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Y ZAQUEO PROCURABA VER QUIEN ERA JESUS


Enviado por   •  10 de Marzo de 2014  •  7.695 Palabras (31 Páginas)  •  283 Visitas

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Lourdes, Colón La Libertad, 09 de junio del Año de Nuestro Señor, 2013.

Homilía con motivo de celebración del día del Señor en Iglesia Tabernáculo Pueblo de D en Lourdes, Colón, La Libertad, El Salvador, Centroamérica.

“Y ZAQUEO PROCURABA VER QUIÉN ERA JESÚS”

Nuestro texto lo hallamos en el Evangelio según Lucas 19: 1-3:

[v. 1] “Y habiendo Jesús entrado en Jericó, iba pasando por la ciudad.

[v2] Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,

[3] procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues pera pequeño de estatura.

LA VERSIÓN DE LA BIBLIA DE RAICES HEBREA DICE: (Mía la traducción)

“Y yendo en camino, pasó atravesando Jericó. Y, he aquí, un hombre llamado por su nombre Zaqueo; y he aquí que era un jefe de los recaudadores de impuestos, y era rico. Y estaba procurando ver a Yahshua, quién era él. Pero no le era posible, por causa de la multitud, y por ser pequeño de estatura”.

INTRODUCCION.

Deseo comenzar hoy, disculpándome por mi exceso oratorio en la cual durante mi pasada homilía proferí duras críticas por causa de los métodos que la clase política utiliza para gobernar la nación, mis disculpas van dirigidas a ustedes, a quienes creen que por medio de la política se puede lograr una mejor justicia, igualdad social, igualdad de oportunidades, y muchas utopías que en calidad de país de tercer mundo unánimemente anhelamos los salvadoreños. También aprovecho para reafirmar que como cristiano que conoce y practica la fe en Jesucristo desde una cosmovisión reformada, creemos con firmeza que el D revelado en la Escritura es D para todos, que nada escapa de su vigoroso control, y que todos los estratos humanos y naturales están sometidos a su voluntad soberana, incluyendo la política; estos cumplen sus propósitos, aun y cuando sus protagonistas se encuentren en estado de corrupción, Él sabe maniobrar para bien de sus magníficos propósitos que ya han sido decretados en la eternidad. Anticipo que tampoco pasaré por alto la crítica justificada en la Palabra ante este sistema de cosas que nos azota, para darle la luz del Evangelio a quienes padecen los efectos de maniobras perversas de quienes son elegidos y tienen el poder para hacerlo…

Esto sucedió hace unos pocos meses, llegó una joven mujer con su esposo cerca de un taller de autos, en sus entornos se mantienen esos vendedores de artículos para autos, que tienen “a la venta” emblemas, copas, accesorios, etc.; en nuestra cultura sabemos que en muchos casos se trata de artículos “robados” el joven esposo preguntó a uno de los vendedores, cuánto le costaría la cubierta de su llanta para su “fourunner” el “vendedor de cosas robadas” le dijo $350.oo como era de mañana le indicó que a eso de la 1 pm, llegara, y en efecto así fue… a esa hora en punto regresó la joven pareja; en ese momento, al ver el artículo en transacción, ella se conmovió y le dijo a su esposo, ¿Cómo es que lo comprarás? Si esta es mi cubierta, la del auto, la reconozco, es la misma que me han robado, el esposo trató de calmarla, le pidió que lo dejara hacer “la compra” la joven señora impotente, y desangrada de su estima, recurrió al llanto imprecatorio, a las lágrimas de indignación (el esposo procedió ya que la agencia de autos DIDEA le había dicho que no tenían el artículo, y que al traerlo, le costaría un mil doscientos dólares)...

La enseñanza antigua rabínica, en cuanto al que roba indica que hay una diferencia con el que hurta, ya que el engaño usa un aliado, y que a veces actuamos como tales, esto puede llevarnos a concluir con el tiempo que también hemos sido parte en la culpabilidad de ese hecho repudiable; pero en cuanto al robo dice que quien roba, no sólo sustrae lo material de su víctima, lo cual estaba apegado a ella, sino que el ladrón también roba una parte de su alma, porque mata una parte de su espiritualidad, y a pesar que pueda devolver lo robado, este daño es profundo y esencial en su vida. Alguna vez, Jesús dijo “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” [Jn. 10:10]. Hoy, con la gracia que otorga D Espíritu Santo vamos a tener un acercamiento a uno de esos relatos del santo Evangelio que por demás está decir, es muy conocido y se trata de ese personaje Zaqueo, que como muchos en nuestro medio, necesitamos conocer aún más ¡QUIÉN ES JESÚS!

Recorramos entonces con nuestro Señor, esos ambientes naturales de pueblo, de realidad, de contacto con la gente, de circunstancias, de escenarios no planificados y aprendamos juntos de la mano de nuestro amado Maestro, consolador y guía. Iremos en armonía con el desarrollo de la lógica temporal y circunstancial del texto que nos presenta nuestro apreciado escritor, el Médico, Lucas.

Jesús va de paso, sin intenciones de quedarse…

[1] “Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad”. Hablar de Jericó es citar un lugar histórico; las evidencias arqueológicas registran que su edificación puede remontarse a unos 10,000 años; Jesús sabía de la importancia de su paso por ese lugar, quizá iba con destino a Jerusalén o por el contrario, en su ruta a Galilea, el texto no lo registra. Aunque es entendible que las condiciones de un viaje por los caminos polvorientos del entorno en que Jesús se conducía, invitaba a pasar por un lugar así, por una ciudad en donde las cosas estaban a disposición para la comodidad del hombre ¿A quién no le gustaría –aunque sea de paso- tener un poco del descanso que la ciudad ofrecía? De seguro que Jesús en su misión con el propósito de la redención del hombre, no evitaría entrar en Jericó ya que formaba parte de la ruta escogida. El texto da la idea que va de paso, como llevando otro destino, sin darnos cuenta que el destino de D es siempre y lo será, el corazón del hombre; no hay nada que le motive más al creador que tener relación, comunión perfecta y paz con los corazones de los hombres; ahí donde van sus pasos, con mucha seguridad busca encontrarse con el reino del alma humana para darle los beneficios de su liberación, de su redención y salvación eterna.

Sobre el mismo respecto, se sabe que en los días de Jesús esa ruta Jerusalén- Jericó era de tránsito muy cerrado,

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