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Comunicacion para diseñadores

Tamara ScarinciResumen17 de Octubre de 2020

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Comunicación para diseñadores

SEMIOLOGÍA[pic 1]

TRABAJO PRÁCTICO N°1

[pic 2]

Comunicación para diseñadores
Profesor: Roldán, Luciano
Alumna: Scarinci, Tamara
2° Diseño Gráfico – Turno Noche


01.        La codificación visual

Códigos, imagen y cultura

La noción de Código es la idea un conjunto cerrado de elementos cuyos límites serían precisos. En el caso de la comunicación lingüística se puede nombrar ejemplos como el código Morse, el código vial y las lenguas. En todos los casos es posible demostrar su carácter de conjunto cerrado.

En la comunicación visual se presentan dificultades para establecer un criterio de clasificación. La primera dificultad es que las imágenes tienen ilimitadas formas para representar un mismo objeto.

Por otro lado, las imágenes son una unidad compleja que se segmenta en unidades menores, también imágenes. Estas son de carácter analógico, son solo una parte de lo visible producido por el diseño gráfico y su importancia es relativa.

En el caso de los códigos visuales, los limites son difusos. Esta dificultad de establecer criterios se debe al carácter analógico de las imágenes, la imagen es una reproducción de lo real, una imitación (mímesis[1]).  Las imágenes analógicas de la realidad son sólo una parte de lo visible producido por el diseño gráfico y su importancia es relativa.

Finalmente, una dificultad suplementaria surge de la ambigüedad terminológica y conceptual que rodea la noción código en el campo de la comunicación visual: términos y expresiones tienden a confundirse con la noción de código. A partir de acá consideraremos la noción de código como el término más general capaz de abarcar todas estas nociones, que deben ser consideradas como distintos niveles o formas de codificación.

Comunicación y código

La comunicación humana implica la transmisión de información, ideas y/o mensajes mediante algún procedimiento material que impacte nuestros sentidos y no el pensamiento en sí. Dos personas logran comunicarse siempre y cuando compartan un mismo código. Estos son esenciales para la comunicación y cambian constantemente debido a las transformaciones que se vinculan con la comunidad.

Schnaith define al código como “un cuerpo de reglas que rigen, en cada caso, diferentes comportamientos o funciones culturales, como el trabajo, el ocio, el duelo o la fiesta”. Esta definición se refiere a que los códigos de la comunicación visual son una serie de condicionantes de ver, de representar y de interpretar. Es decir, que son producto de la vida social y cultural. También remarca el carácter imperativo[2] de las convicciones[3] sociales “debes hacerlo así” que se entiende como el modo correcto de hacer las cosas.

Una conceptualización de los códigos de la comunicación visual

Los problemas metodológicos existentes en los estudios semióticos: la distinción entre los estudios de la percepción visual (Gestalt) y los enfoques comunicacionales de la lectura de textos visuales.

Una teoría de la comunicación visual depende de una teoría de la percepción visual. Es decir, no se puede identificar sencillamente la percepción de la realidad con la lectura de un texto visual. Los textos visuales se interpretan en función de la comunicación mientras que la percepción de la realidad produce una interpretación en la que no se presupone una intencionalidad comunicativa. Dicho de otro modo, la percepción de la realidad presupone la ausencia de retórica.

La interpretación de los estímulos visuales lleva a la obtención de un tipo de significado en particular (cultural, simbólico). Este significado difiere del de la mera identificación de objetos y de la atribución de los sentidos.

Se dan dos planos de significación: la realidad es el objeto privilegiado de la comunicación; la comunicación es la parte más importante de la realidad humana, aquello que le da forma.

El espacio representado

Schnaith señala que se puede hablar de iconografía en el momento en que una sociedad descubre la posibilidad de sistematizar la percepción empírica[4] a fin de trasponerla a un espacio de 2 dimensiones. La producción de una imagen implica un encuentro entre la visión empírica y una visión codificada capaz de seleccionar los rasgos significativos de los objetos y ubicarlos sobre una superficie plana. Se crea así el espacio representado, metafórico reconstruido, basado según criterios culturales y experiencias propias.

