La importancia del mundo digital
rafaela678Informe19 de Julio de 2022
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LA IMPORTANCIA DEL MUNDO DIGITAL
En los últimos dos años, desde la celebración de la Sexta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en Cartagena de Indias (Colombia) en abril de 2018, en el ámbito digital han surgido con fuerza temas que en aquel momento se consideraban emergentes o de escaso desarrollo. Por su parte, la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha tenido un impacto económico y social sin precedentes en América Latina y el Caribe. Se estima que el PIB de la región se ha contraído en torno al 7,7%, que el valor de las exportaciones ha disminuido un 13% y que la menor demanda y la ralentización de la oferta han llevado al cierre de más de 2,7 millones de empresas, generando más de 18 millones de desempleados. Todas estas dinámicas tendrán fuertes efectos en el nivel de desigualdad y pobreza de la región, y se estima que el número de personas en situación de pobreza aumentará más de 45 millones. En materia de digitalización, 15 años después de aprobarse la primera Agenda Digital para América Latina y el Caribe, la región se enfrenta a un mundo nuevo y a un contexto desafiante. Algunas de las expectativas presentes en aquel momento se han cumplido, pero otras no se han concretado. Las tecnologías digitales han crecido exponencialmente y su uso se ha globalizado. La conectividad ubicua y continua llega a gran parte de la humanidad gracias a la masificación del uso de teléfonos inteligentes y al consiguiente acceso a la información, a las redes sociales y al entretenimiento audiovisual. La aceleración del progreso técnico en el universo digital ha vuelto cotidiano el empleo de dispositivos y aplicaciones que usan la computación en la nube, la analítica de grandes datos, las cadenas de bloques o la inteligencia artificial. La revolución tecnológica, aunada al cambio en las estrategias de las empresas líderes en el uso de las tecnologías digitales, ha llevado al auge de las plataformas globales, dando lugar a una excesiva concentración de poder económico y político en no más de una veintena de corporaciones de dos o tres potencias mundiales, un conjunto demasiado pequeño de empresas cuyo valor de mercado supera o se acerca a un billón de dólares. El progreso de la tecnología también ha ido acompañado de resultados socialmente negativos, como la exclusión de una parte importante de la población mundial de los beneficios de la digitalización, fundamentalmente porque sus ingresos no les permiten tener una conectividad significativa —es decir, un acceso de calidad—, acceso a dispositivos, conexión fija en el hogar y la capacidad para su uso diario. Se ha abierto así una fuerte brecha de demanda, ya que existe cobertura suficiente que no se concreta en conexiones y usos. También se han acentuado otros problemas, como la proliferación de noticias falsas (fake news) y los ataques cibernéticos, el creciente riesgo para la privacidad y la seguridad de los datos personales, y la producción masiva de residuos electrónicos. El equilibrio aún no resuelto entre los beneficios y los costos de la digitalización se da en un contexto mundial más adverso que el que se preveía hace 15 años. Las luchas geopolíticas, frecuentemente centradas en las patentes, los estándares y la producción digitales, han debilitado marcadamente las acciones basadas en decisiones multilaterales. La crisis ambiental ha llegado a niveles de emergencia ambiental o, según algunos analistas, de catástrofe ambiental. El aumento de la desigualdad en muchos países y la exclusión de grupos de población vulnerables hace aún más difícil construir sistemas sociales y políticos capaces de encauzar adecuadamente el desarrollo digital. La pandemia de COVID-19 ha acentuado todos esos problemas y ha llevado al mundo a la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial, con los consiguientes efectos negativos en los empleos, los salarios y la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Las tecnologías digitales han sido herramientas fundamentales para hacer frente a los efectos de la pandemia. Sin embargo, los beneficios derivados de su uso se ven limitados por factores estructurales, como la conectividad (acceso, uso y velocidad), las desigualdades sociales, la heterogeneidad productiva y la escasa competitividad, así