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La Casa Favorita


Enviado por   •  16 de Junio de 2014  •  2.659 Palabras (11 Páginas)  •  369 Visitas

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“La casa favorita de Dios”

Tommy Tenney

Nombre y Apellido: Micaela Belén Acosta.

Cursada: Martes 20:30 hs.

Profesora: Daiana Algañaraz.

Año: 2014.

Capítulo 1: “La casa favorita de Dios”

Al transcurrir este capítulo observamos como Dios quiere reconstruir el tabernáculo de David. Cuando nos referimos a reconstruirlo no es en un sentido de restauración de una estructura determinada sino el renacimiento de la pasión.

Conocemos 3 tabernáculos, templo o tienda en la cuales habitaba el arca de la presencia de Dios, uno de ellos era el Tabernáculo de Moisés que se caracterizaba por su forma primitiva, por otro lado se encuentra el Templo de Salomón, el cual era determinado por su estructura esplendorosa, y por último la Tienda de David que escasamente puede ser desinado como tabernáculo ya que era una simple carpa, sin embargo más allá de las estructuras primitivas y esplendorosas a la vista a Dios solo le interesa una de ellas, en este caso “la tienda de David”, porque en ella existía algo más allá de lo superficial, existía pasión por una intimidad con Dios.

Cuando David desea traer el arca de pacto a Jerusalén él no se encontraba interesado en la caja de oro con sus querubines a los costados, sino en la llama azul que se encontraba en el asiento de misericordia, él estaba interesado en la Loria manifiesta shekira que moraba allí.

El arca, su asiento de misericordia y la llama azul de la presencia manifiesta de Dios se ubicaban detrás de un velo de modo que todos aquellos que se encontraban adorando no podían ver lo que se encontraba detrás, pero David conocía el corazón del Padre y era tan radical y apasionado que quito este velo para dar un nuevo significado a la adoración, ya no solo los sacerdotes podían entrar a ver detrás del velo, sino que ahora con la ruptura del velo todos tienen el privilegio de estar ante la presencia de Dios.

Es de esta manera que Dios eligió la tienda de David, porque desde ese entonces ya no había limitaciones que los separara de sus hijos, todos podían gozar de una libre intimidad con el Padre.

Capítulo 2: “Falsas metas y cerraduras perfumadas”

Vemos como Dios se encuentra detrás de nuestra puerta golpeando insistentemente, deseoso por sentarse con sus hijos, ansioso de que hablemos con él y le contemos como a un Padre lo que ocurrió en nuestro día, como nos sentimos, etc.

De esta manera un día los golpes de la puerta cesan y Dios deja de golpear y es allí donde reaccionamos y nos preocupamos, pero detrás de la puerta donde el Padre se encontraba, ahora solo queda el perfume de su presencia de que estuvo allí.

Como hijos debemos aprender a escuchar al Padre cuando se encuentra detrás de la puerta e invitarlo a pasar de manera inmediata, debemos salir de esa comodidad que nos impide gozar de una plena intimidad con él.

Por ultimo necesitamos desarrollar ese hambre, esa pasión por más de su presencia, no conformarnos porque aun ahí más, él se manifiesta a los hambrientos y sedientos pero a los que se encuentran saciados de ellos se oculta, por lo tanto manifestemos a Dios nuestra necesidad, nuestro clamor por más de él.

Capítulo 3: “Abriendo el cielo y cerrando las puertas del infierno”

El abrir las puertas del cielo no es sencillo, requiere esfuerzo y sudor constantemente en nuestra adoración.

Muchas veces queremos amoldar a Dios a nuestros propósitos y realizar las tareas a nuestra manera y nos olvidamos que somos nosotros quienes debemos amoldarnos al propósito de Dios, obedeciendo sus instrucciones específicas.

Es que como humanos siempre queremos buscar la manera sencilla y menos costosa de llevar a cabo una tarea, para que nos fatiguemos menos, pero no es así como Dios que sea, él quiere que nuestra vida sea un sacrificio en adoración, que trabajemos duro, que ensuciemos nuestras manos, que manchemos nuestras vestiduras y sudemos nuestra ropa para traer su presencia.

Dios nos dice que para que las puertas del cielo se abran existen aspectos claves.

Uno de ellos es el diezmo, darle nuestros primero frutos de nuestros trabajos; la persecución; la persistencia que es el estar firme insistentes y no bajar los brazos ni darse por vencido porque sabemos que algo grande va a suceder; la unidad, cuando os o tres están conreados en su nombre el habita en medio de nosotros y por último la adoración, debemos convertir nuestras vidas en adoradores persistentes, dadivosos y unificados que estén dispuestos a ensuciarse y no ser solo espectadores sino empezar a ser protagonistas de los que Dios ya está haciendo.

Capítulo 4: “Construyendo un asiento de misericordia”

Vemos como la iglesia de hoy en día perdió el interés por crear un asiento de misericordia para Dios, un lugar para que la gloria de Dios se deposite allí, y sobre todo nos olvidamos que para crear ese asiento de misericordia se requiere algo muy importante y elemental que es el hecho de pagar el precio de construirlo, es decir tomar nuestra posiciones de adoradores purificado, sean quebrantados y se mantengan en constante unidad.

“El quebrantamiento en la tierra crea apertura en los cielos”

Para llevar a cabo todo este proceso debemos ser moldeados, muchos creemos que el ser moldeados es fácil, o que solo le podemos entregar una parte a Dios para que moldee y del resto nos encargamos nosotros, pero para traer el asiento de misericordia a nuestras iglesias y ser verdaderos adoradores debemos entregarle todo hasta el más mínimo detalle para que seamos moldeados.

Para

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