La creación de este espacio supone reducir el espacio vivido mediante recursos gráficos seleccionados según criterios culturalmente establecidos; presupone una operación previa: la descomposición de un universo continuo en elementos ópticos diferenciados e identificables.

Gombrich dice que “nos engañamos sobre el carácter de la técnica de mimesis si hablamos de imitación de la naturaleza, no se la puede imitar sin primero despedazarla y luego recomponerla”.

Schnaith señala que “Toda representación expresa el aspecto visual de la cultura de una sociedad, su forma de percibir, de representar y concebir el mundo.”

Los tres planos de la comunicación visual

La comunicación visual implica tres factores indisociables: el ver, el representar y el interpretar. Para el diseñador gráfico el representar es el punto central de su actividad. El diseñador interpreta, ve representa, para que su representación sea vista e interpretada. Se da una duplicación donde los términos que se repiten nunca son idénticos porque los sujetos que intervienen no son idénticos. Entendemos por cultura visual el tramado de códigos que regula los comportamientos físicos y mentales frente a lo visible.

Schnaith distingue tres planos de codificación en una cultura visual: el plano perceptivo, el representativo y el cognitivo. Estos están vinculados entre sí por una dialéctica[5] de transformaciones mutuas y recíprocas[6]. Los cambios que afectan a cualquiera de estos órdenes repercuten en los otros. Por ejemplo: los cambios en el terreno del arte que implicaron el impresionismo o surrealismo generaron una nueva forma de percibir (plano perceptivo); la interpretación psicoanalítica de los sueños realizada por Freud (plano cognitivo) influyo en manera directa sobre la iconografía surrealista (plano representativo).


Los códigos de la percepción

La percepción es el punto de encuentro de las teorías culturales que la interpretan como un proceso simbólico de construcción de significados y de las teorías empiristas que buscan establecer leyes naturales de la percepción humana.

Según Schnaith “No hay experiencia sensible natural, determinada forma representar supone terminada forma de percibir”. Esto no implica desconocer las leyes de Gestalt, sino que los procesos establecidos por esas leyes “naturales” no son una base para determinar la experiencia perceptiva.  Esto se debe a que toda experiencia se inserta en un marco configurado por la cultura a la que pertenece el individuo.

El objeto de la percepción no es un objeto abstracto, sino que es culturalmente significado por la cultura a la que pertenece el individuo. Es decir, percibimos más significados que objetos, ejemplo: no vemos círculos de metal vemos monedas.

El sujeto de la percepción siempre llega cargado de cultura. No es neutral. Cada sujeto ve e interpreta según su experiencia cultural. Toda experiencia perceptiva será captada según la diferente estructura perceptiva que cada cultura elabora.

Los códigos de la representación

Se produce una evolución de los códigos de representación de culturas transgredidas[7] o innovadas. Gombrich las nombra esquema (tradición) y corrección (transgresión). Toda información visual debe entrar  en un esquema (estereotipo) para ser representada y modificada (corrección). Esto generó un nuevo esquema que, nuevamente, será sometido a otras correcciones en un movimiento a otro continuamente.

Toda representación reconoce una operación perceptiva anterior. Para trasladarlo al plano de representación es necesario descomponer lo percibido en elementos específicos y constantes. Esta codificada porque es el resultado de una conceptualización sobre la experiencia directa, de una selección de recursos gráficos y de una puesta en relación entre ambos aspectos

Una representación equivale a un análogo de la realidad debido a que hay una atribución de significado producto de factores culturales. Criterio establecido arbitrariamente: el criterio de semejanza. Esta no es un hecho natural, sino una relación construida seleccionada dentro de amplias posibilidades. Es decir, algo es semejante a alguna otra cosa según un criterio determinado y deja de serlo si se aplica otro criterio.

La perspectiva produjo una transformación dentro del campo de la representación. Cambio el criterio de la semejanza y crea un nuevo concepto de la percepción de lo real. Propone que la semejanza entre representación y lo real está dada por lo que se ve, las apariencias que los objetos producen al mirarlo. La perspectiva, al producir el efecto de profundidad brinda mayor verosimilitud a la representación, le hace más "verdadera".

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