como por el acceso restringido a los datos y a la gestión de la información, entre otros factores. Así, ante los países de América Latina y el Caribe se abren nuevas oportunidades y nuevos desafíos. La región será la más golpeada por la crisis y deberá enfrentar problemas de larga data desde una posición de mayor debilidad estructural. En especial, deberá superar el lento crecimiento económico de los últimos siete años, la caída de la inversión y el estancamiento de la productividad y, al mismo tiempo, deberá retomar con fuerza la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Superar estos problemas le exigirá poner en marcha una estrategia de gran impulso para la sostenibilidad económica, social y ambiental que lleve a un cambio estructural progresivo basado en una fuerte creación e incorporación de tecnología para diversificar el aparato productivo. Prólogo Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 8 En este marco, en el presente documento se busca contribuir al debate y a la acción para el despliegue y uso de las tecnologías digitales a nivel nacional y regional, a fin de apoyar los procesos de desarrollo. Para ello, se ha organizado su contenido en cuatro secciones. En la primera se plantea la necesidad de avanzar hacia una sociedad digital sostenible en el marco del impacto sistémico de la disrupción digital. En la segunda se analizan los efectos de la digitalización en el bienestar social y la igualdad, se plantea la necesidad de universalizar el acceso a estas tecnologías y se evalúa el costo de ello. En la tercera se estudia la relación entre digitalización y productividad y su impacto en las cadenas productivas agrícolas, manufactureras y de servicios y se hace referencia a algunas políticas para avanzar en la recuperación pospandemia con transformación productiva. Finalmente, en la cuarta, se analiza el estado de las agendas digitales en la región, en particular en lo referente a la gestión de datos, y se presentan recomendaciones para fortalecer la cooperación regional y el proceso hacia un mercado digital regional. Además, se resumen las principales conclusiones de las reuniones de trabajo y de los paneles de la Séptima Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, celebrada de manera virtual en noviembre de 2020, cuya Presidencia ejerció el Ecuador. Las propuestas planteadas en el documento, discutidas y profundizadas en la Conferencia, posibilitarán el avance hacia una digitalización más inclusiva y sostenible, es decir, una digitalización que no solo permita una recuperación más rápida de la actual crisis, sino que también potencie un uso más productivo y eficaz de estas tecnologías digitales, tenga como resultado una mayor productividad, mejores empleos y mayores salarios, y ayude a reducir los altos niveles de desigualdad de América Latina y el Caribe. En definitiva, la digitalización necesaria para un nuevo futuro y para avanzar hacia un estado de bienestar digital.
A. El impacto sistémico de la disrupción digital Desde fines de los años ochenta, la revolución digital ha transformado la economía y la sociedad. Primeramente, se desarrolló una economía conectada, caracterizada por la masificación del uso de Internet y por el despliegue de redes de banda ancha. Luego, se desarrolló una economía digital resultado de la expansión del uso de plataformas digitales como modelos de negocios de oferta de bienes y servicios. Y ahora se avanza hacia una economía digitalizada que basa sus modelos de producción y consumo en la incorporación de tecnologías digitales en todas las dimensiones económicas, sociales y medioambientales. Como resultado de la adopción y de la integración de tecnologías digitales avanzadas (redes móviles de quinta generación (5G), Internet de las cosas (IoT), computación en la nube, inteligencia artificial, analítica de grandes datos, robótica, entre otros), se está pasando de un mundo hiperconectado a un mundo digitalizado en las dimensiones económicas y sociales. En ese mundo conviven y se fusionan la economía tradicional —con sus sistemas organizativos, productivos y de gobernanza— con la economía digital —con sus innovaciones en los modelos de negocios, la producción, la organización empresarial y la gobernanza—. Esto da lugar a un nuevo sistema digitalmente entrelazado en el que se integran e interactúan modelos de ambos mundos, lo que da como resultado