LOS CIENTO CUARENTA Y CUATRO MIL SELLADOS

LOS CIENTO CUARENTA Y CUATRO MIL

Introducción

Durante décadas se han hechos interrogantes sobre el tema de los 144,000 que expresa Apocalipsis 14: 1 – 5. La humanidad desea tener la repuesta a la pregunta de ¿Quiénes son tal número mencionando en este libro? y si ¿El número que se expresa allí es literal o simbólico?

En este ensayo argumentativo se ha de aclarar las cuestiones antes mencionadas y para ello se toman referencias veraces y congruentes.

Es necesario tomar como bases los versículos de Apocalipsis 14 que se encuentran en las Sagradas Escrituras, los cuales dan la introducción a dicha investigación.

Versículos según la versión Reina Valera 2000:

1. Entonces miré y vi al Cordero de pie sobre el monte de Sión, y con él 144,000 que tenían el nombre del Cordero y el Nombre de su Padre escrito en sus frentes.

2. Y oí una voz del cielo como el estruendo de muchas aguas, como el estampido de un gran trueno. Sin embargo, era el sonido de arpistas que teñían sus arpas.

3. cantaban un canto nuevo ante el trono, ante los cuatro seres vivientes y ante los ancianos. Y ninguno podía aprender ese canto sino los 144,000 que fueron redimidos de entre los de la tierra,

4. Estos son los que no se contaminaron con mujeres, porque son vírgenes. Estos son los que siguen al cordero por doquiera que va. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero.

5. Y en sus bocas no se halló engaño, porque son sin mancha.

Los 144,000

En el versículo 1 se hace mención que el Cordero está de pie sobre el monte Sión, es necesario que se comprenda a que monte hace mención este versículo.

En la historia los Israelitas se refieren con ese nombre al lugar conocido como Jerusalén, lugar donde es construido el primer templo para adoración al Dios del cielo según el libro de los Reyes capítulo 6, el tempo fue construido por el rey Salomón y más tarde reconstruido por el profeta Nehemías, (Nehemías 3). El monte Sión traducido se refiere a la morada de Dios.

Jaques B. (2008) menciona que el pueblo de Dios ha llegado a referirse a la morada de Dios en el cielo, como al monte de Sión que está en la tierra. Han llegado a pensar que el monte Sión celestial será semejante al monte Sión terrenal.

El versículo 1 de Apocalipsis 14 se refiere a la Sión Celestial al igual como se refirieron los hijos de Coré en el Salmos 42:2. El profeta Isaías lo confirma en su libro, allí hace mención a los lados Norte de los cuales hablan los hijos de Coré, (Isaías 13:14) y por supuesto el monte Sión terrenal no tiene nada que ver con la morada de Dios celestial.

Posteriormente el versículo 1 menciona un número de valor 144,000 los cuales tienen el nombre del Cordero y el nombre del Padre escrito en sus frentes.

Es necesario que se aclare si este número es literal o simbólico, si en verdad sólo 144,000 son los que serán salvos como lo mencionan algunos cristianos o si es un número representativo de aquellos que alcanzaran la salvación.

En los tiempos hebreos los números tenían significados de grande estimación, por ejemplo el numero 7 tiene como principal característica la perfección, no es de extrañar notar que desde la creación Dios haya establecido el día séptimo para adoración.

El día séptimo tiene características de bendición, santificación y reposo.

Bullón (1998) reafirma que, el número 7 es símbolo del poder de Dios y de su gobierno, además menciona que tal número aparece en las Sagradas Escrituras 323 veces y que todas ellas se refiere a sus obras de misericordia y juicio sobre la humanidad.

Al igual que este número existen muchos números más con diversos significados, otro ejemplo que se puede dar es el número 6 que es un contraste con el número 7, el número seis es una representación que se le dado al hombre y por lo tanto representa imperfección.

Desde la perspectiva anterior se puede ir tomando una dirección diferente a la de suponer que el número 144,000 es literal, para ello se estudiará un poco sobre las tribus que se mencionan en el capítulo 7, el cual se relaciona directamente con el capítulo 14.

El capítulo 7 inicia diciendo que Juan escucha que el número de los sellados eran 144,000 de la tribu de Israel.

Versículos:

“De la tribu de Judá 12,000 sellados, de la tribu de Rubén 12,000, 12,000 de la tribu de Gad, de la tribu se Aser 12,000 sellados, de la tribu de Neftalí 12,000 sellados, 12,000 de la tribu de Manasés, de la tribu de Simeón 12,000 sellados, de la tribu de Leví 12,000 sellados, de la tribu de Isacar 12,000 sellados, de la tribu de Zabulón 12,000 sellados, de la tribu de José 12,000 sellados, de la tribu de Benjamín 12,000 sellados”.

Los ciento cuarenta y cuatro mil salen del producto de las doce tribus con los doce mil de cada tribu.

(12)(12000)=144000

A simple vista se puede deducir que el número es real y que sólo 12,000 hombres serán salvos de cada tribu. Pero si se afirma que esta cifra es real; ¿Dónde quedan las mujeres? ¿Acaso sólo los hombres varones serán salvos?.

Note que el capítulo 14 se refiere a hombres vírgenes, que no se han contaminado con mujeres, esta declaración excluye a la mujeres, por lo tanto si es literal se puede expresar que los redimidos del tiempo del fin serán todos hombres y que pertenecen a las tribus de Israel, en las cuales los seres humanos que existen hoy no son partícipes.

Por las razones siguientes se aclara que el número de los sellados es un número totalmente simbólico. Posteriormente se analiza el porqué.

Se ha mencionado que el número sale del producto de las 12 tribus y los doce mil sellados de cada una de ellas.

Ríos, R. (2008) hace una comparación de los 12 hijos de Jacob o Israel que representan las doce tribus con las tribus mencionadas en el capítulo 14 de Apocalipsis, también menciona lo siguiente.

Los hijos de Israel son:

Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón, José y Benjamín. Sin embargo es necesario recordar, cuando los israelitas tomaron posesión de la tierra de Canán, Dios escogió a la tribu de Leví para encargarse del sacerdocio en el santuario, así que ésta no tuvo herencia de las tierras que se repartieron.

Sin

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