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“Mujer, ahí tienes a tu hijo, hijo, ahí tienes a tu madre”


Enviado por   •  27 de Enero de 2017  •  Apuntes  •  698 Palabras (3 Páginas)  •  312 Visitas

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“Mujer, ahí tienes a tu hijo, hijo, ahí tienes a tu madre”

La trascendencia de estas palabras de Jesús demarca un designio divino. La Misericordia de Dios para con nosotros no tiene fin, ni siquiera en el ultraje de la crucifixión. Dios en todas las alianzas nos ha dado un consuelo, una protección materna, (a la marcha de Israel por el desierto la protegía una nube que la cubría, esa es María nuestra madre) y en la última alianza la hizo carne.

Cuando Jesús dice Mujer, ahí tienes a tu hijo; esta expresión “Mujer” va más allá de una simple designación filial, es una proclamación de la maternidad espiritual de María, la nueva Eva.

Es una declaración de amor, se ha representado plenamente el amor trinitario, en la terrenalidad de los hijos de Dios. Estaremos más en gracia que nunca, bajo el amparo compasivo de una Madre, quien más puede entender el sufrimiento de su hijo querido que una madre? Quien más puede perdonar una y otra vez y ver con los ojos de misericordia de Dios a sus hijos? Este es el amor que se hablaba antiguamente, un amor visceral. Amor a alguien que es parte de mí. Como abandonar a quien es parte de ti? Y aunque una madre abandonase a su hijo yo nunca lo hare, mirad en las palmas de mis manos te llevo tatuada dice Yahveh tu Dios a través de Isaías.

Quien más que la Santa he Inmaculada elegida y preservada desde su concepción. Ella, quien fue custodia de la misericordia de Dios hecha carne en su vientre, María estuvo preparada desde siempre por el amor del Padre, para ser Arca de la Alianza entre Dios y los hombres.

Su cántico de alabanza en casa de Isabel que manifiesta la trascendencia de generación en generación de la misericordia de Dios como lo había prometido desde Abraham. Esta promesa nos atañe a todos nosotros, porque se nos entrega como regalo nuevo a su herencia.

A los pies de la cruz, María y Juan, el discípulo del amor, es testigo del nacimiento de la verdadera iglesia, esposa fiel, nueva Eva con María como estandarte que precede; a través del costado de cristo muerto en la cruz brotando sangre y agua, al igual que del costado dormido de Adán Dios sacó a Eva. Jesucristo el nuevo Adán nos ha desposado.

Esta connotación de hijo que recibimos a través de Juan afirma la filiación adoptiva que se hablaba repetidas veces en el antiguo testamento. Antes era considerado los Hijos de Dios a los  ángeles, a los seres celestes, ahora entrando en la muerte con Cristo, nos ha hecho Hijos de Dios llegando al punto de poder aclamar “Abbá Padre”, hemos sido instituidos coherederos con él. Que condescendencia tan admirable! Qué grande es el amor y la misericordia de Dios. Me hace recordar esta expresión “El Hijo de Dios se hizo hijo de hombre, para que el hijo del hombre pudiera ser Hijo de Dios”.

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