ecosistemas complejos que se encuentran en proceso de adecuación organizativa, institucional y normativa (CEPAL, 2018). Estas dimensiones del desarrollo digital están en permanente evolución, en un proceso sinérgico que tiene efectos en las actividades a nivel de la sociedad, del aparato productivo y del Estado (véase el diagrama I.1). Esto hace que el proceso de transformación digital sea altamente dinámico y complejo y, por ende, que constituya un desafío para las políticas públicas en la medida en que demanda una adecuación permanentemente y un enfoque sistémico del desarrollo nacional. En ese marco, las redes 5G viabilizarán la convergencia de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información, cambiando la estructura y la dinámica del sector, al tiempo que la adopción de tecnologías digitales y de inteligencia artificial –en tanto tecnologías de propósito general– marca una nueva etapa, la de la economía digitalizada. A nivel de la sociedad, la disrupción digital genera cambios en los modelos de comunicación, interacción y consumo que se reflejan en una mayor demanda de dispositivos, software con más funcionalidades, servicios de computación en la nube y de tráfico de datos, así como de habilidades digitales básicas para la utilización de las tecnologías asociadas. A su vez, la economía digital representa para los consumidores la posibilidad de acceder a información y conocimientos de toda índole en diversos formatos, así como a bienes y servicios, y a formas de consumo no presenciales más ágiles. La evolución hacia la economía digitalizada permitiría satisfacer a los consumidores con productos inteligentes, en muchos casos asociados a servicios avanzados con un alto grado de personalización. Todo esto significa un aumento en el bienestar del consumidor, acompañado de una reconfiguración de las habilidades digitales necesarias para realizar un consumo digital más avanzado y enfrentar las nuevas demandas laborales resultado de los nuevos modelos de producción. Por otro lado, las nuevas formas de consumo se asocian con beneficios potenciales derivados de la reducción de la materialización y de decisiones medioambientales más sostenibles, en la medida que se basen en más y mejor información (por ejemplo, la relacionada con la huella ambiental de un producto) o recompensen prácticas más inocuas con el medioambiente1. El desarrollo de la economía digital ha llevado a un cambio radical de la propuesta de valor de los bienes y servicios, al reducir los costos de transacción e intermediación, y explotar la información proveniente de los datos que se generan e intercambian en las plataformas digitales. Estos modelos habilitados digitalmente propician la generación y la captura de datos que, al ser procesados y analizados con herramientas inteligentes, permiten mejorar los procesos de decisión y optimizar la oferta. Ello da lugar a una mayor agilidad en los procesos 1 Por ejemplo, la empresa de tecnología financiera (fintech) Ant Group, afiliada a Alibaba, implementó una aplicación en su plataforma de pago que ha logrado la participación de más de 500 millones de ciudadanos chinos en actividades de consumo que ahorran carbono, con lo que ha generado un cambio en el comportamiento ciudadano. Cuando sus usuarios realizan alguna actividad que tiene un impacto positivo en la reducción de las emisiones de carbono, como pagar facturas en línea o caminar hasta el trabajo, reciben puntos de “energía verde”. A medida que los usuarios acumulan suficientes puntos virtualmente, se planta un árbol real. Desde su lanzamiento en agosto de 2016, Ant Forest y sus organizaciones no gubernamentales asociadas han plantado alrededor de 122 millones de árboles en algunas de las zonas más secas de China (PNUMA, 2019). Capítulo I Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 12 operativos, a la segmentación de mercados y a la personalización y la transformación de productos. Los datos y el conocimiento digitalizado se convierten en un factor estratégico de producción (CEPAL, 2016). Todo ello conlleva la necesidad de realizar cambios normativos en una diversidad de materias, desde la regulación del sector de las telecomunicaciones hasta los ámbitos del comercio, pasando por políticas de competencia y de protección de datos y ciberseguridad. Diagrama I.1 Dimensiones del desarrollo digital y efectos en la sociedad, el sector productivo y