UNIDAD 7. LA IGLESIA CELEBRA LOS MISTERIOS DE LA FE

RELIGION GUIA 10

UNIDAD 7. LA IGLESIA CELEBRA LOS MISTERIOS DE LA FE

Tema 2. El cuerpo y la Sangre de Cristo

“siempre que comes este pan y beben este cáliz ustedes anuncian la muerte del Señor hasta que vuelva”

(primera carta de los Corintios 11, 26)

Un milagro en Italia

El cuatro de octubre, día en que la Iglesia recuerda de manera especial a san Francisco de Asís, Andrea asistió a la Eucaristía que se celebró en su colegio a las once de la mañana. Lo explicación del sacerdote se centró en la figura ejemplar de este santo, patrono de Italia y fiel seguidor de Jesucristo. En la tarde, recostada en una mecedora, la niña recordó todo lo que su amigo Julián le había contado acerca de san Francisco, y su pensamiento voló y voló hasta imaginar que hacía un viaje con él para conocer los lugares donde había vivido este santo. Al cabo de un rato, se dirigió a su habitación y encendió lo computadora. En la pantalla había un mensaje de Vicente. Curiosa de saber por qué se había comunicado con ella, le respondió de inmediato. El muchacho le comentó que necesitaba información sobre la Sierra Nevada de Santa Marta y que Julián le había dicho que ella podía dársela. La niña le envió un extenso documento con todos los datos acerca de esta maravilla natural, incluyendo una breve descripción de la fauna y la flora propias del lugar.

Los chicos continuaron chateando. Andrea le habló de la fiesta de san Francisco de Asís y de lo mucho que este santo había amado la naturaleza. Vicente, por su parte, aprovechó la ocasión para contarle algo que había escuchado narrar al capellán de su colegio.

—¿Bolsena, me dices que se llama la población italiana donde ocurrió el milagro? —preguntó Andrea.

—Si. Fue allí donde durante una Misa, celebrada por un sacerdote que dudaba de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, brotó sangre de la hostia consagrada y cayó sobre el corporal. Esto sucedió en 1263 —contestó Vicente.

—¿Qué es el corporal? —preguntó la niña.

—Es un paño especial sobre el que se colocan la hostia y el cáliz en el altar —respondió Vicente.

—¿Y dónde está ese corporal sagrado? —escribió rápidamente Andrea.

—El sacerdote envolvió la hostia con cuidado y pidió que la llevaran a la cercana ciudad de Orvieto, donde residía el Papa —explicó el muchacho y continuó—. El corporal fue colocado en una custodia y hasta hoy permanece continuamente expuesto en la

catedral de Orvieto. Este Papa, llamado Urbano IV, quedó tan

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