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La Sexualidad Impura Del Amor Y Otros Demonios


Enviado por   •  30 de Abril de 2014  •  1.628 Palabras (7 Páginas)  •  768 Visitas

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La sexualidad es tu tema que todos en la sociedad creemos conocer. Sobre la sexualidad hacemos críticas, nos burlamos del tema, debatimos ideas, incluso damos sugerencias de cómo mejorarla. Sin embargo… ¿Conocemos el verdadero significado de la sexualidad? La sexualidad hoy día es definida como un conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo. De igual manera lo describen como el apetito sexual y la propensión al placer carnal. Aunque no sea una definición muy convincente comparándola con la que la sociedad ha ido creando, no siempre la sexualidad ha sido vista de ese modo. La sexualidad abarca a la persona a su totalidad, abarca su alma, su corazón y su cuerpo. Es aquí cuando la presencia de Dios a través de las iglesias se hace notable y deja como mensaje que cuando la sexualidad únicamente se centra en la genitalidad y en el placer que ésta produce, reduce la dignidad de una persona. Así, se separa de todo el contexto maravilloso, único y digno que Dios nos dio.

Hay dos actitudes erróneas hacia el sexo y ambas son bastante comunes. Una es la del moderno hedonista. Una persona hedonista es aquella cuya máxima aspiración es la vida del placer. Esta persona ve la capacidad sexual como una posesión personal, de la que se está libre y no hay que rendirle cuentas nadie. Para él o ella, el propósito de sus órganos genitales es su personal satisfacción, su gratificación física, su mayor orgullo, pero nada más que eso. Esta actitud es la del soltero o soltera de fácil que tienen muchos amoríos, pero jamás logran alcanzar el amor. Es también una actitud que se encuentra con facilidad entre las parejas separadas o divorciadas. Muchas de estas parejas siempre están en la contante búsqueda de nuevos mundos de placer que conquistar, todo esto, con el propósito de ver el sexo como una nueva y mejor aspiración en sus vidas.

La otra actitud errónea y para mí la más equívoca de las dos, es la del pacato. Una persona pacata(o) es aquella que piensa que todo lo sexual es bajo y feo. Ve el sexo como un mal necesario con el que la raza humana está manchada. Admito que me enoja mucho esta conducta y realmente la considero mediocre y desestimable. ¿Es que acaso estas personas no se han dado cuenta de que somos fruto del sexo? La verdad es que dudo muchísimo que crean aun en la famosa labor de la cigüeña. Incluso es importante recalcar que la postura de estas personas no es la acertada. El sexo no es malo, según la iglesia lo ha hecho Dios solo hay que usarlo según la ley de él. Solo que resulta un tanto complicado cumplir con el tan “simple” sexto mandamiento, que nos pide que seamos puros y castos tanto en palabras como en obras y pensamientos y tratemos con respeto todo lo relacionado con la sexualidad.

La sexualidad no es algo puramente biológico, más que eso es algo que atrapa a la vez al núcleo íntimo de la persona. Por tanto, hay que verla de forma natural y transparente, sin olvidar el hecho de que todas las cosas que son buenas pueden pervertirse cuando hacemos un uso desordenado de ellas. Sin embargo son más las cosas que nos hacen fallar a la voluntad de Dios que las que podemos hacer sin ser señalados por los demás. En el no siempre bien entendido sexto mandamiento se nos habla de muchos términos que de llevarlos a cabo nos harían pecar y perder el rumbo del camino de la felicidad al lado de Dios. Entre ellos quiero destacar el homosexualismo, la lujuria y la pedofilia.

La homosexualidad son los actos sexuales entre dos personas del mismo sexo. Son las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual o amorosa hacia las personas del mismo sexo. La homosexualidad puede ser ocasional, cuando una persona, sin perder la atracción hacia el sexo opuesto, tiene relaciones sexuales con una persona de su propio sexo. Sorprendentemente ha llegado a ser definida la homosexualidad como una enfermedad física, causada por falta o exceso de hormonas que puede llegar a ser curada con tratamientos médicos. Puede ser, también, una enfermedad psicológica causada por falta de cariño, exceso de severidad o permisividad, malos ejemplos, desarrollo de malas costumbres y hábitos, alguna experiencia de abuso sexual durante la niñez o fracasos afectivos durante la adolescencia. En estos casos, el enfermo debe recibir toda la ayuda espiritual y psicológica que necesite.

En el pasado, los estudios sobre personas gay, lesbianas y bisexuales incluían sólo aquellos bajo terapia, creando así una tendencia en las conclusiones resultantes. Cuando los investigadores examinaron los datos sobre dichas personas que no estaban bajo terapia, se descubrió rápidamente que la

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