MI EXPERIENCIA EN EL SAI

MI EXPERIENCIA EN EL SAI

En la universidad autónoma metropolitana (UAM) unidad Azcapotzalco se imparte un sistema peculiar para el aprendizaje de las ciencias básicas e ingeniería como son; matemáticas, física y química. Este sistema se llama sistema de aprendizaje individualizado SAI, en el cual cada alumno aprende a su ritmo, esto quiere decir que cada alumno explota todas sus capacidades intelectuales para aprender y comprender la naturaleza que nos rodea y así alcanzar el principal objetivo en las carreras de ingeniería; obtener la herramientas básicas para solucionar problemas que afecten a la sociedad actual.

Como estudiante de ingeniería curse varias materias en el sistema tradicional el cual consta de sentarse por más de una hora junto a varios compañeros mientras un profesor expone algún tema en particular de forma casi rutinaria con una que otra participación de los compañeros hacia el profesor. Este sistema lo repetí desde que curse la educación primaria hasta la preparatoria y ahora también en la universidad, pero estaba seguro que algo tendría que ser distinto en la universidad, algo más que solo repetir lo que en toda mi vida había venido haciendo, era como recorrer un interminable camino de una serpiente que muerde su cola, si estaba en una universidad autónoma tenía que explorar eso dentro de mi aprendizaje, mi autonomía, pero los cursos tradicionales no me alentaban a realizarlo necesitaba algo más, algo que me hiciera sentirme realmente universitario, sentirme parte le UAM, necesitaba algo  más que solo mi credencial. Hasta que un día vi una pancarta con el eslogan “SAI… aprende a tu ritmo…E204” lo cual me llamo mucho la atención y acudí rápidamente al edificio E en el segundo piso y busque el salón 204. Antes de entrar pensé que era un salón común y corriente donde se hacían trámites para inscribir los cursos de SAI y tomarlos en alguna otra aula, sin embargo estaba muy equivocado, al entrar me sorprendió el barbullo que ocasionaban los compañeros en el área de estudio, tan entretenidos en lo que estaban estudiando que no me atreví a preguntarles a ninguno de ellos así que observe el gran salón 204 dividido en cuatro partes, al entrar a la derecha se encuentran las oficinas donde las amables secretarias y el coordinador del SAI realizan sus funciones, del lado izquierdo se encuentran las bancas donde los compañeros estudian, ríen, disfrutan, platican pero sobre todo aprenden, esta área está delimitada por un cancel con grandes cristales y una puerta corrediza en el centro, traspasando el umbral se encuentra el área donde los profesores y ayudantes imparten las asesorías, esto fue lo que más me sorprendió del gran salón 204, ya que la atención es frente a frente  y de uno en uno. Observe a un compañero ayudante que estaba desocupado y me senté frente a él y comencé a preguntarle acerca de lo que se trataba el SAI a lo que me explico lo que significaba aprender a tu ritmo, capto demasiado mi atención cuando me dijo que era un sistema diferente; diferente es lo que estaba buscando, algo que me hiciera salir de la rutina, que rompiera con el paradigma de mi educación, que me impulsara a seguir adelante a pesar de los obstáculos, salir triunfante en las pruebas y adversidades que pudieran presentarse a lo largo de mi carrera. Me explico que el área al fondo del salón estaba destinada para realizar exámenes (en donde transcurrieron mis horas más intensas), además me indico el método para inscribirme al SAI. Así es como conocí el SAI.

A lo largo de mi estancia en la UAM curse varias materias en SAI, en donde las primeras sesiones todos los compañeros se amontonaban alrededor de la mesa donde estaba el profesor para escuchar las instrucciones de trabajo y aclaraciones sobre el material que se utilizaría a lo largo del curso, también estaban aquellos (de los cuales fui uno de ellos) que se esperaban hasta el último para obtener un lugar como oyente y así poder aprobar esa materia que tanto trabajo les había costado o bien adelantar esa materia. No importa la condición académica de cada compañero, cada uno tiene su historia detrás de alguna materia; algunos por curiosidad inscriben esa modalidad, otros es su tercera o hasta quinta oportunidad por eso luchan por un lugar como oyente, otros más solo quieren adelantar la materia, con mucho o poco que arriesgar todos obtenemos un lugar, digamos que en el SAI no se discrimina a nadie. El ambiente que se respira al entrar en el SAI es de confort, ya que ahí haces amigos que duran quizás no solo toda la carrera sino toda la vida, todo comienza con un - ¿ya hiciste este ejercicio?- o bien - ¿en qué unidad vas?- estudias junto a ellos, resuelven dudas entre ellos y cuando no dan una, acuden con los profesores o ayudantes que por el trato directo también se convierten en tus compañeros y amigos. Con esa confianza que levita dentro del salón 204 el aprendizaje es mucho mejor, ya que te impulsa a trabajar en equipo, a investigar por tu propia cuenta, a indagar en fuentes no convencionales pero sobre todo a ser autodidacta que no solo ayuda en una o dos materias sino en toda la carrera y en la vida.

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