el Estado Riesgos Mayor desigualdad Menor competitividad Concentración económica Crisis institucional Polarización geopolítica Núcleo de telecomunicaciones y tecnologías de la información Infrestructura digital Servicios de telecomunicaciones Software y sistemas Servicios de tecnologías de la información Dispositivos multifuncionales Economía digital Bienes y servicios digitales Aplicaciones y plataformas digitales: marketplaces, redes sociales, video a través de Internet Contenido y medios digitales Economía colaborativa Economía digitalizada Negocios electrónicos Comercio electrónico Industria 4.0 Tecnología agrícola (agritech), tecnología financiera (fintech), tecnología automotriz (autotech) y otros Economía inteligente Sector productivo Nuevos modelos de gestión Nuevos modelos de negocios Nuevos modelos de producción Reestructuración industrial Sociedad Nuevos modelos de comunicación e interacción Nuevos modelos de consumo Estado Gobierno digital Participación ciudadana Cobertura de redes y servicios Altas velocidades de transmisión de datos y baja latencia Acceso a software y servicios de tecnologías de la información Asequibilidad a dispositivos y servicios Bienestar y sostenibilidad Productividad y sostenibilidad Eficencia, eficacia y sostenibilidad Información y conocimiento Bienes y servicios en línea Acceso a servicios públicos Consumo a demanda y personalización Seguridad y privacidad de datos Nuevos empleos, nuevas habilidades Productos inteligentes Producto como servicio Consumo informado y personalizado Premio a consumo responsable Seguridad y privacidad de datos Nuevos empleos, nuevas habilidades Innovación y emprendimiento Acceso a mercados Eficiencia en procesos de gestión, mercadeo y distribución Datos como activo estratégico Ciberseguridad y privacidad de datos Reconfiguración industrial Automatización y robótica Sofisticación productiva Transformación digital productiva (productividad basada en datos) Ciberseguridad y privacidad de datos Gobierno digital Innovación digital en el Estado Eficiencia tributaria digital Ciudadanía digital y participación ciudadana Datos abiertos y transparencia Ciberseguridad y privacidad de datos Innovación digital del Estado Gobernanza de servicios públicos (educación, salud, justiciar seguridad) Gobernanza para la transformación digital (ciberseguridad, competencia, fiscalidad, comercio, etc.) Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La transformación digital del sector productivo se da bajo la forma de nuevos modelos de gestión, de negocios y de producción que facilitan la innovación y la introducción de nuevos mercados, y que generan disrupciones en las industrias tradicionales. La expansión de la Internet industrial, de los sistemas inteligentes, de las cadenas de valor virtuales y de la inteligencia artificial en los procesos productivos aceleran las innovaciones y generan ganancias de productividad, con efectos positivos en el crecimiento económico. Además, todo ello impulsa la transformación de las industrias tradicionales mediante la tecnología automotriz (autotech), la tecnología agrícola (agritech) y la tecnología financiera (fintech), entre otras. En particular, los modelos de producción inteligente pueden aumentar la competitividad con una menor huella ambiental, pues las empresas están utilizando herramientas digitales para mapearla y disminuirla, con el fin de evaluar su impacto en el cambio climático y modificar sus procesos productivos. Tecnologías digitales para un nuevo futuro Capítulo I 13 Por otra parte, debería darse un proceso similar en los modelos de gestión pública de los organismos del Estado, a fin de atender las demandas de los ciudadanos y de mejorar el accionar gubernamental. La adopción de estas tecnologías por parte de esas instituciones aumentaría la eficiencia y la eficacia de la prestación de servicios, como los de salud, educación y transporte. También mejoraría la participación ciudadana en procesos democráticos, aumentaría la transparencia en las operaciones gubernamentales y se facilitarían prácticas más sostenibles. En particular, las soluciones de ciudades inteligentes son un elemento transformador por su potencial impacto social, económico y medioambiental, sobre todo en una región donde el 80% de la población se concentra en ciudades. Sin embargo, pese a todo ese potencial, un desarrollo digital que no esté regido por