San Agustin

CONFESIONES DE SAN AGUSTIN

San Agustín en su escrito “Confesiones” vemos, como su nombre lo indica, como el autor se confiesa ante Dios hablando de sí mismo y pretende dejarlo escrito, no solamente para él, sino para que quede para la generación de hombres con Fe y así ayudarlos a comenzar al igual que él su camino hacia Dios. Está muy bien aclarado que solamente les es útil para aquellos que posean dicha Fe, de lo contrario leerlo sería absolutamente en vano. Así también comenta que absolutamente ninguna parte de este texto tiene algún tipo de falsedad ya que no tendría sentido mentirle a Dios, quien sabe y conoce todas las cosas. Él podría mentirse a sí mismo o a sus lectores, pero no habría manera de mentirle al Señor.

El tema principal de este escrito es como a partir de la Fe en Dios se puede desarrollar ciencia, mediante el criterio de validez (Dios).

Se nombran las tres cualidades del Señor que son ser, verdad y bien. Mientras que por otra parte cuando se abarca el tema del mal se dice que no es otra cosa que la falta de ser, ya que está unido al bien. Este es culpa de las limitaciones del ser humano.

El hombre no puede abarcarse, es decir no puede conocerse por sí mismo, el único que tiene el poder, el conocimiento es Dios. A Él, los hombres lo pueden conocer mediante la Fe y así con Él de intermediario podremos llegar a conocernos a nosotros mismos. Es aquí donde encontramos el criterio de validez de San Agustín que nombre antes como tema principal.

Encontramos una diferenciación con Platón, quien veía a los hombres todos iguales, mientras que San Agustín ve a cada individuo como único.

Cada hombre debe conocer su camino, con sus propias experiencias y su propia libertad de elegir. Con esta diferenciación entre los autores podríamos decir que su planteo sería diferente en cuanto que Platón se cuestionaría ¿Qué es el hombre?, mientras que San Agustín, con su mirada de hombre único, se plantearía ¿Qué soy yo?. Por otra parte, mientras que en San Agustín el texto se titula “confesiones”, en Platón, al definir a todos los hombres iguales, en su lugar se titularía “respuestas” ya que todos seguiríamos las mismas reglas, mismas decisiones y caminos.

En mi opinión puedo decir que coincido con San Agustín en cuanto a que los hombres somos únicos. A pesar de que llevemos vidas parecidas en cuanto a las necesidades básicas a satisfacer, cada ser humano posee su propia conciencia, su propia inteligencia, voluntad, que le da la capacidad de la libre elección de sus actos.

Por otra parte, en cuanto a la validez que platea como intermediario a Dios, puedo decir que también coincido en cuanto a la parte espiritual del hombre, ya que posee misterios que solo por medio de la Fe divina

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