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La presencia de los judíos en la Europa medieval


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2021  •  Apuntes  •  5.819 Palabras (24 Páginas)  •  114 Visitas

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Tema 25

La presencia de los judíos en la Europa medieval

El mundo medieval era diverso en términos lingüísticos y fragmentado en diversas entidades políticas (reinos). Esta segunda fue compensada desde el siglo XI por una creciente integración eclesiástica (de la que hemos tratado) y económica (de la que trataremos). Dicha creciente integración eclesiástica, sostenida por esa macro-institución que era la Iglesia papal fue contemporánea a esa creciente aspiración de muchos cristianos a seguir la verdadera vida apostólica. Ambos procesos ayudaron a configurar lo que podemos llamar un cuerpo cristiano. Este cuerpo, que se definía como verdadero, bueno y puro, por otra parte, se identificó en términos espirituales al propio cuerpo de Cristo.

El cuerpo cristiano, por otra parte, convivía con otros cuerpos que no eran cristianos, tenían vecinos (gentes que vivían cerca, con las se encontraban cada día en la plaza y en los propios hogares), que creían en un Dios diferente y que practicaban una religión diferente. En Sicilia las poblaciones musulmanas sobrevivieron a la conquista de la isla por parte de los normandos a finales del siglo XI. Estas poblaciones no serían expulsadas hasta mediados del siglo XIII, una vez pasada la isla al dominio de los emperadores del Sacro Imperio (Federico II). En la Península Ibérica las conquistas cristianas de los siglos XII y XIII incorporaron a todos los reinos cristianos importantes poblaciones de moros (mudéjares), las cuales permanecerían en las tierras que consideraban suyas hasta el siglo XVII (moriscos).

1. Vivir entre cristianos

Ahora bien, cuando hablamos de alteridad religiosa en el mundo medieval, hablamos sobre todo de los judíos. Para la gran mayoría de los cristianos de Occidente los judíos eran los únicos representantes de una fe diferente a la cristiana que llegaron a conocer. Su presencia en Occidente nos consta desde antiguo, pero en poblaciones muy reducidas demográficamente. Los soberanos carolingios, en el siglo IX, habían otorgado su protección a los comerciantes judíos del imperio y les habían eximido del pago de aduanas.

Se multiplicaron en Occidente a partir del siglo XI. Primero en las regiones meridionales: desde Toledo hasta Palermo (Sicilia). Eran inmigrados procedentes del mundo islámico. Especialmente alto en la Península Ibérica. A partir del siglo XIII se multiplicaron las poblaciones instaladas en las regiones septentrionales: Procedentes del sur, los judíos se desplazaron hacia el norte de Francia, a Inglaterra y a Alemania. A partir del siglo XIII se constata un lento avance desde el norte hacia el este, hacia los márgenes de la cristiandad, especialmente hacia los reinos de Polonia y Hungría.

La diáspora

El término diáspora designa (hasta hoy) al conjunto de los judíos que viven fuera de la Tierra Prometida (Eretz Israel), entre gentiles (goyim). El término diáspora implica que los judíos viven con gentes que no son judías (dominantes) y que los judíos constituyen una minoría (dominada). Hasta el siglo XII la mayoría vivian en el mundo islámico. En el siglo XIV la mayoría se había instalado en el mundo cristiano.

Los Viajes de Benjamín de Tudela, redactados en el siglo XII, nos proporcionan una temprana geografía de estas poblaciones. La ciudad de Barcelona se describe de la siguiente manera: Allí se encuentra una comunidad de judíos, varones sabios y entendidos … Es una ciudad pequeña y hermosa, situada a la orilla del mar. A ella acuden con mercancías comerciantes de todas partes: de Grecia, Pisa, Génova, Sicilia, Alejandría de Egipto, Tierra Santa, África y de todos sus aledaños. De la ciudad de Génova, en el noroeste de Italia, nos escribe que hay en ella judíos y que la ciudad está circundada por una muralla. No tienen rey que los domine, sino cónsules que nombran por propio arbitrio. Cada ciudadano posee una torre en su casa y cuando tienen rencillas, se hacen la guerra unos a otros desde las galerías de las torres. Poseen el dominio del mar; construyen embarcaciones llamadas “galeras”, y van a piratear y a devastar continuamente a cristianos y mahometanos y al país de Grecia que se extiende hasta Sicilia, y traen de todas partes botín y presa a Génova. Están en guerra con los pisanos. Acerca de la ciudad de Amalfi, al sur de Nápoles, Benjamín de Tudela escribe: en ella hay unos veinte judíos … Las gentes cristianas de esta tierra son negociantes que viajan con mercancías; no son agricultores, sino que todo lo compran con dinero, porque habitan las altas montañas y las cumbres de los peñones; sin embargo, poseen frutas en abundancia, viñedos y olivares, huertos y jardines. Nadie puede guerrear con ellos.

Entre el conjunto de judíos de Occidente destacaron dos grandes grupos: los judíos sefardíes, por una parte, y los judíos asquenazíes, por otro. Los judíos asquenazíes eran los judíos del norte de Europa: los que se habían instalado en ciudades francesas (París, Rouen, Estrasburgo) y alemanas (Colonia, Maguncia, Tréveris, Frankfurt, Espira, Worms, Viena). Benjamín de Tudela nos relata que todas las comunidades de Alemania se asientan sobre el gran río Rynus. Desde la ciudad de Colonia, que es la capital del reino, hasta la ciudad de Ratisbona, el extremo de Alemania, hay un trayecto de quince días: se llama Ashkenaz. Éstas son las ciudades del país de Alemania que tienen comunidades israelitas: Metz, Tréveris, a la orilla del río Mosela, Coblenza, Andernach, Bonn, Colonia, Bingen, Münster, Worms … En esas ciudades hay eruditos y comunidades, aman a sus hermanos y están en paz con sus prójimos y lejanos. En el siglo XII ya hallamos judíos instalados aún más al este: De allí en adelante está el país de Bohemia, llamado Praga, inicio del país de Esclavonia. Los judíos que allí moran le llaman Canaán, porque los paisanos venden sus hijos e hijas a todas las gentes: son las gentes de Rusia. Es un gran reino, desde la puerta de Praga hasta la puerta de Kiev, la gran ciudad, que está al final del reino. Es país de montes y bosques y allí se encuentran los animales del armiño y la marta cebellina. Nadie sale de las puertas de su casa en los días del invierno debido al frío, y allí hay hombres a quienes se les cae la punta de la nariz por el intenso frío.  

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