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Auditoría Policial Independiente “Observación civil de la imposición de la ley”

Teresa Guerrero-Daley

I. Introducción

Con la intención de definir los principales aspectos débiles de los sistemas disciplinarios policiales, las ciudades de todo el país están estableciendo entidades de observación civil. La creencia es que los mecanismos policiales internos han fracasado en vencer el “código de silencio” de los oficiales, en contrarrestar la influencia de los sindicatos policiales, y en ganar la confianza pública en la capacidad de los citados mecanismos para controlarse por sí mismos. El gobierno local ha sido reacio, en gran medida, a los escándalos policiales, a la mala conducta policial, y a los abusos en el uso policial de la fuerza. Esta demora en la acción ha conducido al deterioro de la confianza pública y ha resultado en la polarización de la policía y la comunidad. En un intento por restablecer dicha confianza pública, los funcionarios electos de varias ciudades se han apresurado para implementar la observación ciudadana.

La observación civil o ciudadana no debería ser vista como una solución rápida, sino como una medida preventiva a largo plazo. Los beneficios de tal programa se pueden lograr en cualquier jurisdicción, sin importar el tamaño o el grado de conflicto con la policía. Incluso los funcionarios electos que han sido firmes partidarios de la imposición de la ley, han consentido aceptar la observación civil en lugar de una intervención forzada por el riesgo. Esta última puede incluir decretos de consentimiento federal o acuerdos obligatorios como parte del establecimiento de una demanda civil. La oposición a partir de la imposición de la ley es también aleccionada cuando enfrenta tal tipo de intervención y el foco se desplaza hacia la decisión del tipo de observación civil. La mayoría de los oficiales está a favor de un sistema de seguimiento/auditoría bajo un consejo o comisión que le quitaría a la policía la función de investigación. Los modelos de auditoría y seguimiento han tenido éxito en ganar la cooperación de los oficiales, porque éstos presentan un mayor incentivo para cooperar con este tipo de observación policial, debido a que comprenden muy bien cuáles serían las consecuencias si sus esfuerzos fracasan.

La observación civil o ciudadana se puede encontrar en ciudades que presentan diversos entornos socioeconómicos y demográficos, en esencia con muy poco en común. La ciudad de San José, California, es una comunidad muy opulenta y diversa. Cuenta con una población de casi un millón de habitantes, el ingreso medio anual por familia está por encima de los US $80,000, tiene la tasa más baja de delincuencia de cualquier ciudad grande de Estados Unidos y no existe ningún grupo étnico que represente a una mayoría entre su población. Sin embargo, estas características no aislaron a la ciudad de serios conflictos entre sus habitantes y la policía. En 1992, poco después del veredicto sobre Rodney King y la subsiguiente

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revuelta en Los Ángeles, California, ocurrieron varios incidentes que llevaron a que el Consejo Municipal de San José estableciera la observación civil para el Departamento de Policía de San José (DPSJ).

Años de tensión entre la policía y las comunidades minoritarias, causados por incidentes de alegada brutalidad policial, condujeron a un movimiento que ganó un amplio apoyo e impulso entre una muestra representativa del total de la población de San José. Las organizaciones clave que guiaron el movimiento para implementar la observación civil fueron la Asociación Santa Clara del Tribunal del Condado, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles de California del Norte, la Comisión de Derechos Humanos de San José, la Comisión de Relaciones Humanas del Condado de Santa Clara, los estudiantes de la Universidad Estatal de San José, miembros del clero, y varias organizaciones de origen rural.

Los primeros intentos para conseguir apoyo para la observación civil fueron desestimados por los líderes ciudadanos y eventualmente estos esfuerzos se transformaron en manifestaciones públicas y en desobediencia civil. El 20 de octubre de 1992, varios cientos de personas tomaron por asalto las cámaras del consejo, forzando al Alcalde y al Ayuntamiento a retractarse y suspender las sesiones. En ese encuentro, el Jefe de Policía había declarado públicamente que renunciaría si el Ayuntamiento de la Ciudad establecía un consejo de revisión civil.

II. El establecimiento de la auditora policial independiente

Como consecuencia de la toma del Ayuntamiento, el Alcalde encargó un estudio para determinar la mejor forma de observación policial para San José. La recomendación final constituía un híbrido de los programas ya existentes en Seattle, Washington, Albuquerque, Nuevo México, y Portland, Oregon. El 13 de septiembre de 1993, se estableció la Auditora Policial Independiente (API), por medio de la promulgación de una ordenanza del Consejo del Ayuntamiento. San José, como la mayoría de las ciudades, estableció la observación policial en medio de gran controversia y conflicto. La API era vista, por mucha gente, como un arreglo entre ningún tipo de observación policial, tal como lo proponía el Jefe de Policía de San José, y un consejo de revisión que era impulsado por quienes proponían la observación policial. El Jefe de Policía no renunció. Más aún, en un esfuerzo por evitar la implementación de un consejo civil de revisión, el Jefe trabajó estrecha y cooperativamente con la API.

Durante los tres primeros años, la API realizó significativas incursiones para establecer cambios sistémicos en la manera en que se recibían, investigaban y adjudicaban las quejas por parte de los ciudadanos. También se implementaron muchas recomendaciones que afectaban las operaciones policiales. En 1996, los ciudadanos de San José votaron para que la API fuera una oficina permanente de la ciudad, asegurándose de que no sería abolida sin mediar una votación por parte del pueblo. Con el paso del tiempo, el nivel de resistencia decreció y se experimentó un mayor nivel de cooperación por parte del Departamento de Policía

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de San José. Estos impulsos y progresos no carecieron de desafíos, reveses y concesiones.

En su evolución, la API ha pasado por las tres fases prevalecientes en la observación civil, comenzando por la inicial, la frase “Sobre mi cadáver”, seguida por la frase “Obstruccionista”, hasta llegar a la presente frase, “Cooperativos pero cautelosos”. Diez años de

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