Manual Del Jabon
pilaryepez17 de Febrero de 2012
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Historia del jabón
El jabón es un implemento de uso diario en toda la población mundial, su consumo fue creciendo tanto que llego a cubrir todas las regiones del mundo generalizando su uso entre las personas.
Con el paso de los años, el uso del jabón se hizo indispensable en la vida de las personas, pasando de ser un lujo a una necesidad.
En la actualidad el mercado mundial de jabones, es de casi $100,000 millones de dólares anuales.
Hasta ahora nadie sabe donde o cuando se elaboro el primer jabón, pero se cree que este es producto de la casualidad.
Según una leyenda romana el jabón fue hecho por el agua de la lluvia, que pasando por la superficie del monte Sapo, se mezclo con la grasa de animales y la ceniza de madera que se encontraba ahí, esa mezcla fue encontraba por los esclavos que trabajaban en el río, los que notaron sus propiedades para limpiar sus manos y la ropa.
La primera referencia literaria sobre el jabón fue encontrada en tabletas de la arcilla realizadas en los años 3000 A.C. en la Mesopotamia. Ahí se podía observar una receta para hacer jabón con una mezcla de potasa y aceite
Los restos de jabón más antiguos hallados son de origen babilónico, que datan del año 2800 A.C. estos restos de jabón fueron hallados en tarros de arcilla, donde ellos describían como una mezcla de grasas con cenizas, pero no se menciona su uso.
Posteriormente, en 1.550 A.C. un papiro egipcio, hace referencia a la utilización de sustancias jabonosas para el lavado de ropa y para el tratamiento de enfermedades de la piel, este producto consistía en una mezcla de agua, aceite y ceras vegetales o animales Alrededor de los años 600 A.C. los fenicios utilizaban el jabón en la limpieza de las fibras textiles de lanas y en la preparación para tejer los paños.
En Medio Oriente el uso y tratamiento de la grasa con el álcali es usado desde hace unos 5000 años. Donde los antiguos israelíes habían escrito unas leyes que sobre la limpieza personal.
Los escritos bíblicos relatan que al mezclarse cenizas y aceite se obtenía un producto para lavar el pelo. Se cree la fabricación de jabón fue traído a Europa por los fenicios en los años 600 A.C.
Parece que al principio el propósito del jabón era estrictamente medicinal para distintos tratamiento en la piel, fue a partir del los años 200 D.C. que se utilizo para la higiene. En texto romanos de historia del año 77 D.C. relatan que los galos hacían el jabón con el sebo de las cabras y la ceniza de la haya (potasa), utilizándolo como un tinte y ungüento para el pelo. También menciona el uso de la sal común, agregada a la mezcla, para endurecer las barras de jabón.
Con la declinación del imperio romano, la fabricación de jabón en Europa fue desapareciendo pero alrededor de los años 700 D.C. la fabricación de jabón se convierte en un arte en Venecia y se registra su exportación.
En los años 1100 D.C. en Inglaterra es usado un jabón de origen francés, utilizado por las clases altas. Era una mezcla de la grasa del cordero, ceniza de madera y soda cáustica, la cual que conservaba la textura de la grasa.
En los años 1200 D.C. Marsella, Génova, Venecia y Savona se convirtieron en centros del comercio del jabón debido a su abundancia local de depósitos de aceite de oliva y de soda.
La mayoría de los fabricantes de jabón no tenía ninguna idea acerca de lo que ocurría durante el proceso. Ellos empleaban el método de ensayo y error, confiando en la suerte, y creyendo en muchas supersticiones.
En los años 1400 D.C. aparece el jabón de Marsella, el precursor de los jabones actuales, preparado con una mezcla de huesos que son ricos en potasio y grasas vegetales La fabricación de jabón siguió siendo un arte relativamente primitivo hasta el los años 1500 D.C. cuando se desarrolladas las técnicas que proporcionaron un jabón más puro.
Los primeros colonos norteamericanos una vez instalados, prepararon su propio jabón para no depender de los envíos ingleses. Para ello usaban ceniza de madera y grasa de animales.
A partir de 1789, con la desaparición de los Monopolios Reales, emerge la Industria del jabón haciendo posible tener al alcance de todos estos productos aumentando el aseo personal.
Convirtiendo su uso en un hábito social de uso diario, favoreciendo a cuidado de la piel y evitando contagio de enfermedades gracias a su uso, Europa pasó de 100 millones de habitantes a tener 300 millones ya que la esperanza media de vida se incrementó en 20 años mas.
En 1783, el químico sueco que Carl Wilhelm Scheele hirvió aceite de oliva con óxido del plomo, produciendo una sustancia que llamó glicerina. Esta reacción es la que ocurre en el actual proceso de fabricación de jabón.