principios de inclusión y sostenibilidad puede reforzar los patrones de exclusión social, así como las prácticas no sostenibles de explotación y producción. Aunque la digitalización puede contribuir en gran medida en las tres dimensiones del desarrollo sostenible (crecimiento, igualdad y sostenibilidad), su impacto neto dependerá de su grado de adopción y de su sistema de gobernanza. En la actual coyuntura, la crisis económica y social generada por la pandemia de COVID-19 y las medidas de distanciamiento físico han precipitado muchos de los cambios planteados al privilegiar los canales en línea en el intento de mantener cierto nivel de actividad (véase el diagrama I.2). Esa aceleración de la transformación digital en la producción y el consumo parece irreversible. La pandemia ha hecho más relevante la necesidad de reducir las brechas digitales y ha mostrado la importancia de estas tecnologías, por ejemplo, en las aplicaciones de rastreo de contactos (contact tracing). Para avanzar en la reactivación, las tecnologías digitales deben utilizarse para construir un nuevo futuro mediante el crecimiento económico, la generación de empleo, la reducción de la desigualdad y una mayor sostenibilidad. Este es el camino hacia la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Diagrama I.2 América Latina y el Caribe: hacia la reactivación, 2020 Transformación digital (redes 5G, cómputo en la nube, Internet de las cosas, inteligencia artificial, robots) Crisis económica Nueva realidad Prioridades Economía conectada Economía digitalizada Modelos de negocios en línea Modelos de producción inteligente -7,7 % del PIB Exportaciones -13% Empresas - 2,7 millones Desempleados + 18 millones Pobres + 45,4 millones Modelos de consumo en línea Bienestar social Resiliencia productiva Sustentabilidad Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). B. El difícil equilibrio entre digitalización y sostenibilidad Las tecnologías digitales propician innovaciones ecológicas que contribuyen al desarrollo sostenible al reducir el impacto medioambiental y optimizar el uso de los recursos. A medida que estas tecnologías evolucionen y converjan con la biotecnología y la nanotecnología, podrían generar innovaciones exponenciales que coadyuvarían a un futuro sostenible. La digitalización tiene impactos positivos y negativos en el medio ambiente. Por un lado, puede desmaterializar la economía al posibilitar la oferta de bienes y servicios digitales que representan una parte cada vez más importante de la economía y de las exportaciones; el aumento de la importancia de los servicios que se prestan digitalmente disminuye los desplazamientos y, con ello, las emisiones. Se espera un cambio más profundo del consumo con el desarrollo del modelo de producto como servicio (Product as a Capítulo I Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 14 service (PaaS)), que permite comparar el resultado deseado del uso de un producto sin adquirirlo. Bajo esta modalidad, surge la movilidad como servicio (Mobility as a Service (MaaS)), que permite combinar servicios de transporte de proveedores públicos y privados mediante una puerta de enlace unificada que crea y administra los viajes. Con ello, se reducen las emisiones de carbono y se optimiza el espacio ocupado por vehículos, lo que favorece el avance hacia el logro de ciudades más sostenibles. Por otro lado, los nuevos modelos de negocios, como la economía de ocupaciones transitorias (gig economy), permiten optimizar el uso de recursos existentes al multiplicar las posibilidades de utilización de bienes de capital. Así, por ejemplo, aumenta la oferta de servicios de hospedaje sin que se necesite más construcción hotelera o se incrementa la oferta de servicios de movilidad urbana aprovechando el tiempo ocioso de los vehículos. De este modo, no se aumenta la demanda de unidades, con el consiguiente ahorro en materiales y energía. Por su parte, las aplicaciones de navegación urbana reducen los tiempos de transporte y las emisiones. En el sector productivo, la incorporación de la inteligencia artificial a los procesos de decisión permite optimizar la gestión de recursos hacia una menor huella ambiental en ámbitos como la explotación de recursos naturales, la manufactura, la logística y el transporte, y el consumo. La digitalización también posibilita la desintermediación de las actividades, reduciendo sus costos