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LAS OBRAS EN LOS CREYENTES COMO FRUTOS Y NO COMO BASE DE LA SALVACIÓN


Enviado por   •  16 de Diciembre de 2020  •  Ensayos  •  4.430 Palabras (18 Páginas)  •  218 Visitas

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LAS OBRAS EN LOS CREYENTES COMO FRUTOS Y NO COMO BASE DE LA SALVACIÓN

Como tal vez todos conocemos, la Reforma Protestante se llevó a cabo  hace 500 años y cómo una fecha clave se resalta en la historia el 31 de Octubre de 1517, día en el cuál Martin Lutero clavó en la iglesia de Wittenberg sus 95 tesis en las cuales atacaba muchas de las creencias de la Iglesia Católica. Entre los puntos neurálgicos en los que Lutero discrepó con la Iglesia Católica fueron la doctrina de la Justificación por la sola Fe, La autoridad  universal del Papado, La interpretación de las Escrituras por cualquier persona, Los sacramentos que debía cumplir la Iglesia, La adoración a los santos y a María y  La inexistencia del purgatorio.

En las conferencias que ya hemos podido disfrutar el Jueves y Viernes hemos visto ya algunos de los asuntos antes mencionados y en esta ocasión me corresponde tratar o complementar uno de los asuntos en los que los Reformadores tanto insistieron y a la vez tanta oposición encontraron y es el tema de las buenas obras; hablo de complementar porque si bien el tema en profundidad no ha sido tocado en las conferencias pasadas dicho tema está íntimamente relacionado con la doctrina de la Justificación por la sola Fe tema del cual nuestro hermano Jefferson tuvo la oportunidad de hablarnos; más adelante veremos el hecho del porque la Justificación y las buenas obras están tan íntimamente relacionadas.

A manera de introducción y antes de adentrarnos en el tema central de esta conferencia el cual consiste en mostrar la posición reformada en cuanto al uso o práctica de las buenas obras en la vida del creyente quisiera dar un poco de contexto en cuanto a las circunstancias que predominaban en el siglo XVI en cuanto al entendimiento y la observancia de la Ley de Dios y las buenas obras por parte de la Iglesia Católica las cuales eran enseñadas en toda Europa en aquellos tiempos.

La Iglesia Católica enseña acerca de las buenas obras que, son hechas para agradar a Dios por amor y son la consecuencia de la verdadera fe, de tal modo que el practicar buenas obras  es darle la Gloria a Dios y el dejar de hacerlas en pecar en contra de Él; de tal manera que el no practicar las buenas obras es una muestra de que una persona no ha sido justificada por la fe, de lo cual concluye la Iglesia Católica lo siguiente: “El hombre es salvo por las buenas obras nacidas de la fe, pues solo una fe viva puede dar vida, siendo por esta razón la práctica de la buenas obras un instrumento fundamental para poder lograr la salvación”.

Es por esto que la iglesia Católica defiende la idea de que todo pecador que desee ser salvo y que aún tiene fe debe pedir perdón por sus pecados y hacer un intento por cambiar su estilo de vida, lo cual implica que debe esforzarse por practicar las buenas obras mandadas por Dios. Esto claramente es una posición legalista pues pretende sostener la idea de que para poder ganar la salvación es necesario acomodarse externamente a la ley de Dios, esa básicamente era la posición farisea a la cual el mismo Señor Jesucristo tanto confrontó en su momento, también el apóstol Pablo condenó esta posición al escribir a la Iglesia de Galacia que se cuidara de la falsa enseñanza de los judaizantes quienes querían someter a los creyentes gentiles a las exigencias externas de la ley como para así poder asegurar su justificación delante de Dios para hallarsen a la salvación.

Es en este contexto con respecto a las buenas obras que se tenía en Europa en el siglo XVI que Dios levanta hombres a los cuales les ilumina el entendimiento al mostrarles la revelación de su palabra con el propósito de sacar a su Iglesia de las tinieblas en las que se encontraban, puesto que la enseñanza y doctrina de las buenas obras tal y como la hemos visto anteriormente es totalmente contraria a la enseñanza y doctrina del Evangelio revelado en las Sagradas Escrituras. Es por ello que hombres como Martin Lutero y Juan Calvino entre otros dedicaron gran parte de su enseñanza para combatir y corregir la falsa enseñanza que estaba plagada.

Es así que a continuación procederé a mostrar la posición de Martin Lutero, Juan Calvino y Felipe Melanchthon acerca del uso que según la revelación de las Escrituras se le debe dar a la ley de Dios con relación a las buenas obras.  En primer lugar en el punto en el cual todos estos 3 hombres concuerdan y en el cual divergen de la enseñanza de la Iglesia Católica es que las buenas obras en nada aportan algo que pueda ayudar para que el hombre sea justificado delante de Dios, pues defienden con gran ahínco uno de los pilares del pensamiento reformado que se estaba gestando en ese momento de la historia y es que el hombre es justificado por la Fe sin las obras y esta justificación descansa en la absoluta gracia, voluntad y misericordia de Dios para con el hombre.

Es a partir de esta posición que renace una controversia que desde el tiempo apostólico ya se había manifestado y era el pensamiento antinomianista, el cual insiste y enseña que por el hecho de que Dios no tiene en cuenta en absoluto ninguna obra humana para declararnos justos y solo se basa en la Fe en Jesucristo por tal razón el hombre tenía total libertad para poder vivir de la manera que quisiera pues ya estaba libre de obedecer la ley de Dios pues había sido salvado por Gracia y por ende no debía poner atención para apartarse del pecado y vivir en santidad.

Es allí donde estos 3 hombres también coinciden en su pensamiento el cual contradice la posición antinomiana pues cada uno de ellos siendo iluminados por el Espíritu Santo y comprendiendo el Evangelio de Cristo enseñan y sostienen que si bien el hombre no es justificado por las buenas obras si es justificado para buenas obras y es allí donde como lo dije anteriormente la justificación y las buenas obras están ligadas íntimamente la una con la otra y es que según la posición reformada de acuerdo a la revelación de las Escrituras sostiene que la Justificación da como resultado en la vida del creyente la Santificación, de las cuales se muestra evidencia mediante la práctica de las buenas obras.

Estos hombres también coinciden en cierto modo en el uso que la Ley de Dios tiene para el hombre y la sociedad, principalmente para Melanchthon y Calvino la Ley de Dios tenía un triple uso los cuales eran: En primer lugar el uso civil, es decir, que la ley de Dios tenía el propósito de regir y controlar el orden de una sociedad impartiendo mandamientos que aseguraran el bienestar y la tranquilidad de una población. En segundo lugar el uso evangelizador de la Ley de Dios, el cual se refiere a que la Ley de Dios de ningún modo tiene la capacidad de salvar al hombre sino que por el contrario le hace ver al hombre su condición pecadora e injusta delante de Dios declarando así que bajo esa condición ninguna persona puede ser justificada delante de Dios pero que al mismo tiempo muestra la solución al terrible problema en el que se encuentra el hombre con relación a Dios y es que le muestra a Jesucristo como aquel que si puede salvarle de su esclavitud espiritual y por medio del cual el hombre si puede obtener el perdón de los pecados, ser justificado por Dios y ser librado de la ira y el castigo merecido a causa de su maldad. Por ultimo e tercer uso de la Ley que señalan Melanchthon y Calvino es el uso didáctico de la ley en el cual Lutero no concuerda con ellos, a continuación mostraré en manera más detallada la posición de cada uno de estos hombres con respecto al uso didáctico de la Ley.

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