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La Vocación - Jovenes.


Enviado por   •  17 de Julio de 2016  •  Síntesis  •  1.721 Palabras (7 Páginas)  •  87 Visitas

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SECRETARIA LATINO AMERICANA DE JÓVENES – CONCCLAT
FORMACION 3 – VOCACCIÓN

La Nueva Generación y la vocación:
¿Por qué es importante decidir bien?

Ésta es una pregunta que todos en algún momento de nuestra juventud debiéramos tener asumida, sobre todo en relación a nuestro caminar y vida de fe. Lo cierto es que esta interrogante, que abre nuestro dialogo formativo, es algo que, desafortunadamente, no nos preguntamos de manera clara y profunda.
No se trata simplemente de saber de qué vas a vivir, en qué vas a trabajar, o que carreras o especialidades cumplen mejor con tus expectativas. Desde nuestra perspectiva cristiana, nuestra vocación va de la mano con nuestro llamado, el cual Dios pensó para que puedas afectar en tu realidad y en la vida de los demás, como una respuesta de sentido que les permita abrazar la felicidad.
Es por esta razón que por medio de estas líneas quiero hacer llegar a ustedes esta propuesta, con algunos aspectos que me parecen vitales para encontrar la respuesta a esta gran inquietud que marca nuestra experiencia como Nueva Generación, no sólo en nuestra persona, sino también como miembros de la Renovación Católica Carismática de América Latina.

Sin propósito no hay vocación

Cuando hablamos o pensamos en vocación es imposible no hablar de propósito, ya que sin él no podemos descubrir cuál es nuestro verdadero sentido y llamado en la vida. Esto nos impide poder decidir correctamente.
Propósito es:
La revelación del plan de Dios, como expectativa del Padre, en aquello para lo que hemos sido diseñados de manera única desde y para la eternidad.

¡Así es! Para poder descubrir nuestra verdadera vocación y tomar una decisión acertada, nuestro discernimiento tiene que estar sustentado y cimentado primeramente en la búsqueda de propósito. Dios ha pensando en nosotros desde la eternidad con un llamado único, genuino y personal. Hemos sido creados con esta asignación divina, la que en ningún caso es una idea de predestinación como podría ser presentada por alguna corriente no cristiana, sino más bien es la expectativa de un Padre amoroso, que ha pensando en nosotros desde la concepción (Cf. Jer 1,5).

Cada uno de nosotros ha sido concebido con este deseo. Dios al igual que nosotros, tiene expectativas respecto a su creación, y ha puesto en nosotros cualidades y capacidades que responden a ese anhelo, el que en definitiva es nuestro verdadero llamado vocacional. Un buen ejemplo de esto es la historia de Sansón, la que encontramos en el Libro de Jueces en las Sagrada Escrituras. Sansón fue escogido por Yavhe desde el vientre materno. Él le asignó atributos especiales que iban de la mano y que le permitían llevar a cabo el plan de Dios para su vida y la de Israel.
Es fundamental asumir, desde nuestra propia experiencia, que somos creados por Dios para desarrollar una tarea que nadie más puede realizar por nosotros, y que en su plan tenemos un papel principal. Por esto es necesario que podamos cuestionarnos de manera responsable: ¿por qué es importante decidir bien?

Finalmente, quisiera reparar en algo que es fundamental que tengamos en consideración, y es el hecho de que no basta simplemente con obtener la bendición de Dios en nuestra vida —lo que se traduce en las capacidades que Él ha puesto en nosotros para alcanzar esta expectativa y su anhelo porque lleguemos a ese lugar—, sino también debemos contar con el carácter de hijos de Dios, el que nos hará cumplir este propósito. Dios, en ningún caso, hará por ti lo que te toca realizar por tu propia cuenta.

Sabemos que la vida de Sansón no fue fácil y responder a su llamado no fue para nada sencillo. Esto se debió principalmente a sus opciones y decisiones, las que muchas veces fueron tomadas con falta de carácter. Como consecuencia, a momentos se distanció de la voluntad de Dios.
Dios pone en nosotros lo que necesitamos para descubrir y responder a esa expectativa que es nuestra verdadera vocación, pero depende de nosotros poder ocuparnos de aquello.

Respondiendo a nuestra Vocación desde nuestra Identidad
Para seguir buscando un camino de respuesta a nuestra interrogante, es necesario que podamos ir al origen de nuestra personalidad. Y ese origen es nuestra identidad. ¡Que duda cabe que es en ella donde encontramos muchas de las pistas que van ir dando sentido a nuestra inquietud! Con ella sabemos de qué estamos hechos y para qué estamos hechos.
Todo lo que nos rodea nos habla de nuestra identidad: el lugar donde vivimos, las costumbres que hemos recibido y heredado, el lugar donde nos desarrollamos...