de transacción y los eslabones de las cadenas de valor, con los consiguientes ahorros de energía y de insumos. El estudio #SMARTer2030 de la iniciativa global para la sostenibilidad eGlobal e-Sustainability Initiative (GeSI) estimó que, al implementar soluciones digitales en distintos sectores de la economía, el total de emisiones globales de dióxido de carbono equivalente (CO2e) podría reducirse en 12 gigatoneladas (Gt) para 2030, promoviendo un camino hacia el crecimiento sostenible. El aporte más significativo para esta reducción estaría asociado a soluciones de movilidad, seguidas de aplicaciones en los sectores manufacturero y agrícola (véase el gráfico I.1). La información de tráfico en tiempo real, la logística y la iluminación inteligentes, y otras soluciones habilitadas digitalmente podrían reducir el CO2e en 3,6 Gt, lo que incluye el ahorro de emisiones proveniente de viajes no realizados. La fabricación inteligente, incluida la manufactura virtual, la producción centrada en el cliente, las cadenas de suministro circulares y los servicios inteligentes podrían reducir 2,7 Gt de CO2e. Además de disminuir las emisiones de carbono, otros beneficios serían el aumento del rendimiento de los cultivos agrícolas en un 30%, el ahorro de más de 300 billones de litros de agua, la reducción de la demanda de petróleo en 25.000 millones de barriles por año y la disminución de 135 millones de vehículos del parque automotor global (GeSI, 2015). Gráfico I.1 Potencial de reducción de dióxido de carbono (CO2) a 2030 según el tipo de solución digital (En porcentajes) Manufactura inteligente (22) Agricultura inteligente (17) Edificios inteligentes (16) Energía inteligente (15) Logística inteligente (10) Optimización del control de tráfico (6) Transporte privado conectado (5) Teletrabajo (33) Comercio electrónico (2) Salud electrónica (1) Educación virtual (1) Banca electrónica (0) Fuente: Global e-Sustainability Initiative (GeSI), #SMARTer2030: ICT Solutions for 21st Century Challenges, Bruselas, 2015 [en línea] https://smarter2030.gesi.org/ downloads/Full_report.pdf. Tecnologías digitales para un nuevo futuro Capítulo I 15 Por otro lado, el mayor desarrollo digital genera efectos negativos asociados al consumo de energía (centros de datos y redes), procesos de producción contaminantes de hardware (pantallas), y modelos de negocios que incentivan el recambio de dispositivos en períodos cortos. Asimismo, el mayor uso de soluciones de audio y video, y de datos en general llevaría a que el consumo de energía continúe en aumento. Sin embargo, si bien el consumo de electricidad y la huella de carbono del sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) aumentó entre 2007 y 2015, el ritmo de incremento se redujo considerablemente pese al fuerte aumento de las suscripciones y el tráfico de datos. Los indicadores de intensidad muestran que en el consumo de energía y la generación de huella de carbono se han logrado importantes avances, ya que cada suscripción o cada GB transmitido tiene cada vez un menor impacto (81 kg CO2e/suscripción en 2015 frente a 134 kg CO2e/suscripción en 2007, y 0,8 kg CO2e /GB en 2015 frente a 7 en 2007) (Malmodin y Lunden, 2018) (véase el gráfico I.2). Gráfico I.2 Huella de carbono y de energía de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), y tendencias del tráfico de Internet y de la carga de trabajo de los centros de datos 0 100 200 300 400 500 600 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 Índice (2015=100) Tráfico de Internet Cargas de trabajo de los centros de datos Consumo de energía de los centros de datos 2007 2010 2015 Huella de carbono del sector TIC (tMCO2 ) 620 720 730 Consumo eléctrico operacional del sector TIC (TWh) 710 800 805 Huella de carbono por subscripción TIC (kg CO2 /subs) 134 107 81 Huella de carbono por GB en redes (kg CO2 /GB) 7 3 0,8 Consumo eléctrico operacional por subscripción (kWh/subs) 153 119 89 Consumo eléctrico operacional por GB en redes (kWh/GB) 7,6 3,3 0,88 Fuente: J. Malmodin y D. Lunden, “The energy and carbon footprint of the global ICT and E&M sectors 2010–2015”, Sustainability, vol. 10, Nº 9, Basilea, Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI), 2018; Agencia Internacional de Energía (AIE), Digitalization and Energy, París, 2017. Adicionalmente, el desarrollo de tecnologías avanzadas como las 5G, la Internet de las cosas y la inteligencia