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Mi Lugar Dentro De La Iglesia


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2012  •  2.295 Palabras (10 Páginas)  •  326 Visitas

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Mi lugar dentro de la iglesia

Mira el mensaje que la Pastora Sonia Luna compartió con las mujeres durante la Cruzada de Noches de Gloria.

La Palabra de Dios dice que si alguno desea o anhela obispado, buena cosa desea. Hay personas que no lo anhelamos, que ni siquiera lo deseamos, simplemente lo hicimos porque alguien nos introdujo a ello. Tengo amigas que me dicen: “Estoy aquí por mi esposo”. A mí me impresionó cuando me lo dijeron, pues ¿cómo es posible que digan a estas alturas eso? Yo no lo deseé, pero estoy aquí por misericordia, y ha sido y es un proceso. Si estás como líder empezando a servir en tu iglesia, es el deseo de Dios que tú estés ahí. El fue quien te llevó, te cautivó, te apartó de lo malo para ponerte ahí.

Todas somos líderes; no hay una que no lo sea, porque una líder ejerce influencia sobre alguien más. Y tú lo haces cuando vas al súper, haces ejercicio, trabajas. Depende de ti si vas a ejercer una buena o mala influencia. Al hacerlo, ya eres una líder; Dios te vio capaz. Estás llena de virtudes, de cualidades. Ahora vas a entender por qué puedes decir “gracias, Señor, porque soy mujer” con más facilidad. La sociedad influye para que no demos gracias por ello, hace que nos volvamos más prácticas. Pero Dios quiere que reconozcamos el gran privilegio de ser mujeres. Yo dije: “Señor, ya pude pasar el proceso de reconocer el privilegio que tengo de poderte servir a ti. Ahora ayúdame a ver que sea una buena obra". Ustedes me dirán: “Estar un día con unas personas, otro día con otras, estar de madrugada moviéndome de un lugar a otro, estoy cansada, sólo es dar y dar; ¿cuándo voy a recibir yo?". Pero hay procesos cuando empieza en el Señor. Al principio, uno dice: “Aquí estoy, quiero servirte”, y le comienzan a decir: “Deja las malas amistades, las malas costumbres, comienza a tener disciplina para ir a la iglesia”. Desde ahí comienza el proceso en nuestras vidas de decir “yo quiero ver que sea una buena obra”.

Solamente con nuestras fuerzas no vamos a poder hacerlo, necesitamos el poder sobrenatural de Dios, su Espíritu Santo. Verso 2 Pero es necesario que el obispo sea... Posiblemente, ya has aprendido y has leído esta porción de la Biblia. Pero viene un listado de requisitos que no nos podemos hacer las locas, no es gusto del líder o del pastor, ahí dice que hay un requisito. Verso 11 Las mujeres asimismo… Quiere decir que comienza todo los requisitos hablándole al hombre, pero asimismo es la exigencia para las mujeres. Son los mismos requisitos. Verso 4 Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad. Verso 7 Que tenga buen testimonio de los de afuera. El 11, que sean honestas, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo.

En el Verso 14, Te lo escribo aunque tenga la esperanza de irte a ver pronto para que si tardo, sepas cómo conducirte en la casa de Dios. Hay requisitos; el Señor quiere hacer la obra en nuestra conducta. Debemos aprender a conducirnos. ¿Quién nos puede enseñar a hacerlo? ¿La televisión, los medios, etc.? Y si no tenemos un hogar estable, ¿de dónde podemos tener esa información? Necesitamos saber cómo conducirnos, porque en nuestras manos está un privilegio muy grande, que seamos constructoras, que seamos de bien y no de mal. Quiero compararlo en el caminar con el Señor. Yo no nací en una religión cristiana; tenía supuestamente con una religión, pero mis papás cuando querían iban y cuando no, no. Pero Dios nos bendijo con una cultura que creía en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Yo por fe y por necesidad, le dije que sí al Señor. Cuando lo hice, di mi primer paso, pero no sabía cómo conducirme, como la mayoría de personas que nacen de nuevo.

Posiblemente, estés dando el primer paso, y aquí te vamos a ayudar. Yo lo recibí, pero como no tenía la instrucción para saber qué hacer después; el siguiente paso tomó muchos años. Éste fue el poder ser bautizada en el Espíritu Santo, y luego en el bautismo en agua. Cuando me bauticé en agua, fue porque fui a una reunión y pregunté qué hacían y ellos me explicaron que la Palabra decía que el que creyera y fuera bautizado, sería salvo. Así que pedí prestado un pantalón y una camiseta, y me metí al agua; quise ser bautizada. Después fui a un retiro donde supe que podía permanecer en la iglesia y servirle. Tú puedes hacer que el caminar en el Señor y en tu vida pueda ser directo, seguro o que tu caminar sea a los lados, y no avances por la falta de instrucción. Nosotras como mujeres somos poderosas.

El me dijo que a cualquier lado donde fuera, le diera honor a la mujer y sé que si logro transmitir algo de eso en sus vidas, ustedes van a ser vasos muy útiles para que el Espíritu Santo se derrame. Yo le decía al Señor que estos temas sobre la conducta y lo que “hacen las mujeres” son temas muy cursis. Porque entre más enseñamos sobre las leyes de la disciplina o el profesionalismo, más "topado" se siente uno. Así que le pregunté: ¿Por qué me estás pidiendo que hable sobre estas cosas? En ese momento, el ambiente de mi habitación cambió y el Espíritu Santo me dijo: “¿Te avergüenzas de mi creación?”. Pero yo le dije: “No me avergüenzo”. El me dijo: “Así te hice yo; como caminas, como te expresas, como actúas, ¿por qué te vas avergonzar? Yo quiero que enseñes de eso. Las mujeres no saben cómo conducirse.

Las fuentes de información que hay son muy malas. ¿A quién quieres imitar tú? ¿Cuál es tu meta? Tenemos un solo enemigo y es el diablo, no es el sexo opuesto. Quisiéramos agarrarlos de alguna forma y desahogar algo ahí, pero ellos no son el enemigo. Es un enemigo bastante grande y real, que es el diablo, y es él quien quiere estorbar tu vida y destruirla. En el 4:15 dice: Ocúpate en estas cosas, permanece en ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. ¿Queremos ser de provecho, ver logros en nuestra vida, ser mujeres realizadas? Aprendamos a conducirnos en las cosas del Señor.

I Pedro 3:1

Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.

Cuando nos vamos al original, habla de las mujeres casadas. Entonces, la mujer necesita demostrar sujeción. Si dices: “No estoy casada”; igual tienes que demostrarla en algún lado, no te escapas.

… que no crean sean ganados. Yo leí esto y le dije al pastor:

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