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Hay ciento noventa y tres especies vivientes de simios y monos


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  779 Palabras (4 Páginas)  •  298 Visitas

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Hay ciento noventa y tres especies vivientes de simios y monos. Ciento noventa y dos de

ellas están cubiertas de pelo. La excepción la constituye un mono desnudo que se ha puesto a sí

mismo el nombre de Homo sapiens. Esta rara y floreciente especie pasa una gran parte de su

tiempo estudiando sus más altas motivaciones, y una cantidad de tiempo igual ignorando

concienzudamente las fundamentales. Se muestra orgulloso de poseer el mayor cerebro de todos

los primates, pero procura ocultar la circunstancia de que tiene también el mayor pene, y prefiere

atribuir injustamente este honor al vigoroso gorila. Es un mono muy parlanchín, sumamente

curioso y multitudinario, y ya es hora de que estudiemos su comportamiento básico.

Yo soy zoólogo, y el mono desnudo es un animal. Por consiguiente, éste es tema adecuado

para mi pluma, y me niego a seguir eludiendo su examen por el simple motivo de que algunas de

sus normas de comportamiento son bastante complejas y difíciles. Sírvame de excusa el hecho de

que, a pesar de su gran erudición, el Homo sapiens sigue siendo un mono desnudo; al adquirir

nuevos y elevados móviles, no perdió ninguno de los más viejos y prosaicos. Esto es,

frecuentemente, motivo de disgusto para él; pero sus viejos impulsos le han acompañado durante

millones de años, mientras que los nuevos le acompañan desde hace unos milenios como

máximo... y no es fácil sacudirse rápidamente de encima la herencia genética acumulada durante

todo su pasado evolutivo. Si quisiera enfrentarse con este hecho, sería un animal mucho más

complejo y tendría menos preocupaciones. Tal vez en esto pueda ayudarle el zoólogo.

Una de las más extrañas características de los anteriores estudios sobre el comportamiento

del mono desnudo es que casi siempre eludieron lo más evidente.

Los primeros antropólogos marcharon a los más apartados e inverosímiles rincones del

mundo, a fin de descubrir la verdad fundamental sobre nuestra naturaleza, y se dedicaron al

estudio de remotas culturas estancadas, atípicas y tan poco fructíferas que están casi extinguidas.

Después, volvieron con hechos sorprendentes sobre extrañas costumbres de apareamiento,

chocantes sistemas de parentesco o curiosos procedimientos rituales de estas tribus, y emplearon

este material como si fuese de vital importancia para el comportamiento de nuestra especie en su

conjunto. El trabajo realizado por estos investigadores fue, desde luego, sumamente interesante, y

sirvió para mostrarnos lo que puede ocurrir cuando

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