Lo más importante en este punto es que podamos descubrirnos a nosotros mismos entendiendo nuestro contexto histórico desde la perspectiva de Dios, ya que muchas veces nuestra personalidad, responde a ideas, modas y estilos, que no corresponden a nuestra verdadera identidad, las que hemos ido adquiriendo de manera artificial sin darnos cuenta.
Debemos saber que para responder a nuestro llamado y decidir bien, debemos dar una respuesta a nuestra propia identidad, que es la que Dios ha puesto en nosotros. ¡Ninguna otra! Ya que muchas veces decidimos pensando en estereotipos o en el qué dirán. Esto me hace pensar en la película: “Inception” (“El Origen”), protagonizada por Leonardo Di Caprio. En ella, un grupo de científicos del subconsciente buscaban, por medio de los sueños, implantar una idea en la mente de un joven empresario. Muchas veces es así en nuestra vida. Otros, por medio de sus pensamientos, comentarios y opiniones, son capaces de implantar en nosotros ideas de lo que quieren que seamos y no de aquello que Dios quiere para nuestra vida.
Para responder entonces a nuestra vocación-llamado y para decidir bien, necesitamos descubrirnos a nosotros mismos por medio de la imagen que tiene nuestro Creador de nosotros. No a través de la que los demás quieren que tengamos.
Por eso, es imperativo preguntarse en este día: ¿Cómo he sido creado por Dios? ¿Qué es aquello único que Dios ha puesto en mí? ¿Cuál es mi verdadero llamado desde mi verdadera identidad?.
Son preguntas que parecen fáciles de contestar a primera vista, pero la manera más efectiva de responderlas correctamente es a la luz de nuestra experiencia personal con Dios. Es nuestra relación con Él la que define con mayor claridad estas respuestas desde su óptica. Por medio de nuestra propia experiencia con Él es que nos conocemos a nosotros mismos y descubrimos tal y cómo hemos sido pensados por Dios.

Vocación, camino de felicidad.
Si existe alguna respuesta clave a nuestra pregunta: ¿Por que es importante decidir bien? es esta: "Porque nuestra vocación nos lleva a la felicidad".
Cuando encontramos nuestro propósito en la vida no sólo damos respuesta a nuestra inquietud vocacional, sino también respondemos de manera clara y concreta a nuestra búsqueda constante de felicidad. Cuando descubrimos de qué somos hechos, para qué somos y porqué fuimos creados, se nos abren las puertas de la realización. No hablo únicamente de la autorrealización como satisfacción propia, sino también de lo más importante: la realización de los otros, que es el verdadero sentido del Evangelio: Jesús ha venido para darnos vida y vida en abundancia (Cf. Jn 10,10). No para Él, sino desde Él para nosotros. Nos ha enseñado que amor y realización no son simplemente un acto egoísta que nos permite sentirnos satisfechos por nuestros logros. Es un acto que va más allá y que se concreta cuando alcanzamos al prójimo con nuestra vida. Ésa es la verdadera felicidad, cuando encontramos a Jesucristo por medio de nuestro llamado-vocación y por medio de Él, vamos entregando vida donde había muerte, esperanza donde había angustia, perdón donde había rencor y sentido donde había incomprensión.

Nuestra respuesta no sólo define nuestra propia felicidad, sino que viene a completar el círculo que Dios ha pensando cerrar en nuestro entorno y que permite que otros le puedan alcanzar.

Hace unos días escuchamos el Evangelio de San Juan, donde se nos relata la historia de aquella mañana cuando Pedro se encuentra con Jesús a la orilla del lago Tiberíades. En ese pasaje podemos encontrar muchas enseñanzas. Mas, en esta ocasión, quisiera quedarme con la actitud de Pedro. Después de pasar largo tiempo con Jesús y avanzar en dirección a su llamado vocacional, vuelve una vez más a la orilla a pescar. No tengo certeza de lo que este viejo pescador pudo sentir esa mañana, pero hay algo que puedo inferir de este contexto y es que aquella mañana pudo haber sido de las más tristes para él en toda su vida. ¿Por que? Porque después de haber encontrado aquello que le hacía más feliz, anunciar esta nueva experiencia de Jesucristo desde su propia vida, esa mañana había vuelto a pescar en el mar (Cf. Jn 21, 1 -14).

Su propósito lo había encontrado de rodillas frente al Maestro (Cf. Lc 5, 8-10): ser un pescador de hombres, un evangelizador de un nuevo mar. Pero con la muerte de Jesús también había muerto su vocación y, con ella, su camino de felicidad. Es por eso que cuando escucha de la boca del más amado que es Jesús el que estaba en la orilla se abalanza hacia el mar sintiéndose desnudo, pero recobrando su esperanza y felicidad. Y es así, a solas con Él, que entiende cuál es su llamado definitivo y comprende el camino de felicidad que alcanzará, por medio de los otros, para finalmente morir por su causa.

Este relato nos da una perspectiva humana de este llamado desde la visión de Pedro. Por esta razón, lo pongo sobre tu pantalla, ya que nos hace entender que la vocación no se construye de manera singular. Sino que se edifica como camino de felicidad en la medida de que podamos afectar a otros por medio de esta decisión que estamos tomando. Debemos aprender que nuestro llamado no solamente nos afecta de manera personal, sino que por medio de el contribuimos con el Plan de Dios y somos partícipes de su plan de Salvación. Es allí donde finalmente encontramos nuestra felicidad.

Finalmente, quisiera animarte en esta búsqueda y pedirle a Dios que en esta hora pueda bendecir tu corazón. Y que, por medio del Espíritu Santo, puedas recibir luz para descubrir tu propósito y, por medio de él, tu vocación desde tu propia identidad. Para que así puedas ser feliz y hacer feliz a los que están alrededor tuyo.

Francisco Avello
Predicador Internacional

Mail: contacto@franciscoavello.com
Twitter: @franciscoavello

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