MI EXPERIENCIA PASTORAL Y LA DIMENSION CELEBRATIVA

MI EXPERIENCIA PASTORAL Y LA DIMENSION CELEBRATIVA

Durante muchos años, me he desenvuelto en una experiencia pastoral muy grande, en diferentes movimientos al servicio de la Iglesia. Como ser: pastoral del Buen samaritano, que es una pastoral al cuidado de las personas viviendo con VIH SIDA. Con la pastoral penitenciaria al servicio de los privados de libertad. Con la pastoral de la comunicación. Con las obras misionales pontificias. Fui enviado como delegado de la palabra de Dios desde el año 2000 y más tarde decidí hacer proceso de vida religiosa. En todo ese camino me ha ayudado la experiencia en sus tres dimensiones, celebrativa, diaconal y koinonia, sin embargo, cada vez que me involucro más en la iglesia y participo de una forma más consiente, veo la necesidad que una pastoral desde la dimensión celebrativa, mas estructurada, porque veo que hay muchos desvíos en la participación de la celebración y, por tanto, esto despierta en mí, el deseo profundo por una pastoral litúrgica mejor formada.

Mi experiencia pastoral, durante estos últimos años, ha sido con la pastoral litúrgica y de acólitos de la parroquia, pero más en lleno con los lectores y salmistas. Sin embargo, empecé a acompañar el grupo de liturgia, en la preparación para participar en la misa dominical, practicando salmos, las lecturas, corrigiendo errores, orientado sobre una verdadera participación dentro de la celebración, motivando para que surjan nuevos lectores. Pero me encontré con una situación, enfocada en lo que el papa francisco insiste que es el mal de toda comunidad, el dichoso lema: siempre se ha hecho así. Ante tal situación, me tomé el atrevimiento de investigar porque siempre se ha hecho así y me encontré que el párroco atemoriza a los laicos comprometidos y en algún momento llega a decirles incluso que no sirven. Entonces frente a esta realidad, para poder ayudar a que los laicos que participan y animan la celebración no se sientan que no sirven, he impulsado un taller para lectores dentro de la misa, además de lectores en general.

En ese taller me propongo formar adecuadamente a los laicos de cara al servicio que prestan y además contribuir para que ellos sean formadores de otros laicos. El taller es resultado de la clase de teología pastoral, ya que estos conocimientos adquiridos no se pueden quedar en el vació. Por eso es necesario que cada uno con el don que ha recibido se ponga al servicio de los demás.  Para el taller, ya se hizo la motivación en las misas y además también se hace promoción en los grupos y movimientos y se nota en los laicos un anhelo por formarse y servir mejor.

El taller para comenzar tiene 15 temas, que están orientados en las cuatro dimensiones que debe tener la formación litúrgica del laico, a saber: espiritual, Bíblica, Litúrgica, y técnica, que participa dentro de la celebración con algún oficio especifico.

El propósito del taller es el siguiente:

 "¡Algo ha pasado en nuestra parroquia!  Espero con interés escuchar las lecturas que se proclaman con tanta convicción por la gente que vive lo que están diciendo.  Los lectores me hacen desear escuchar la Palabra y me encuentro, a mí mismo, guardándola en mi corazón y reflexionando sobre ella toda la semana. "

Mi esperanza, en la presentación de este Manual para Lectores de la Parroquia San Agustín, es que se hagan comentarios similares por la gente de la parroquia, después de que los Lectores o proclamadores hayan utilizado el contenido de este manual para avivar en cada fiel que participa de la celebración Eucarística la maravilla de la Palabra y en el lector la mejor manera para proclamarla.

Como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica en el párrafo 1154, "Cuando el Espíritu Santo despierta la fe, no sólo da una comprensión de la Palabra de Dios, sino que a través de los sacramentos también hace presente las" maravillas "de Dios que proclama".

Agradezco a Dios que me permite poder trabajar con los laicos de nuestra parroquia, esperando que con este material tengan una norma y guía para su ministerio.

Que la Palabra se encarne en las mentes y los corazones de todos los que escuchan la Palabra proclamada en toda la Parroquia San Agustín y donde este material sea utilizado.  

Lectura de la carta a los hebreos (4:12-13)

Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas.

La formación tiene como lema: “LA PALABRA ES JESUCRISTO”. Y como tema principal: “UNA PALABRA VIVA EN UNA LITURGIA VIVA”.

La introducción de nuestro curso reza de la siguiente manera:

INTRODUCCION

Dice la Ordenación General del Misal Romano (OGMR edición 1975) en el número 66:

• "El lector es instituido para proclamar las Lecturas de la Sagrada escritura, excepto del Evangelio. Puede también proponer las intenciones de la oración universal, y, no habiendo salmista, proclamar el salmo responsorial.
• "El lector tiene un ministerio propio en la celebración eucarística, ministerio que debe ejercer él, aunque haya otro ministro de grado superior.
• "Para que los fieles lleguen a adquirir una estima suave y viva de la Sagrada Escritura por la audición de las lecturas divinas, es necesario que los lectores que ejercen tal ministerio, aunque nos haya sido instituidos en él, serán de veras aptos y diligentemente preparados".
• Y dice la Ordenación General de las Lecturas de la Misa (OLM) en el número 51:
• "Al ministerio de lector conferido con el rito litúrgico hay que darle la debida importancia. Los lectores instituidos, si los hay, deben ejercer su función propia, por lo menos los domingos y días festivos, sobre todo en la celebración principal. También se les podrá confiar el encargo de ayudar en la organización de la Liturgia de la Palabra y de cuidar, si es necesario, la preparación de otros fieles que, por encargo temporal, han de leer las Lecturas en la celebración de la Misa".

Y prosigue en el número 52: "La asamblea litúrgica necesita de lectores, aunque no estén instituidos para esa función. Hay que procurar, por tanto, que haya algunos laicos, los más idóneos, que estén preparados para ejercer este ministerio. Si se dispone de varios lectores y hay que leer varias lecturas, conviene distribuirlas entre ellos".

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