artificial ayudarían a disminuir las emisiones globales de carbono hasta en un 15%, es decir, casi un tercio de la reducción del 50% propuesta para 2030, mediante el desarrollo de soluciones para los sectores de la energía, la manufactura, la agricultura y la explotación de recursos naturales, la construcción, los servicios, el transporte y la gestión del tráfico (Ekholm y Rockström, 2019). Esto puede compensar parte de los efectos negativos de producción y su uso de esas tecnologías, que implican un gran consumo de energía —1,4% del total mundial—, una masiva generación de desechos electrónicos (e-waste) y la explotación de recursos naturales, como el cobre y el litio (véase el diagrama I.3) (Malmodin y Lunden, 2018). Capítulo I Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 16 Diagrama I.3 Efectos de la digitalización en la sostenibilidad • Consumo de energía • • 2015 3,6% 1,4% 49,8 -15% Emisiones globales de carbono en 2030 • Desmaterialización • Desintermediación • Optimización en la gestión de recursos en manufactura, logística • Consumo consciente del consumo de energía global millones de toneladas métricas de residuos electrónicos de las emisiones de CO2 Procesos de producción de hardware contaminantes Dispositivos con cortos períodos de reemplazo Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de B. Ekholm y J. Rockström, “Digital technology can cut global emissions by 15%. Here’s how”, Cologny, Foro Económico Mundial, 2019 [en línea] https://www.weforum.org/agenda/2019/01/why-digitalization-is-the-key-to-exponentialclimate-action/; J. Malmodin y D. Lunden, “The energy and carbon footprint of the global ICT and E&M sectors 2010–2015”, Sustainability, vol. 10, Nº 9, Basilea, Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI), 2018. C. El despliegue de las redes 5G: clave para los nuevos modelos de producción y organización industrial La quinta generación de redes móviles (5G) será disruptiva para la organización industrial y los modelos de producción debido a sus características técnicas (mayores velocidades de transmisión, que alcanzan hasta 20 Gbps), baja latencia ultraconfiable (menor a un milisegundo), mayor seguridad de la red, comunicaciones masivas entre máquinas y eficiencia energética de los dispositivos. Así, el despliegue de esas redes permitirá ampliar los servicios inalámbricos de banda ancha más allá de Internet móvil a complejos sistemas de Internet de las cosas, con la baja latencia y la alta confiabilidad necesarias para soportar aplicaciones críticas en todos los sectores económicos (véase el diagrama I.4). Las redes móviles 5G permitirán usos innovadores en prácticamente todas las industrias. Con base en la oferta de experiencias mejoradas de banda ancha, Internet de las cosas masiva y servicios de misión crítica se podrán habilitar usos innovadores que ofrezcan niveles de latencia segmentados (véase el diagrama I.5). Aunque la computación en el borde de la red (edge computing) se puede utilizar en un entorno 4G, se espera que la conjunción con las redes 5G y la inteligencia artificial (IA) permitan nuevos usos en industrias verticales, y aceleren la adopción de modelos de Industria 4.0, facilitando aumentos en la productividad y la competitividad, y mejoras en la sostenibilidad. Tecnologías digitales para un nuevo futuro Capítulo I 17 Diagrama I.4 Evolución de las redes móviles y sus características técnicas • Sin impacto en aplicaciones industriales • Mensajes de texto desde y hacia máquinas remotas • Monitoreo con video • Acceso remoto a máquinas (teleservicio) • Monitoreo de acondicionamiento remoto • Servicios técnicos móviles • Servicios vía teléfonos inteligentes • Redes de entorno inalámbricas • Logística • Robots y máquinas autónomas autónoma • Trabajo asistido • Red de retorno inalámbrica • Análitica de datos en tiempo real • Gestión de huella de carbono Latencia N/A 300-1 000 ms 100-500 ms < 25 ms < 1 ms Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Micron Technology, “5G, AI, and the Coming Mobile Revolution”, Boise, 2020 [en línea] https://www.micron.com/insight/5g-ai-and-the-coming-mobile-revolution; Siemens, “Industrial 5G: for the industry of tomorrow”, Munich, 2020 [en línea] https://new.siemens.com/global/en/products/automation/industrial-communication/5g.html. Diagrama I.5 Aplicaciones de redes 5G sectoriales según los niveles de latencia requeridos