La persona humana

LA PERSONA HUMANA

“Por eso ante todo, damos gracias a Dios y lo alabamos por todo lo que nos ha sido regalado. Acogemos la realidad entera del continente como don: la belleza y fecundidad de sus tierras, la riqueza de humanidad que se expresa en las personas, familias, pueblos y culturas del continente", palabras emitidas en la V Conferencia Episcopal de Latinoamérica y del Caribe, Aparecida. La persona humana es un ser de estructura compleja, en donde se tiene que analizar con detenimiento, cada uno de sus  elementos para comprender la trascendencia de su existencia y de su fin. Buenos días estimada hermana Sor lita, querida Maestra Jennifer y compañeras todas, nuestro grupo, conformado por Damaris Cruzado, Rosa García y Melina Zuñiga, les daremos a conocer la importancia de la persona humana.

La persona humana, es aquella en su misma esencia, perteneciente a la naturaleza, además es un ser racional, consciente de sí mismo, con identidad propia, integrado por aspectos físicos y psíquicos. Además tiene voluntad, sensibilidad e inteligencia. La persona humana, además, es una imagen viviente al mismo tiempo es sagrada, desde su concepción hasta la muerte natural; en todos sus circunstancias y condiciones de su vida. Está formado por 8 dimensiones, una de ellas es la dimensión espiritual, esta consiste en la conciencia de una parte de nosotras que no se manifiesta materialmente y que está ligada a algo superior a todos los seres vivos, está dimensión le da al ser humano una dignidad, que no poseen los demás seres de la Tierra.

"Bendecimos a Dios por la dignidad de la persona humana, creada a su imagen y semejanza. Nos ha creado libres y nos ha hecho sujetos de derechos y deberes en la creación (V Conferencia Episcopal de Latinoamérica y del Caribe, Aparecida, inciso 104), como indica este inciso tenemos dignidad, la cual nos la da Dios. La dignidad humana significa que un individuo siente respeto por sí mismo y se valora, al mismo tiempo que es respetado y valorado. Implica la necesidad de que todos los seres humanos sean tratados con igualdad  y que puedan gozar de los derechos fundamentales (principio ético  de igualdad).

Es importante destacar la dignidad humana, “porque el ser persona implica, entre otros atributos, la capacidad de poder relacionarse e interactuar con los demás individuos”.  Ello en virtud de que la sociedad ha sido creada por el mismo hombre, quien a su vez ha contribuido a organizarla conforme a sus intereses, es decir, procurando alcanzar su felicidad. En esa búsqueda de felicidad, el ser humano ha diseñado mecanismos de defensa que le permiten salvaguardar su dignidad.

Según la doctrina católica la dignidad humana tiene un triple fundamento: Por ser imagen de Dios, en cuanto al espíritu o alma, porque Dios creó al hombre dándole un cuerpo o  materia y un alma o espíritu racional y porque a través del bautismo, el Cristiano adquiere una extraordinaria dignidad, ya que se convierte en Hijo de Dios,  por la gracia santificante. Además la dignidad del ser humano queda realzada, por el hecho de que Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, se ha hecho verdadero hombre semejante a todos nosotros, excepto por el pecado.

Sabemos muy bien que la dignidad humana también nos lleva a consecuencias: cada persona deben ser consciente de su propia dignidad y vivir de acuerdo con ella,  una conducta inmoral, que hace referencia a conductas, valores y comportamientos que no son aceptados por la sociedad, en la que te encuentras, hace que el ser humano pierda parte de su dignidad, debemos reconocer la dignidad de toda persona humana y evitar todo lo que atente contra la dignidad del ser humano, debemos defenderla mediante leyes justas, que protejan la dignidad de todo ser humano en cualquier circunstancia, especialmente de los más débiles e indefensos, así formaremos una sociedad justa, estamos de acuerdo que las personas, con su dignidad, deben ser el centro de la vida social, económica y política  en una nación, los partidos políticos, las instituciones  sociales, los sistemas de gobierno, la economía, etc, deben estar orientados al servicio de la persona humana. Entre todos debe existir la igualdad radical, por el hecho de ser personas, que han sido creadas por Dios, teniendo un alma espiritual e inmortal.

"...Ante esta realidad anunciamos una vez más el valor supremo de cada hombre y de cada mujer. El Creador, en efecto, al poner todo lo creado al servicio del ser humano, manifiesta la dignidad de la persona humana e invita a respetarla", V conferencia Episcopal de latinoamérica y el Caribe,  aparecida,  inciso 387 (cf. Gn 1, 26-30). En el catecismo, numeral 2270, nos dice que: "la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción, desde el primer momento de su existencia, deben de ser reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida".

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