¿A Quién Pertenecen Las Escuelas?

¿A quién pertenecen las escuelas?

Últimamente se habla mucho de las Escuelas Públicas. Numerosos recortes del gobierno afectan a las instituciones educativas públicas con el fin de paliar la temida crisis.

Además, todo lo relativo a público parece que tiene una connotación peyorativa frente a lo privado, que suena a mejor. En educación, muchas familias están contentas con las metodologías participativas, la gestión democrática en los centros, que exista integración y apertura al entorno, en definitiva una serie de ítems que indican una calidad que los centros privados de élite no tienen.

Históricamente la Educación ha sido el privilegio de unos pocos, casi siempre en manos de la religión, la Escuela como institución es un instrumento social relativamente reciente y que por tanto todavía es susceptible de muchas mejoras.

En España, no se empieza a hablar de una escuela totalmente pública hasta la década de los ochenta, en plena transición democrática, en este sentido, Gómez Llorente y Mayoral (1981)1, la definieron como:

Los rasgos que mejor perfilan la idea de la Escuela Pública Comunitaria son los siguientes: Escuela gratuita, financiada por el Estado, no discriminatoria, gestionada por la Comunidad escolar, abierta a la comunidad de su entorno, orientada a conseguir el desarrollo integral de la personalidad humana por medio de una práctica pedagógica que despliegue todas las capacidades intelectuales y morales de los escolares,

Con lo de financiadas por el Estado, no debemos confundirlo con imponer o controlar, los Poderes públicos por medio de las correspondientes dotaciones económicas, debería de garantizar que existan los recursos y medios, físicos y humanos, suficientes para desarrollar una labor educativa y respetar la autonomía de los Centros, gestionados por una Comunidad Educativa.

En la actualidad, numerosos colectivos relacionados con la educación, protestan contra los recortes que el gobierno realiza en este sector, en una marcha conocida como Marea Verde, con el lema Escuela Pública: de todos y para todos. Esta serie de protestas que abarcan por toda España, tuvo su origen en Madrid, cuando se despidieron a más de tres mil profesores interinos y al aumentar el número de horas lectivas al resto del profesorado.

Todos estos ajustes económicos que se están realizando en la educación, no hacen más que perjudicar el futuro de todos los escolares a empeorar su situación de aprendizaje, como por ejemplo al aumentar cada vez más el ratio de alumnos y alumnas por clase.

Otro aspecto que me gustaría destacar relacionado con la educación, y el derecho a ella, tal y como se recogen en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos o en el artículo 27 de la Constitución Española, es a nivel universitario, donde los estudiantes no podemos elegir con total libertad qué carrera queremos estudiar, ya que dependemos de alcanzar una nota mínima (para desmarcarnos del resto de candidatos) e incluso obteniendo dicha nota o superior, no poder hacer esa carrera porque ya se han cubierto todas las plazas. Hay otros países europeos en los que no existe estos límites, llegando incluso a ser la matrícula gratuita. También, en esta línea, se critica la futura Ley de Educación: Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza, (LOMCE) que no considera la Educación como un bien público o un derecho universal de los ciudadanos para la formación integral del alumnado, y que en cambio, aboga por una actividad orientada a formar un sistema productivo, de cara a trabajar en un empleo.

En definitiva, las escuelas públicas se deberían de vender mejor ya que poseen una calidad que así lo demuestran y no debemos de caer en el tópico de que lo público es peor o de mala calidad. Intentando responder a la cuestión planteada, las escuelas deberían de pertenecer al entorno en el que se hayan ubicadas, incluyendo a la comunidad educativa de la zona, al alumnado y a sus familiares. Entre todos estos agentes, se debería de crear y organizar un espacio que favorezca el proceso de enseñanza y aprendizaje y promueva una convivencia pacífica, todo ello con los fondos proporcionados por los poderes públicos, y que estos, a la hora de formular leyes, dichas leyes tengan una continuidad estable a lo largo del tiempo y que no cambien cada vez que llega al poder un nuevo gobierno, y que esta legislación este diseñada u orientada a que el alumnado alcance su máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional.

En cuanto a la convivencia, habría que fomentar un clima en

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