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LA RESURRECCION


Enviado por   •  20 de Abril de 2014  •  2.756 Palabras (12 Páginas)  •  358 Visitas

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TRES PRUEBAS DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

“Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto;pues no se ha hecho esto en algún rincón” (Hechos 26:26).

En el capítulo 26 de Hechos Lucas registra por tercera vez el testimonio de la conversión de Pablo. La razón por la que Lucas la da tres veces es fácil de entender. Aparte de la muerte y resurrección de Cristo, no hay otro evento en la historia de la Cristiandad que sea más importante que la conversión del Apóstol Pablo.

Pablo había sido arrestado porque él predicaba:

“…de un cierto Jesús, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo” (Hechos 25:19).

Y ahora Pablo se paró con sus manos encadenadas, ante el Rey Agripa. El mismo Agripa era Judío. Por lo tanto Pablo defendía lo que predicaba basado en las profecías del Antiguo Testamento sobre la resurrección de Cristo. Pablo también se defendía a sí mismo diciendo que el Rey Agripa ya sabía sobre la crucifixión y la resurrección de Cristo. La crucifixión y la resurrección habían tomado lugar casi treinta años antes. Todos los Judíos sabían de ello, incluyendo al Rey Agripa. Así que Pablo dijo:

“Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón” (Hechos 26:26).

“No se ha hecho esto en algún rincón”. Esa era una expresión Griega común del día. El comentario de Dr. Gaebelein dice:

El ministerio de Jesús era ampliamente conocido en Palestina, y Agripa debía haber oído de él. La muerte y la resurrección de Jesús tenían muchos testigos, y el evangelio Cristiano ahora ya se había proclamado por tres décadas. Ciertamente el rey sabía de estas cosas, “pues no se ha hecho esto en algún rincón” (traducción de The Expositor’s Bible Commentary, Frank E. Gaebelein, D.D., Editor General, Zondervan Publishing House, 1981, tomo 9, p. 554; nota de Hechos 26:25-27).

Mucha gente hoy piensa que la resurrección de Cristo era un evento opaco conocido solamente por unos pocos pescadores ignorantes. ¡Pero nada podría estar más lejos de lo cierto! Todo Judío en Israel sabía de la resurrección de Cristo, ¡y se había hablado de ella por todo el mundo Romano por casi treinta años! ¡La resurrección de Cristo no se había guardado en secreto!

“Pues no se ha hecho esto en algún rincón” (Hechos 26:26). El Dr. Lenski dijo:

Todo lo que se había dicho acerca de Jesús fue en la mera capital de la nación, y el Sanedrín y Pilato [el Gobernador Romano] estuvieron involucrados, y Jesús era una figura nacional, cuya fama llenaba las tierras alrededor. No “en algún rincón”…no un asunto pequeño opaco del cual nadie sabe nada, sino una cosa que es tan grande y vital, tan pública y de tan largo alcance, que [el Rey] Agripa ha sido obligado a darle su completa atención real (traducción de R. C. H. Lenski, D.D., The Interpretation of the Acts of the Apostles, Augsburg Publishing House, edición de 1961, p. 1053; nota de Hechos 26:26).

“Pues no se ha hecho esto en algún rincón” (Hechos 26:26).

Los enemigos de Cristo tuvieron tres décadas para probar que Él no se había alzado de entre los muertos. Y aun así habían fallado. No importa cuán fuertemente trataron, los enemigos habían fracasado en probar que Jesús permanecía muerto después de haber sido crucificado. Para el tiempo en que Pablo le hablaba al Rey Agripa, miles de Judíos, y decenas de millares de Gentiles, proclamaban “Cristo ha resucitado de los muertos”.

La resurrección de Cristo es la fundación de la fe Cristiana. Si el cuerpo de Cristo no se levantó de la tumba, no hay base para la fe Cristiana. El mismo Apóstol Pablo dijo:

“Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana [sin valor] es también vuestra fe” (I Corintios 15:14).

¡Con razón los enemigos de Cristo habían tratado tanto probar falsa Su resurrección! Y todos fracasaron. No estoy de acuerdo con Greg Laurie en muchos temas, pero sí estoy de acuerdo con él sobre la resurrección de Cristo. Greg Laurie dio tres razones por qué los enemigos de Cristo fracasaron – tres evidencias de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos (traducción de Greg Laurie, Why the Resurrection? Tyndale House Publishers, 2004, pp. 13-24). Los voy a dar en parafrasis.

“Pues no se ha hecho esto en algún rincón” (Hechos 26:26).

I. Primero, el sepulcro vacío.

La primera prueba de la resurrección de Jesús es el sepulcro vacío. El hecho de que el sepulcro de Jesús estaba vacío tres días después de que El murió es una de las grandes pruebas de Su resurrección. Todos los autores de los cuatro Evangelios están completamente de acuerdo en que la tumba de Cristo estaba vacía tres días después que Él murió. Muchos otros testigos también verificaron el hecho del sepulcro vacío.

El ataque más antiguo en contra de la resurrección de Cristo es que alguien robó el cuerpo de Jesús. Los principales sacerdotes

“…dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos…Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy” (Mateo 28:12-15).

Pero este argumento no convenció a mucha gente. El sentido común te dirá que los Discípulos no robaron Su cuerpo y pretendieron que Él había resucitado. Tres días antes los Discípulos habían huido para salvar sus propias vidas cuando Cristo fue arrestado y crucificado. Es muy poco probable que estos hombres temerosos habrían tenido el valor suficiente para robar el cuerpo de Jesús – y luego comenzar con valentía a predicar que Él se alzó de los muertos – ¡arriesgando sus vidas! ¡No, eso es un argumento muy poco probable! Los hechos simplemente no coinciden. Los discípulos estaban escondidos en una habitación con la puerta cerrada, “por miedo de los Judíos” (Juan 20:19). Estaban en estado de choque. Ellos no creían que Él iba a resucitar de nuevo. Ninguno de los seguidores de Cristo tuvo la fe o la valentía para desafiar al poderoso gobierno Romano y robar el cuerpo de Jesús. Eso es un hecho psicológico que no puede pasarse por alto.

Los únicos otros sospechosos, que podrían haber robado el cuerpo de

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