El descubrimiento de la glicerina estimuló a otro químico francés, Michel Eugène Chevreul, a investigar la química de las grasas y de los aceites empleados para fabricar jabón. En 1823, descubre que las grasas simples se descomponen en presencia de un álcali para formar los ácidos grasos y los gliceroles.
Con todo esto, la fabricación del jabón alcanza la madurez en 1791, cuando el químico francés Nicolas Leblanc, inventó un proceso para obtener el carbonato de sodio, o soda, de la sal ordinaria.
Durante la 2º Guerra Mundial, los americanos desarrollaron un tipo de jabón que podía utilizarse con agua del mar, así nació el jabón dermatológico, el menos agresivo de todos los jabones.
No es hasta el siglo XIX, cuando los científicos descubren el papel de las bacterias en el desarrollo del mal olor, que aparecen los primeros desodorantes y consigo los primeros jabones bactericidas.
LOS JABONES
Químicamente se define a los jabones como una mezcla de las sales de sodio o de potasio de ácidos grasos de cadena larga, producidas por la hidrólisis (saponificación) de una grasa animal o vegetal con un álcali. Las grasas y los aceites son triglicéridos, es decir triésteres de glicerol con tres ácidos carboxílicos de cadena larga, no ramificada. (Karl Braun. 1982. pg: 55)
Los jabones ejercen su acción limpiadora debido a que los dos extremos de su molécula son muy diferentes. Uno de los extremos de la molécula es iónico, por tanto hidrófilo y tiende a disolverse en el agua. La otra parte es la cadena de hidrocarburo no polar, por tanto lipófila o afín a la grasa y tiende a disolverse en ella. Una vez solubilizadas en agua, la grasa y la mugre pueden eliminarse.
Otra Jabón
El jabón, ese producto que nos acompaña todos los días en el cuidado de nuestra piel, higienizándola y cuidando de mejorar su apariencia, ha ido tomando a lo largo de la historia diferentes formatos y variedades, una vez que se ha conocido cómo actúa sobre los distintos tipos de piel y -sobre todo- que en algunos casos puede producir irritaciones.
La mayoría de los jabones se hacen con sebos de grasa animal, ya que tienen una mayor duración y su precio es muy accesible. Sin embargo, presentan la desventaja de secar la piel y en ocasiones producir irritaciones y molestias en la piel
Para que no se produzcan estos inconvenientes lo importante es que el jabón no sea muy alcalino, ni muy desengrasante, ni demasiado aromatizado (ya que puede ser nocivo para las personas con alergias), o que tenga agregados para reducir la sequedad de la piel.
La ventaja en este caso la brindan los jabones neutros, que tienen un pH similar al de la piel (entre 5 y 7). Si bien es cierto que existen distintos tipos de pieles y que en algunas hay una mayor sequedad y otras una mayor grasitud y que para cada una de ellas el efecto recomendado es distinto, en el caso de los jabones neutros se minimiza la sobreexposición a estos efectos, y sobre todo el exceso de aroma, color, consistencia o espuma que dejan de lado la importancia primordial de sus propiedades terapéuticas en la acción diaria.
De todas formas, se han diversificado los estilos de jabones según la característica propia de cada piel y las necesidades que requiere. Sin embargo, sus diferentes tamaños o estilos no implican que unos sean más higiénicos que otros. El jabón está hecho a base de componentes como el potasio y el sodio que permiten estimular su efecto.
Y debemos tener en cuenta que hay ciertas creencias sobre los jabones que hay que desmitificar, pues son más bien impuestas por la moda que un requerimiento higiénico:
• Que un jabón sea más espumoso no quiere decir que sea más efectivo.
• No se necesita utilizar un jabón especial para el cuidado íntimo, aunque es preferible utilizar jabones neutros de calidad para estas zonas tan sensibles
Hay distintos tipos de jabones:
Los jabones comunes: sólidos y espumosos, hechos por lo general con sebo grasoso y sodio o potasio. Se indican para todo tipo de pieles y en algunos casos pueden usarse para lavar el cabello
Los jabones humectantes: suelen tener aceites vegetales, otros poseen cremas humectantes en su composición, o grasas enriquecidos con aceite de oliva, avellana y otros. Los hay también de glicerina. Son útiles para las pieles secas o dañadas por el uso de detergentes.
Los jabones suaves: tienen en su composición aguas termales y son recomendados para las pieles sensibles.
Los jabones líquidos: que se presentan como una loción de limpieza. Su poder efectivo varía y no todos tienen la misma eficacia.
Los jabones dermatológicos:
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