Grandes datos para decisiones en tiempo real Ultrabaja Mediana Controlada Realidad aumentada con puntos de interés Transporte autónomo Automatización industrial Realidad virtual Video de alta calidad Colaboración en tiempo real Robótica Interacción hombre-máquina Juegos Sensores del hogar Recomendaciones contextuales Cotenidos contextuales Cirugias remotas Telemedicina Vestimentas sensorizadas Requisitos de latencia Fuente: Detecon International, ”5G campus networks: an industry survey”, Cologne, 2019 [en línea] https://www.detecon.com/drupal/sites/default/files/2019-10/ kor%20190613_5G_Market_Survey_final_0.pdf. Capítulo I Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 18 Las redes 5G permiten construir fábricas inteligentes y aprovechar tecnologías como la automatización y la robótica, la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la Internet de las cosas en distintas etapas de la cadena de valor (véase el diagrama I.6). Tener acceso en tiempo real a información para la toma de decisiones a lo largo de toda una cadena de valor es una ventaja competitiva fundamental para hacer un uso eficiente de los recursos y atender mejor la demanda. Las soluciones basadas en la nube hacen posible integrar mejor las distintas etapas de la cadena. Un mismo software se puede utilizar para el diseño, la simulación y el despliegue de las configuraciones e instrucciones para ejecutar líneas de producción físicas, lo que permite flexibilizar y mejorar las operaciones. Este tipo de soluciones reemplaza los procesos tradicionales de ensamblaje y aumenta la flexibilidad en la reconfiguración de las plantas de producción ante cambios en el producto o la demanda. Permiten optimizar los procesos y disminuir costos, además de reducir los plazos de entrega, mejorar la gestión logística y captar la atención de los consumidores. Otros usos más relevantes incluyen los sistemas de automatización y control industrial, los sistemas de planificación y diseño, y los dispositivos de campo que entregan información para la optimización completa del proceso. Además, la incorporación de la inteligencia artificial en los procesos de decisión permite optimizar la gestión de recursos hacia una menor huella ambiental en ámbitos como la explotación de recursos naturales, la manufactura, la logística y el transporte, y el consumo. Diagrama I.6 Transformación digital de la cadena de producción Internet de las cosas, inteligencia ar�ficial Gemelos digitales Robó�ca Cadena de bloques Impresión 3D Vehiculos eléctricos Internet de las cosas, inteligencia ar�ficial y gemelos digitales Cadena de bloques 5G Consumo Diseño de so�ware Gemelos digitales Impresión 3D ) • Geolocalización (drones, maquinaria y otros ac�vos) • Sistemas de información meteorológica (Internet de las cosas) • Monitorización de desempeño (Internet de las cosas o drones) • Ges�ón inteligente (riego, fer�lización, maquinaria • Mantenimiento predic�vo (Internet de las cosas, grandes datos, inteligencia ar�ficial) Producción / transformación • Proto�pado rápido (3D) • Plataformas empresa a consumidor (B2C) de cooperación diseño producto Innovación y diseño • Vehículos eléctricos • Geolocalización • Trazabilidad de los productos • Ges�ón inteligente de inventarios • Soluciones digitales de logís�ca (op�mización de rutas, ges�ón de flotas, monitorización de la carga) • Plataformas de comercio electrónico o canales en línea Distribución • Bienes digitales • Plataformas empresa a consumidor (B2C) • Productos como servicio • Personalización de bienes y servicios Consumo Explotación de recursos ) • Automa�zación de procesos • Digitalización planta • Monitoreo de insumos o productos • Análisis predic�vo (demanda, capacidad de producción) • Plataformas B2B • Impresión de partes (reemplazo acero • Trazabilidad del origen renovable de la generación eléctrica • Cumplimiento de aspectos regulatorios de sostenibilidad Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Además de promover la industrialización sostenible, la transformación digital puede ofrecer valor social y ambiental a partir del desarrollo de aplicaciones de educación, salud, transporte, de ciudades y teletrabajo, como se analiza en el capítulo II. Tecnologías digitales para un nuevo futuro Capítulo I 19 D. La masificación de las nuevas tecnologías exige más inversión en infraestructura
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