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7 HABITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA


Enviado por   •  22 de Febrero de 2015  •  5.399 Palabras (22 Páginas)  •  262 Visitas

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Los 7 hábitos de la gente Altamente Efectiva

DE ADENTRO HACIA AFUERA

De adentro hacia fuera significa empezar por la persona, más fundamentalmente, empezar por la parte más interior de la persona: los paradigmas, el carácter y la actitud. Es por eso que primero debemos hacernos promesas a nosotros mismos y después ante los demás.

Por el contrario existe el paradigma de afuera hacia adentro, el cual genera personas infelices que se sienten sacrificadas e inmovilizadas, incomprendidas, no valoradas, buscando los defectos de los demás y atribuyéndoles la causa de su desgracia.

LOS HABITOS son factores poderosos en nuestras vidas, dado que se trata de pautas consistentes, a menudo inconscientes de modo constante y cotidiano expresan nuestro carácter y generan nuestra efectividad… o inefectividad. Los hábitos no son irrompibles, pueden aprenderse y olvidarse; pero esto requiere de un proceso y compromiso tremendo, lo cual no es fácil ni rápido.

PRIMER HABITO.- SEA PROACTIVO

PROACTIVIDAD No solo significa tomar la iniciativa, sino también que, como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas, nuestras propias conductas, de nuestras propias decisiones. las personas proactivas realizan un trabajo de calidad, sin importar que haga un buen tiempo o no, que se les revise el trabajo o no. Tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesto o agresivo o tener siempre la razón o ser siempre el que habla primero o habla más. Significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer y poner lo mejor de nuestra parte para que las cosas sucedan. Si pensamos que el problema está ahí afuera, ese es el problema, ya que esperamos a que cambie lo que está afuera y antes que nosotros cambiemos. Es por eso que debemos cambiar de adentro hacia fuera; y no de afuera hacia adentro. El modo más positivo en que yo puedo influir en mi situación consiste en trabajar sobre mí mismo, sobre mí ser.

SEGUNDO HABITO.- EMPIECE CON UN FIN EN MENTE

Significa comenzar con una clara comprensión de nuestro destino, saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta. Podemos estar muy atareados, podemos ser muy eficientes, pero solo seremos también verdaderamente efectivos cuando empecemos con un fin en mente.

El hábito de empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero un creación mental, y luego una creación física. Si comprendemos este principio y aceptamos ambas creaciones, ampliaremos nuestro círculo de influencia.

Los dos privilegios humanos adicionales que nos permiten ampliar nuestra pro actividad y ejercer el liderazgo personal en nuestras vidas son la imaginación y la conciencia moral. Estas dos nos permiten escribir nuestro propio guión. Ya que vivimos con los guiones transmitidos, podemos escribir nuestros propios guiones, lo cual es un proceso de reescritura o cambio de paradigmas básicos que tenemos. Cuando reconocemos los paradigmas incorrectos o incompletos que están en nuestro interior podemos empezar a rescribir proactivamente nuestros guiones.

Podemos comenzar con un fin en mente elaborando un enunciado de la misión, filosofía o credos personales. Se centra en lo que uno quiere ser y hacer y en los valores o principios que dan fundamento al ser y al hacer.

Todos tenemos un centro, aunque por lo general no lo reconozcamos como tal. Los centros o paradigmas típicos son:

Centrarse en el cónyuge.- En algunos matrimonios existe una fuerte dependencia emocional, es decir dependen del matrimonio. Su estado de ánimo depende de la conducta del cónyuge y de las cosas con las que puede tropezar el matrimonio (un nuevo hijo, parientes políticos, reveses económicos, éxitos sociales, etc. Cuando aparece un a dificultad, se dan las diferencias y se tratan de mostrar los errores del otro y justificar los propios.

Centrarse en la familia.- Como centro, paradójicamente, destruye los mismos elementos necesarios para el éxito familiar. Las personas que se centran en la familia se vuelven vulnerables a un cambio de tradición o cultura de la familia y toda conducta que consideren impropia amenazará su seguridad. Tienden a condicionar el amor de sus hijos, con lo cual los hacen emocionalmente dependientes o contra dependientes.

Centrarse en el dinero.- La mayoría de nosotros tenemos preocupaciones económicas. Y cuando factores globales afectan nuestra situación económica podemos experimentar una preocupación e inquietud que no siempre emergen a la conciencia. Algunas razones pueden ser importantes, pero cuando se centra en acumular dinero, anula sus propios esfuerzos. Las personas que se centran en el dinero suelen dejar a un lado a su familia o a otras prioridades.

Centrarse en el trabajo.- Una persona centrada en el trabajo puede convertirse en adicta y obsesiva, y forzarse a una producción salvaje sacrificando su salud, sus relaciones y otras importantes áreas de la vida.

Centrarse en las posesiones.- Este centro es poco satisfactorio, ya que puede desvanecerse rápidamente y sufrir la influencia de innumerables fuerzas. Las personas centradas en las posesiones tienden a proteger y asegurar los bienes, propiedades, seguridades, posición o reputación. Centrarse en el placer.- Este centro está asociado con las posesiones. El placer en un grado moderado relaja el cuerpo y promueve las relaciones. Pero los que se centran en el placer tienden a aburrirse de los niveles de diversión y desean más y más.

Centrarse en amigos o enemigos.- Estas personas tienden a poner suprema importancia a la aceptación. En el caso de centrarse en un enemigo la persona reacciona con contradependencia a la conducta y las actitudes de un enemigo percibido.

Centrarse en la Iglesia.- Acudir as unas Iglesia no necesariamente significa que se vivan los principios que se enseñan en esas reuniones. Se puede ser mimbro activo de una Iglesia, pero inactivo en la práctica de su evangelio.

Centrarse en uno mismo.- La forma más obvia es el egoísmo, aunque viola los valores declarados de la mayoría de nosotros. En el limitado centro de uno mismo hay poca seguridad, guía, sabiduría o poder.

El mejor modo de identificar nuestro propio centro consiste en examinar atentamente los factores que sustenta nuestra vida. No solo podemos tener un centro, pues podemos tener la combinación de varios de estos, entonces la fuerza emergente es otro centro.

Nuestro cerebro tiene dos hemisferios. El izquierdo, el cual es el más lógico y verbal y trata con palabras; y el derecho es más intuitivo y creativo

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