él sabe que es más fácil recordar algo que podemos ver.

ACTIVIDADES:

1. MANUALIDAD: colorea  la copa y escribe el versículo del día.
2. HISTORIA:¿qué símbolos conoces? ¿Símbolos de equipos deportivos? ¿Banderas? ¿Los símbolos de algunas comidas famosas?

A Dios siempre le ha gustado utilizar símbolos. ¿Te acuerdas de algún símbolo que haya sido dado por Dios?....

Algunas respuestas podrían ser:

• el arco iris, símbolo de que Dios no va a mandar ningún diluvio para hundir toda la tierra;
• el altar, símbolo de gratitud a Dios;
• el pan sin levadura, símbolo de la salida de los israelitas de Egipto;
• etcétera).

Hoy vas a conocer otros símbolos que Dios nos ha dado.

Mateo es el discípulo que contará la historia hoy.

"Buenos días, niños. Mi nombre es Mateo. No sé si nos hemos conocido ya en otra parte. Antes de conocer a mi amigo Jesús yo era un oficial del gobierno. Mucha gente no me aceptaba por eso, pero Jesús me llamó a ser parte de su grupo.

¡Mi vida no ha sido la misma desde entonces! Quisiera contarles algo fascinante que nos pasó. ¿Tal vez ya les contaron algo de lo que pasó en el Templo? ¡Yo quería esconderme!

La parte de la historia que quisiera contarles hoy, es lo que pasó un día antes de la celebración de la Pascua. Jesús llamó a dos de nosotros, a Nataniel y a mí, y nos pidió ayuda. Nos dijo que fuéramos a la casa de un hombre que vivía en la ciudad y le diéramos este mensaje: “El Maestro dice: yo sé que pronto moriré; por eso quiero celebrar la Pascua en tu casa, con mis discípulos.”

Así lo hicimos. Esa noche, mientras Jesús y sus discípulos comíamos, nos dijo que uno de nosotros lo iba a entregar a sus enemigos.

En verdad, nos pusimos muy tristes, y cada uno le preguntaba al Señor a quién estaba acusando. Entonces Él nos dijo que sería el que mojara su pan en el mismo  plato en que Jesús estaba comiendo. Judas, el que después entregó a nuestro Maestro, también le preguntó si hablaba de él; y Jesús le contestó que sí.

Así transcurría la noche, y pensábamos que celebraríamos la Pascua judía como siempre se hizo, generación tras generación:

• hierbas amargas que representaban la vida amarga que pasaron los israelitas en Egipto como esclavos,
• el cordero sin defecto asado al fuego, porque siempre se debe ofrecer lo mejor a Dios,
• el pan sin levadura, símbolo del tormento sufrido en Egipto.

Pero mientras estábamos comiendo, Jesús cambió las palabras y dijo cosas muy diferentes. Por ejemplo cuando tomó un pan, dio gracias a Dios, lo partió y nos lo dio diciendo que era el símbolo de su cuerpo que iba a ser entregado por nosotros.  Después tomó una copa llena de vino y dio gracias a Dios y dijo que el vino era símbolo de un nuevo compromiso entre Dios y nosotros sellado con la sangre que Él iba a derramar. Que Su Sangre serviría para perdonar los pecados de mucha gente.

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