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Niños en riegos


Enviado por   •  3 de Julio de 2023  •  Informes  •  2.914 Palabras (12 Páginas)  •  33 Visitas

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NIÑOS EN RIESGOS

Historias de personas que sufren y lloran y muy pocos hacen algo por auxiliarlos y aminorar su sufrimiento.

¿Qué entendemos por niños en riesgo?

Motse Cusó, menciona, que la expresión ¨Niños En Riesgo¨ se viene utilizando en la última década para referir aquella situación en que se encuentran niños y niñas que viven inmersos en unas condiciones de vida que obstaculizan, o pueden perjudicar a corto o medio plazo su desarrollo como seres humanos especialmente vulnerables, entendido este como un todo integral y armónico que envuelve y contiene elementos físicos-biológicos, psicológicos, emotivos, socio-afectivos, etc.

Factores de riesgo: pobreza, guerras, Redes Sociales, Videojuegos, Comida chatarra, Violencia, abandono, maltrato físico, maltrato psicológico y abuso (sexual, laboral), críticas, burlas de los pares o del entorno o bullyng, comparación con los hermanos, los amigos y otros, ausencia de conexión emocional con los padres, sentimientos ignorados, toque abusivo o ausencia del toque, aceptación condicional, violencia intrafamiliar, divorcios, infidelidad en el matrimonio, discriminación de género, embarazos no deseados, padres alcohólicos, hijos adoptivos, hijos como frutos de una violación, el rechazo, falta de resiliencia, entre otros.

1 Pedro 5:7-9 ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. NTV

Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. NVI. Pedro veía en todas las persecuciones que afligían a sus lectores a su peor enemigo: satanás

"Como los peces que son atrapados en la mala red y como los pájaros que quedan presos en la trampa, así son atrapados los hijos del hombre en el tiempo malo, cuando éste cae de repente sobre ellos.” Eclesiastés 9: 12 Aquí se nos vuelve a recalcar el sin número de trampas que satanás máquina para destruir al pueblo de Dios.  

 El psicólogo Abraham Maslow explica las necesidades humanas a través de una jerarquía en forma de pirámide. Para él en su teoría, el ser humano según va satisfaciendo sus necesidades básicas, se van desarrollando nuevas necesidades y deseos.  -En su mayoría las vivencias de la infancia determinan nuestra vida adulta-.

Científicamente el 95% de nuestros actos son guiados por el inconsciente.[pic 1]

Isaías 42:6-7 Yo Jehová te he llamado…  para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas. En este texto el Señor nos encomienda rescatar a los hombres del pecado, pero también a vindicar el carácter de Dios ante el universo. Los hombres sin Cristo andan a tientas, en la oscuridad; pero en Cristo, aún los más infortunados e ignorantes tendrán el privilegio de hallar la luz de la vida.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10

El plan de satanás es, si le es posible, destruirlo a usted y a sus hijos y a los de estos-hasta la tercera y cuarta generación. - a menos que usted acepte la responsabilidad personal necesaria para detener el ciclo y buscar la recuperación.

Si no hace de esto un compromiso de toda la vida, estará pasando una carga muy pesada y dolora a sus hijos.

Gary Chapman y Ross   Campbell en su libro los 5 lenguajes del amor de los niños: contacto físico, las palabras de afirmación, tiempo de calidad, los regalos, prestarles un servicio.

Hebreos 12:15 Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados; nadie alcanzará el reino de Dios con un esfuerzo a medias. Como padres de familia debemos evitar las discusiones que fomentan mala voluntad y división en el hogar

Efesios 4:31-32 Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia. Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.

Dios requiere de los padres que eduquen a sus hijos para que lo conozcan y respeten sus derechos; es decir, deben educar a sus pequeños, como los miembros más jóvenes de la familia del Señor, para que adquieran belleza de carácter y disposición amable, con el fin de que san aptos para brillar en las cortes celestiales (desarrollo armonioso de las facultades física, mental y espiritual). Con una labor realizada a conciencia, los padres tendrán el privilegio de llevar a sus hijos consigo a las puertas de la ciudad de Dios y decir: "He procurado instruir a mis hijos para que amen al Señor, para que hagan su voluntad y lo glorifiquen". Entonces las puertas se abrirán para ellos, y entrarán los padres y los hijos. (CN)

El daño que satanás ocasiona a los niños crea una parálisis de los sentidos. Como adultos, somos sordos a las advertencias y críticas, y la reforma de la vida es casi imposible. Las familias, las iglesias y las comunidades en las que nos criamos, en la mayoría de los casos, aportaron algo a nuestros sentimientos de que valemos muy poco, porque nuestras largas listas de necesidades fueron insatisfechas o ignoradas.

Cuando las necesidades básicas de los niños no son satisfechas, ellos interpretan que no merecen la atención y el cuidado que necesitan. Podemos escoger elegir escapar de la telaraña de engaño de satanás, esto implica tomar una decisión, una decisión racional, satanás sabe esto, y por lo tanto su plan maestro es destruir la capacidad de los hijos de Dios para tomar decisiones.

Satanás ha inventado un plan sutil para lograr esto por medio del dolor que usted ha sufrido en el pasado. Cada experiencia alimenta el desprecio por usted mismo. El daño que causa confunde su capacidad de tomar decisiones. Confunde sus sentimientos, y termina controlando sus pensamientos y acciones. El resultado es que usted termia haciendo lo que usted no quiere

Romanos 7:19-25 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. (Científicamente el 95% de nuestros actos son guiados por el inconsciente).

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